Betances 2016: caminante y antiracista
Conmemoración del natalicio de
Ramón Emeterio Betances 8 de abril
Dedicado al Primer Congreso de Afro descendencia en Puerto Rico en el Decenio de la Afro descendencia (Naciones Unidas)
Para entender lo que hay que hacer hay que tener en cuenta lo que sucedió, que es irrepetible. Se preserva lo que sucedió en el acto de conmemorar.
–Francisco J. Ramos sobre Hannah Arendt.
Si quieren honrarme, supérenme.
–Paolo Freire
Betances fue un caminante, un cuerpo en constante devenir. Su imagen es la de un ser en movimiento. Conocer su vida es sentir ese cuerpo inquieto. Su niñez en Cabo Rojo fue poco convencional. Perteneció a una familia mulata hacendada, único varón entre cinco hermanas. Recibió toda su instrucción primaria en el hogar, de ascendencia paterna dominicana y materna francesa; masones, libres pensadores, y distantes del clero.
Fue probablemente, en palabras de Ada Suárez Díaz, el primer puertorriqueño mixto… el primero en aceptar su condición de mulato… el primero, en tener consciencia de su negritud.
Betances fue un activista, abolicionista radical, con indemnización o sin ella, separatista consecuente, irreductible en su idea y propósito de organizar la revolución de Puerto Rico (Ángel Acosta Quintero,1918). Generó y dirigió acciones políticas, insurreccionales, propagandísticas y diplomáticas, y a la vez fue un pensador anti-racista, anticolonialista y anti-imperialista.
Al examinar hoy aspectos de su pensamiento y las acciones políticas que generó (insurreccionales, diplomáticas o institucionales) se evidencia su carácter pionero y la convergencia de estas con las luchas de nuestra América hoy. A saber, con los movimientos sociales por la defensa de los derechos humanos, por la autodeterminación de los pueblos y por la creación de culturas de paz. Las acciones colectivas para potenciar estas luchas se hicieron manifiestas globalmente, algunas como movimientos sociales, en las últimas décadas del siglo 20 y a principios del 21. Hoy son cada vez más vigentes.
Conmemorar al natalicio de Betances mostrando que sus luchas abolicionistas provenían de un sustrato anti-racista libertario y no de un liberalismo blandengue es importante en la coyuntura presente.
Es necesario y valioso nutrir el presente con el conocimiento de saberes de mujeres y hombres que representan el pensamiento radical del siglo 19. Ellos y ellas son fuentes para desarrollar identidades colectivas fuertes, verticales flexibles y tolerantes, como fue Betances. Identidades imprescindibles para enfrentar la consternación y la perplejidad que nos asedia. El momento de hoy precisa de posturas críticas y dignas que puedan diseñar políticas eficaces y éticas de cara a las múltiples crisis de hoy. Betances representa un cuerpo de conocimientos, un legado cultural que se debe tener a la mano en las mochilas de saberes culturales y políticos con las que se camina y guían las acciones.
En 1848, año de las jornadas revolucionarias de febrero contra las monarquías en Francia y Europa, Betances apoyó en Tolosa o en París, las barricadas que posibilitaron la Segunda República la cual iba a instaurar el sufragio universal y abolir la esclavitud en las colonias. Desde ese momento a los veintiún años decide dedicar su vida a luchar por las libertades de los puertorriqueños.
Ya adulto (1889 y 1898) rememora el caminar del joven estudiante-soldado y celebra las bodas de diamante con la revolución pues fue un viejo soldado de la República francesa. Su amigo el periodista Luis Bonafoux dijo acertadamente: Su amor por la independencia es también el amor por la raza negra, cuyos derechos reclama.
En ese mismo año viajó a Puerto Rico donde se enteró de que su padre gestionó con las autoridades la certificación de limpieza de sangre. Años más tarde y en carta a su hermana Demetria afirmó: ningún Betances que haya tenido sentido común, ha negado jamás su sangre africana (1879).
Entre 1849-1856 el joven caminante cursó estudios de Medicina en tres Universidades francesas: Toulouse, Montpellier y París, donde residió en el #20 de la calle Racine del Quartier Latin. Se graduó de París y defendió la tesis Las causas del aborto que dedicó a sus padres.
