Síndicos pro Universidad rinden informe público
(A continuación, el documento íntegro firmado por los síndicos claustrales Waldemiro Vélez Cardona y Marta Bustillo Hernández, junto al síndico estudiantil René Vargas)
martes, 14 de diciembre de 2010
A TODA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
El viernes pasado 10 de diciembre de 2010, luego que seis integrantes de la Junta de Síndicos de la Universidad de Puerto Rico cursamos una carta solicitándole a la Presidenta de dicha Junta que convocara, con carácter de extrema urgencia, una reunión para discutir y tratar de resolver la potencialmente explosiva situación por la que atraviesa la Universidad de Puerto Rico, la presidenta de la Junta de Síndicos accedió a nuestra solicitud y nos reunimos por espacio de cuatro horas. En esa reunión, contrario a los valores universitarios y a pesar de nuestro voto en contra, la mayoría de la Junta aprobó una resolución que violenta la autonomía universitaria al no exigir que se restituyan los fondos que se eliminaron del cálculo de la fórmula presupuestaria y otra resolución apoyando las gestiones del Presidente y la Rectora del Recinto de Río Piedras al permitir la paramilitarización del recinto universitario invitando a la confrontación y demostrando la intransigencia para responder a los reclamos de apertura y consideración de todas las propuestas presentadas por los distintos sectores de la comunidad en beneficio de la universidad. Votamos enérgicamente en contra de esta descabellada moción, junto con otros tres síndicos.
En la pasada reunión también se acordó que una comisión de la Junta de Síndicos solicitaría una reunión de emergencia con las autoridades gubernamentales con el fin de allegar fondos para cubrir la partida de 40 millones que se le pretende cobrar a los estudiantes en enero. Si bien estuvimos, en principio, de acuerdo con la iniciativa de buscar más fondos para la institución, en la discusión surgió nuevamente la intransigencia de un sector de la Junta al no posponer la imposición de la cuota hasta que se vieran los frutos de esa tardía pero necesaria gestión. Ante la inminencia de conflictos, sugerimos que se pospusiera la imposición de la cuota hasta febrero ya que no se desajustaría el presupuesto de forma irremediable y nos daría tiempo para aclarar el monto de los fondos nuevos que se allegan por las asignaciones al fondo de becas y afináramos los detalles de su distribución. Sugerimos, infructuosamente también, que la totalidad de los fondos se distribuyeran entre todos los estudiantes para cubrir el primer pago de la cuota en enero y se nos diera tiempo de ponderar las directrices y procedimientos necesarios para la implantación de la cuota según establece la certificación, lo que atendería muchas de las interrogantes y preocupaciones de la comunidad universitaria.
De hecho, en la reunión salió a relucir que la Rectora de Río Piedras ni siquiera podía precisar si había visto o no la detallada propuesta para atender la crisis fiscal y las alternativas a la cuota que varios días antes el Presidente del Consejo General de Estudiantes de Río Piedras, Omar Ramírez Estrada y el Comité de Representación Estudiantil de Río Piedras habían cursado a la Junta y al Presidente, Dr. José de la Torre. A insistencias de los claustrales en cuanto a si entendía que de conseguir la asignación de fondos para cubrir la cuota este año, se disiparía el conflicto y podríamos regresar a atender los asuntos críticos fiscales y de acreditación que apremian, la rectora simplemente expresó que lo lamentaba pero que no nos contestaría esa pregunta.
Ha quedado claro que la actual administración universitaria no entiende que toda Universidad existe para la discusión e intercambio de diversidad de opiniones; que no puede hacerse diálogo real y productivo cuando las decisiones se toman unilateralmente y bajo imposición; y que todo diálogo tiene que estar dirigido no sólo a escuchar sino a considerar, con seriedad, lo que cada parte plantea para poder llegar a acuerdos. Nos quedó claro que cuando la administración habla de “diálogo“, en realidad se refiere a llevar a cabo monólogos y discursos sin ningún fin productivo. Las expresiones del Presidente de la Torre al decir que el asunto de la cuota es “muy técnico“ y que no lo entiende y que la acepta porque le dijeron que era necesaria, apunta a una institución con serias deficiencias de liderato y abona a lo que hemos denunciado incansablemente en cuanto a que la imposición de la cuota es una medida cuyo impacto no ha sido ponderado adecuadamente ni tampoco justificado por quienes tienen un deber ministerial de hacerlo. Así también, ¿cómo se puede justificar la imposición de una cuota a los estudiantes si la administración desperdicia los limitados recursos en contratación de bufetes externos para enjuiciar estudiantes, en contratos a compañías de “seguridad” que siquiera demuestran tener las credenciales mínimas para ofrecer seguridad alguna, y en la contratación de compañías y asesores sin un claro y justificado fin?
