Rex Tillerson a la secretaría de Estado, un desastre ambiental global
Pese a la aplastante evidencia científica y empírica que muestra que el cambio climático provocado por las actividades industriales basadas en los combustibles fósiles es un hecho, y que sus consecuencias están siendo devastadoras en diversas partes del mundo y lo serán cada vez más, los empresarios que han sido escogidos por Donald Trump para las posiciones más importantes en su gobierno son personajes que tienen intereses con las corporaciones petroleras o que por algún otro motivo han negado la existencia misma del cambio climático, su importancia, y el papel que tienen los combustibles fósiles en el mismo.
Tal vez uno de los nombramientos de Trump que más salta a la vista en este sentido es el de Rex Tillerson como Secretario de Estado, responsable de las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo. Tillerson fue director (Chieff Executive Officer, CEO) hasta hace unos días, de la corporación petrolera ExxonMobil. Es defendido por senadores republicanos para el puesto de secretario de estado por su gran conocimiento de la industria petrolera mundial y ‘porque puede utilizar exitosamente el petróleo como un arma geo política a favor de los Estados Unidos’. Después de trabajar por más de cuarenta años para ExxonMobil, Tillerson tiene invertidos cientos de millones de dólares de su propiedad en la industria petrolera de todo el mundo.
La gigante petrolera ExxonMobil, dirigida por Tillerson hasta hace poco, ha sido reiteradamente señalada, e incluso investigada por fiscales norteamericanos, por haber invertido fuertes sumas de dinero para ocultar la realidad del cambio climático y sus consecuencias, pese a que la compañía ha sabido desde hace décadas que el cambio climático es real y que tiene consecuencias devastadoras.
La audiencia en la Comisión el Senado que revisa su nombramiento fue interrumpida este miércoles por varias mujeres que llevaban mantas de Greenpeace y pedían ‘por favor no entreguen a ExxonMobil la Secretaría de Estado’. Tillerson ha sido señalado por muchas organizaciones, como Greenpeace y Amigos de la Tierra, por su responsabilidad al haber respaldado crímenes y violaciones de derechos humanos, corrupción y devastación ambiental.
Tillerson se vio obligado a afirmar, durante la audiencia, que ‘el riesgo de cambio climático sí existe’, y que sus consecuencias podrían llegar a ser importantes, por lo que es necesario tomar medidas, aunque se negó a contestar si considera que el cambio climático es provocado por las actividades humanas. Afirmó también que nuestra capacidad de predecir los posibles efectos del cambio climático son sumamente limitadas y restó importancia a tomar medidas de fondo para reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero.
Estas declaraciones de Tillerson en la audiencia ante el Senado son muy significativas, pues aunque de manera timorata, muestran el gran descrédito del que gozan los negadores del cambio climático y los defensores de los combustibles fósiles ante la sociedad estadounidense y el lastre que le significa en este caso para poder acceder a posiciones de poder.
Trump afirmó durante su campaña que sacaría a los Estados Unidos del Acuerdo de París (acuerdo mundial para combatir el cambio climático, y en el que el papel de Estados Unidos es fundamental); el rol del secretario de estado es crucial para instrumentar esa amenaza. El empresario con aspiraciones de secretario de Estado ha tenido que morderse la lengua en la audiencia, y pese a haber financiado millonariamente en el pasado a organismos dedicados profesionalmente a negar la existencia del cambio climático, ahora lo reconoce, y esto representa un triunfo importante de las organizaciones ambientalistas. Sin embargo, sus profundos intereses con la industria de los combustibles fósiles, aunados a la promesa de Trump de boicotear el Acuerdo de París y enterrar el Acta de Energía Limpia de Obama, hacen muy difícil pensar que Tillerson, como secretario de estado, vaya a actuar en contra de los intereses de los dueños de las corporaciones petroleras. Él mismo es uno de los más prominentes.
Según la Oficina de Registro Público del Senado de los Estados Unidos, tan solo Exxon Mobil ha destinado a las campañas de los senadores 241 millones de dólares en los últimos años, encabezando la lista de compañías petroleras y de gas que han aportado en su conjunto para la cámara alta cerca de tres mil millones de dólares. Según se desprende de los datos del propio Senado, una gran porción de esa cantidad (87 %) ha ido a parar a manos de senadores republicanos, y una parte importante de esos fondos está destinada a suavizar o de plano eliminar la legislación relativa al cambio climático.
La ratificación por parte del Senado estadounidense de los secretarios y funcionarios propuestos por Trump, no ocurrirá sino hasta después del 20 de enero, una vez que ese sujeto asuma la presidencia, pero tomando en cuenta la mayoría de votos con la que cuentan los republicanos en el Senado, y el inmenso poder que tienen las corporaciones petroleras en esa cámara, no es difícil imaginar que Tillerson será el próximo Secretario de Estado de los Estados Unidos.
Publicado originalmente en Aristegui Noticias