Regresa el caminante a Mayagüez en 1856 y se convierte en cirujano interino de sanidad de ese municipio con José Francisco Basora como Titular. Caminó por campos y pueblos de la región en un heroico combate contra la epidemia del cólera, por lo que se le llamó el médico de los pobres y de los negros.
En 1858 vive su primer exilio pues las autoridades españolas le persiguen por organizar sociedades abolicionistas secretas: para libertar a los recién nacidos y otra… se ocupa de embarcar y dirigir hacia islas vecinas o Estados Unidos …los infelices esclavos prófugos… (R. E. Betances, 1872). El caminante vuelve a París, a la #4 de la calle Racine en el Quartier Latin. Al año siguiente muere su prometida en París y regresa desolado con sus restos a la Isla. Se reintegra, sin mucho ánimo a la práctica médica. La re-anexión de Santo Domingo a España inicia una segunda guerra de independencia (1863-1865). Betances se incorpora a luchar por ese país al que está unido de muchas maneras. Su caminar y sus acciones políticas no se detuvieron hasta su muerte (1898).
El Dr. Betances elaboró un cuerpo teórico-político con una visión del ser humano típica de la vertiente libertaria de la modernidad, fue libre pensador y liberal radical. Las identidades colectivas de puertorriqueño [nacional], de masón [espiritualidad], de negritud [racial] y de republicano [ideología] tuvieron un peso definitorio en sus escritos, en su práctica médica/científica y en sus acciones personales, sociales y políticas.
El valor de los ancestros indígenas se evidencia en el texto juvenil [1857] francés Les Deux Indiens. Episode de la Conquete de Borinquén. Narra la historia de Toba el indio anti-colonialista y su hermano Otuké lleno de conflictos personales por amar a una española y, a la vez, admirar a su aguerrido hermano. Betances dramatiza las contradicciones coloniales. Hay una apreciación de la humanidad de los indígenas que los españoles negaron. El héroe es Toba, que abogaba por la liberación borinqueña. Pero no hay desprecio hacia el hermano enamorado. Más bien se aborda con sutileza su romance con la española. Romance del cual nace, junto a la derrota militar de los indígenas, el hijo mestizo, una gran metáfora sobre la nacionalidad. Los pueblos originarios, unas de las fuentes de nuestra identidad nacional sobreviven transformados. Esto contrasta, según nos ilustra Félix Córdova (2008) con la metáfora de la extinción de los taínos que presenta Tapia, liberal reformista, en La palma del cacique. Ambas obras son literatura indigenista romántica. Sin embargo, la versión de Betances tiene carácter pionero pues recoge una interpretación muy contemporánea. Plantea la re-valoración que de sí mismos siguen realizando hoy los pueblos originarios. Estos se han fortalecido, después de la “celebración” de los quinientos años de la Conquista en la postrimerías del siglo 20.
Respecto de sus ancestros africanos Betances escribió a su hermana Demetria [1879]: Queda pues bien entendido que somos prietuzcos y no lo negamos; pero como dice Luis Betances, más honrados. Asumió seriamente su condición de afrodescendiente: el periodista Luis Bonafoux escribió: “… si alguien pudo ocultar la raza, ese fue Betances” y en El Liberal de Madrid se dijo que “… por la sencilla razón de que son pocos los blancos que tienen una fisonomía tan fina como la tenía él”.
En carta a Demetria presenta el racismo como una debilidad o defecto que afecta a quien los sufre y a quien lo ejerce. Le aconseja a su hermana que ignore la debilidad de una mujer que la desairó por motivos racistas. Añadió que las palabras ofensivas fueron inspiradas por un sentimiento que no es vergonzoso sino para quien lo abriga en su corazón. Le insta a perdonar la memoria de la buena mujer, esa debilidad. El historiador García Leduc ve en esto un ejemplo de la bondad y la tolerancia de Betances, rasgos que señalan consistentemente quienes le conocieron.
