Un rincón olvidado de Floral Park, Hato Rey, alberga una crónica cinematográfica prácticamente desconocida. En las sombras de los años veinte, se levantó la Porto Rico Photoplay, un estudio de cine con el respaldo de inversores yanquis y boricuas. Entre sus logros se encuentra «Tropical Love», una película que supo captar el exotismo y la sensualidad que tanto anhelaba la audiencia de la época. Pero, como en las tragedias más hollywoodenses, la fortuna sonrió de manera efímera a estos emprendedores. Problemas financieros y sospechas de evasión contributiva llevaron al cierre de la compañía en 1923. Sin embargo, este antiguo edificio se negó a sucumbir ante el olvido. Renació como el cine Floral Park, donde se proyectaron películas de calidad durante al menos una década. Aunque hoy yace cerrado, algunos visionarios proponen revivirlo como un epicentro cultural y un santuario del séptimo arte, conectando de nuevo con la rica historia cinematográfica que yace sepultada en su interior. ¿Se atreverán a hacer realidad este sueño quimérico?