Del primero de mayo a la UPR
La fecha del 1ero de mayo mencionada en nuestra historia de manera confusa por manipulaciones político partidistas tiene su origen en las luchas llevadas a cabo por los movimientos sindicales. Los trabajadores luchaban para que se impusiera una jornada de trabajo de ocho horas en Estados Unidos. Esta justicia laboral se logró a raíz de una huelga masiva y luego de un encontronazo entre la policía y los manifestantes el 4 de mayo de 1886 en la plaza Haymarket en Chicago, Illinois.
Aunque el evento y sus resultados tuvieron y mantienen reconocimiento mundial, tristemente en Estados Unidos , y por consiguiente en Puerto Rico, la celebración oficial se cambió al 1ero de septiembre, con el nombre del Día del Trabajo, minimizando su significado real.
Utilizo esta cápsula histórica para recordar que todos y cada uno de los derechos y beneficios que disfrutamos hoy día se los debemos a personas que, como estos trabajadores, sacrificaron sus empleos y vidas por lograr justicia en sus condiciones laborales. ¿Cuánto estamos dispuestos, nosotros los docentes, a sacrificar para proteger estos derechos, beneficios y nuestras condiciones laborales?
Presento una alternativa para los trabajadores y trabajadoras docentes en la Universidad de Puerto Rico: lograr la negociación colectiva para los docentes. Es una alternativa urgente porque somos los únicos trabajadores y trabajadoras en el sistema de la UPR desprovistos de un convenio colectivo que nos ofrezca una voz frente a los vaivenes políticos y económicos que afectan a nuestro sistema universitario público.
El pasado 13 de abril del 2015, representantes directivos de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) entregaron a la Junta de Gobierno de la UPR la solicitud formal para el reconocimiento voluntario del derecho a la negociación colectiva que le otorga la Constitución del ELA a todos los empleados en Puerto Rico. Esta solicitud viene acompañada de cientos de endosos del personal docente de todos los recintos y todas las clasificaciones y rangos.
¿Qué posibles similitudes hay entre la gesta del 1ero de mayo del 1886 y esta acción de la APPU? Al igual que el principio de justicia laboral enarbolado por los eventos del 1886, la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios busca mejorar las condiciones laborales de los docentes. Los miembros de la APPU en sus múltiples asambleas han insistido desde principios de la década de 1990 en su derecho a la negociación colectiva. Este derecho se operacionaliza a través de un instrumento que desarrolle y establezca las bases para unas condiciones de trabajo que protejan libertad de cátedra, derechos y gobernanza. La negociación colectiva ofrece la garantía de una voz, que ahora no tenemos, en la discusión de nuestras condiciones laborales. Más aún, resulta un mecanismo regulador y transparente que ayuda a reducir posibles arbitrariedades administrativas al establecer normas y procesos con peso de ley.
Esta voz NO debe confundirse con la participación docente en los foros establecidos como los Senados Académicos y Juntas Administrativas y Universitarias. La intervención de los Senados Académicos se concentra en el desarrollo de la política en asuntos académicos con el fin de optimizar los ofrecimientos académicos en la UPR. La función de un convenio representa la participación de los docentes en la toma de decisiones sobre sus condiciones laborales para cumplir eficientemente su función en el proceso de enseñanza. Entre estos dos roles se propicia una estabilidad en la institución y un aumento en la calidad del proceso educativo. De hecho, la “Association of Governing Boards of Universities and Colleges (AGB)”aprobó una guía de principios sobre los roles y relaciones de las Juntas de Gobierno que persigue clarificar la relación entre los actores involucrados en el proceso de gobernanza institucional.
In institutions with faculty or staff collective bargaining agreements, it is important to ensure strong institutional governance and to clarify its relationship to the agreement. For example, academic senates and unions coexist effectively in many settings, but their effectiveness is contingent on the clarity of the respective responsibilities of the senate, other traditional academic governance structures, and the bargaining unit. The board should consider a formal policy regarding the role of union officials in institutional governance and articulate any limitations on their participation.1
Esta definición que recomienda la AGB claramente se puede establecer en el lenguaje del convenio colectivo. Es meritorio señalar que la UPR figura como miembro de la AGB. ¿Entonces, cuál es el problema en otorgar este reconocimiento voluntario y reivindicar los errores cometidos en el pasado frente a las barreras presentadas por la UPR?
Respondo con mi respaldo total al espíritu de la celebración del Día de los Trabajadores y Trabajadoras. En ese espíritu reafirmo mi compromiso con los estudiantes para quienes facilito el aprendizaje, con mi disciplina, con mi Universidad y con mi país. También reafirmo que no estoy dispuesta a renunciar a beneficios como la pensión de retiro, condiciones de trabajo sanas y seguras, entre otras, ya otorgados por la ley después del sudor y sangre vertidas por los que nos han precedido. ¿Y ustedes?
La APPU ha planteado que una administración politizada hará todo lo posible por evitar la negociación colectiva de los docentes, pues verá en ella una seria amenaza a su capacidad de control e intervención en los procesos internos de la Universidad. Por el contrario, una Junta de Gobierno sana y justa no debe temerle a la negociación colectiva de los docentes, sino verla como un espacio de colaboración para fortalecer la Institución.
Nuestra celebración espera impaciente por ese reconocimiento de la Junta de Gobierno. Exhorto a este cuerpo a que reivindiquen los errores del pasado y pasen a ser protagonistas cruciales de la historia de nuestro país con un gran evento de justicia laboral hacia los docentes de la UPR.
- Fuente: Statement on Board Responsibility for Institutional Governance, 2010. [↩]