En otros textos Betances se posiciona como vanguardia del pensamiento contemporáneo al negar la superioridad de unas razas sobre otras y la ausencia de una base científica que sustente el racismo. En ese planteamiento hace la defensa de la inteligencia, la creatividad y la valentía de los haitianos como representantes de los descendientes de África. Estimuló la autoestima y el sentido de dignidad personal en los habitantes del hermano pueblo. Lo anterior lo acerca a los movimientos sociales de la tardía modernidad que integran las demandas político-económicas con las socio-culturales y dan importancia a la creación de fuertes identidades colectivas.
La identidad colectiva de afrodescendientes fue nutrida y fortalecida por Betances en la teoría y en la práctica. Fue un hombre renacentista hijo de la Ilustración, del Romanticismo y propulsor del cientificismo positivista del siglo 19 que desarrolló simultáneamente la visión de la sociedad y del ser humano típico de la vertiente libertaria de la modernidad. Admirador de Europa, de cuyos saberes se nutrió, se posicionó como antillano y revolucionario. Por lo cual fue crítico en sus ensayos de las teorías y las prácticas de la esclavización, el colonialismo y el imperialismo que ejercían las potencias occidentales.
Para Betances la libertad política y la social son complementarias. La libertad es indivisible. Reconoció (García Leduc) el significado político del racismo… para justificar la conquista, la dominación y la explotación europeas del indio y el africano. Su defensa de la raza africana es una defensa política. Una instancia de esa defensa es su consecuente apoyo a Haití, la República Negra que llamó la Reina de las Antillas del siglo XVIII.
En 1882 Betances publica la Carta à Jules Auguste como prólogo al libro Détracteurs de la Race Noire et de la République d’Haiti : Réponses à Léo Quesnel. En esta apoya la refutación que hicieron los autores, jóvenes escritores haitianos estudiantes en París, a Quesnel. Utilizó como recurso el texto del Discurso sobre Toussaint L’Ouverture de Wendell Phillips cuya primera edición tradujo del inglés en 1869 desde Nueva York. El objetivo de este Discurso según expresado por Phillips, explica la postura de Betances. Mi bosquejo es a la vez una biografía y un argumento; una biografía, por supuesto muy breve, de un negro soldado y hombre de estado, la cual ofrezco como argumento en favor de la raza que le engendró… la raza negra, en vez de ser un objeto de compasión y desprecio, como creemos generalmente tiene, derecho, juzgándola por los hechos que presenta la historia, a ocupar un puesto inmediato a la sajona.
Betances exhorta a los jóvenes que no den crédito al ignorante de Quesnay. Contesta, usando a Philips, las acusaciones de este respecto de que los haitianos son cobardes, no tienen talento ni virtud, no se han levantado de las ruinas, etc. Phillips señaló en su discurso que Haití no es inferior a ninguna de las Antillas, que sus habitantes demostraron su valor en guerras de franceses, ingleses y estadounidenses; que conquistaron su libertad de las cadenas en el campo de batalla como ningún pueblo esclavizado, que ocupaban el 7mo lugar en la guía comercial con EE.UU. y que derrotaron, con L’Ouverture, a la raza más orgullosa de Europa, la española; la más guerrera, la francesa y la más audaz, los ingleses. (Betances) Con esos argumentos de Phillips, Betances expresa y comparte con jóvenes autores, su fe en la capacidad de la raza negra y su rechazo de las distorsiones degradantes de los blancos racistas fueran ingleses, españoles o franceses.
En el Prefacio a la Segunda Edición [1879] del Discurso sobre Toussaint L’Ouverture de Wandel Phillips, Betances cuestiona las teorías que justifican el genocidio. Este principio es usual y para sostener esta ley de historia natural, la falsa ciencia se apoya en la autoridad del filósofo Hobbes. Cita a otros “ingleses notables” como Mills cuando dice que el error más común consiste en atribuir las diversidades de carácter y de conductas a diferencias inherentes a la naturaleza; y a Buckle cuando señala, esa diferencia nunca ha sido comprobada (científicamente).