Hoy, escuchamos, nuevamente, a la gerencia universitaria expresar que «aún cuando se elimine la cuota, seguirán las controversias porque es un grupo desestabilizador que tiene metas políticas». Ciertamente, la universidad parece estar secuestrada por intereses desestabilizadores, eso es lamentable, pero correcto. Más NO es el profesorado, ni los empleados ni los estudiantes quienes la tienen cercada, es una administración intransigente y anti-universitaria que abdica su deber de defender el ya esquelético presupuesto gubernamental para sostener la única universidad pública. Es esta administración quien desestabiliza el ambiente universitario al permitir que el partidismo y la lucha fratricida se atornille en sus mentes y voluntades y que ”gobierne” nuestra universidad. Es esta Administración quien, inconcebiblemente, permite que se use la emblemática Torre del Recinto de Río Piedras como punto de observación por parte de policías y francotiradores, tal como se hace en las cárceles y en los campos de concentración!
El errado lema de esta administración universitaria es: «Los estudiantes a estudiar, los profesores a enseñar y la administración a gobernar», lo que parece sugerir que todos los docentes en posiciones administrativas deben renunciar a sus puestos, al igual que todos los docentes y estudiantes sirviendo en Comités Institucionales, incluyendo comités de consulta o de acreditación de programas, en las Juntas Administrativas, en los Comités de Personal, en los Senados Académicos, en la Junta Universitaria y en la Junta de Síndicos, que todos renunciemos a estos foros. Ese pensar, no sólo es antiuniversitario y anti-intelectual, sino que busca centralizar aún más el poder en la Administración impidiendo potenciar una cultura de participación en nuestra institución y nos expone a incumplir con los requisitos mínimos de participación universitaria que exige toda entidad acreditadora.
Con todo y las limitaciones reales que existen en estos foros, ausentarnos de ellos, sería dejarle el espacio libre a quienes NO tienen las credenciales académicas y desconocen el quehacer universitario para administrar por decreto nuestras aulas, laboratorios, talleres, inmiscuyéndose sin fines universitarios, con medidas que adolecen de arbitrariedad y vaguedad y que no aguantan el escrutinio académico. La acreditación está en juego no por la huelga, sino sobre todo por la incapacidad de la gerencia de sembrar la confianza necesaria para conciliar diferencias y resolver conflictos como universitarios.
Aunque lo hemos objetado enérgicamente, a los representantes claustrales y estudiantiles ante la Junta de Síndicos, también se nos ha acusado de ser “entes desestabilizadores y saboteadores de la agenda de la Junta de Síndicos” al reafirmar nuestro derecho a hacer preguntas, exigir respuestas producto del análisis ponderado de los datos, por exigir que se consulte y otorgue participación real a la comunidad académica en todos los procesos fiscales, presupuestarios y académicos y por exigir que se nos permita cumplir con nuestros deberes fiduciarios.
Aun así, tengan la seguridad ustedes, quienes nos seleccionaron para representarles en este foro, que nos mantenemos aquí y seguiremos exigiendo que en esta situación de crisis financiera, se reduzca la gerencia mientras se proteja y fortalezca la docencia, el servicio y la investigación para la comunidad universitaria y para el país que con sus voluntades aspira a educarse en una institución que sobreponga los intereses mezquinos de unos pocos y se eleve para continuar defendiendo y asegurando una educación de calidad y pertinencia para todos y todas.
Unamos nuestras voluntades para modelar cordura y continuar proponiendo alternativas con firmeza, fundamentadas en hechos e investigaciones profundas y dirigidas a fortalecer nuestra Universidad!
Quedamos a su disposición,
Marta Bustillo Hernández Waldemiro Vélez Cardona René A. Vargas