En el mismo texto Betances afirma lo siguiente, “…de estas supremacías sucesivas (desde la antigüedad) deberíamos llegar al principio de la igualdad de las razas que por lo menos tiene la ventaja de ser humano [i.e. un principio humano, lc] y de tender a aplicar las razas a la asimilación por la justicia, en lugar de la unidad por el exterminio”. Frase muy actual que muy bien pudo ser dicha por cualquiera de los promotores de educación en derechos humanos y culturas de paz hoy. En ese mismo texto Betances celebra que en París se conmemore todos los años la abolición de la esclavitud y que el último Banquete fuera “presidido soberanamente por Víctor Hugo” (Grand Hotel, Ruta Betances, #10). Llama, sin embargo, la atención a que la campaña NO había terminado pues, aunque dondequiera que el pueblo ha escrito en su bandera la palabra República, la esclavitud se encuentra abolida… Pero dos manchas negras existen sobre el continente americano, Cuba y Brasil, países monárquicos.
En La abolición de la esclavitud en Puerto Rico y el gobierno radical y monárquico de España [1873], Betances demuestra que la abolición decretada para Puerto Rico no se debe a España ni aún a sus republicanos, sino a las luchas de las sociedades abolicionistas de las Antillas. Las dos proclamas de Repúblicas de 1868, Cuba y Puerto Rico, llevaban en su programa no solamente la abolición de la esclavitud, sino el reconocimiento para el esclavo, de todos los derechos del ciudadano… y añade, “desde el año 1858 se forma una sociedad –secreta hasta hoy- para liberar a los recién nacidos, y otra sociedad se ocupa en embarcar y dirigir hacia las islas vecinas o a EE.UU., donde podían gozar de su trabajo, los infelices esclavos prófugos, hábiles para vivir honradamente de sus brazos o de su inteligencia”. Las tácticas de acción directa unidas a las más institucionales de comprar esclavos y otras formas de negociación caracterizaron la práctica de Betances para abolir la esclavitud.
Para concluir, atisbamos en el heterodoxo pensamiento de Betances (término de García Leduc) ideas típicas de perspectivas muy contemporáneas. Algunas son la noción del racismo como invento colonial para organizar la explotación; la valoración de otras formas productivas y culturales en América y el papel del imperialismo en internacionalizar el racismo. Sospechoso de la americanidad que proponía Monroe, Betances percibió desde muy temprano el expansionismo imperialista de Estados Unidos y el racismo profundo en su sociedad a pesar del triunfo de los abolicionistas en la Guerra Civil. Desde 1870 ya había alertado: “A los falsos intérpretes de la doctrina de Monroe, debemos contestar siempre: ¡Sí! América para los americanos; pero las Antillas para los antillanos”.
Mapa biográfico Ruta Betances: herramienta educativa, artística y turística para el aprendizaje panorámico. Útil como recurso para iniciar pistas sobre el pensamiento y la práctica política de Betances en asuntos como el racismo, la autodeterminación y otros temas. (Facebook: rutabetances)
Referencias
Liliana Cotto Morales, PhD
Acosta Quintero, Ángel. 1918. Estudios históricos citado e Ada Suárez Díaz.2005.
Betances, R.E. Carta a su hermana Demetria. 30 de marzo de 1872. En Bonafoux. 1970.
________Hoja suelta. 29 diciembre 1872 citado por Ada Suárez (2005)
________Los dos indios: episodio de la conquista de Borinquén,1855. Congreso Nacional Hostosiano (1998)
________La Abolición de la esclavitud en Puerto Rico y el gobierno radical monárquico de España. 29 de diciembre de 1872 en Ada Suárez (2005)
________ Recuerdos de un revolucionario, 1898. Las Antillas para los antillanos. Angel Rama, ed. Instituto de Cultura Puertorriqueña.
Bonafoux, Luis.1970. Betances. Instituto de Cultura Puertorriqueña. San Juan
García Leduc, José Manuel. 2007.Betances Heterodoxo. Contextos y pensamentos. Ediciones Puerto.
Ojeda, Reyes Félix y Paul Estrade, Eds, 2008.Obras Completas.Vols. II, III, IV.Ediciones Puerto.