Isla Cerrera
Las coincidencias son impredecibles. Pero han acontecido albures históricos que nos dan qué pensar y hacernos creer que son previsibles. En tiempos lejanos un tal Ricardo llegó con una ambición a Borikén. Ha sido una ambición perdurable que a través de los siglos se ha empeñado en destronar el espacio del tiempo. Eterna es esa ambición de dominio de tantos que han llegado a esta isla. Mas, por circunstancias esenciales hay quienes por mucho tiempo han desafiado esas invasoras ambiciones.
“Esta tierra de Boriquén es nuestra…Debemos conservarla, es de nuestros padres.” Promulgó Guaxicán.
Varias son las confabulaciones que se nos han presentado con el bamboleo del trascurso de nuestra historia. “Un día llegaron en grandes canoas, cambiamos nuestros nombres…todo fue un engaño. Nos robaron las tierras y nos esclavizaron. Protestamos y nos atropellaron…La situación de Puerto Rico es desastrosa”.
El 4 de agosto se conmemoró el cumpleaños 109 de uno de los grandes escritores puertorriqueños: Don Manuel Méndez Ballester. Y este año se cumplen 81 años de la publicación que da título a esta columna: Isla Cerrera. Es la única novela que necesitó escribir este excelente escritor para distinguirse. Las citas anteriores pudieran considerarse un presagio.
Recuerdo que, estudiando el bachiller en San Germán, esperaba con ansias las publicaciones de columnas humorísticas de Méndez Ballester. Con el pasar del tiempo ese estilo de columnas satíricas, lamentablemente, han pasado de moda. Son descartadas sin misericordia. (En EE.UU leía a Art Buchwald, quien satirizó a los poderosos.) Hoy los editores de periódicos son recios. Han perdido algo de humor 1.
Volviendo a Isla Cerrera. Hay matices literarios interesantes.
El primer crítico que comenzó a identificar el realismo mágico fue André Breton 2. Éste escribió un libro de cómo se fue transformando la literatura mágica y cómo comenzó a surgir el surrealismo. Esa insurrección contra la tiranía del lenguaje se inició antes de Gabriel García Márquez quien sin duda logró utilizar este estilo con éxito. Pero antes de El Gabo estuvo Juan Rulfo. Quien, aunque no escribió muchas obras, comparativamente con García Márquez, sí logró imponer un estilo fundamental en Pedro Páramo. El mismo Gabo admitió que leyó con sutileza a Rulfo. Breton publicó su libro en 1929, Rulfo su obra maestra Juan Páramo 3 en 1959 y García Márquez Cien Años de Soledad en 1967. Isla Cerrera se publica en 1937.
Entiendo que Méndez Ballester comenzó a experimentar con el surrealismo mágico antes que muchos de los grandes escritores de América Latina. Presumo que, y existe la posibilidad, algunos de ellos lo leyeron, y aprendieron algo de su peculiar estilo. Asunto que sería de investigación exhaustiva para los críticos interesados en literatura puertorriqueña. Buen tema para una tesis para estudiantes de literatura, porque no hay novela histórica en América Latina del corte de Isla Cerrera.
Hemos traspasado la puerta de las coincidencias y nos encontramos adentro de un momento histórico en que esta isla nuestra se ha vuelto símbolo de la conquista, levantada a costa de muchas vidas. La antítesis del intento en domesticar al puertorriqueño.
El personaje principal de Isla Cerrera es Ricardo de Boadilla. Trata la narración sobre este mozo, hijo de moros, inteligente español que tenía ambición de fama, y emprendedor para servirle a Dios y al rey de España. Sale un día escapado de su casa para arriesgarse a ese destino apócrifo. Encuentra en el camino a un desconocido y le explica su propósito. El foráneo le advierte que debe tener cuidado con los ladrones. Sorprendidos por la noche se recuestan a dormir en orilla del camino. Al despertar se percata Ricardo que el extraño desapareció y le había robado todas las pertenencias.
Sin nada llega a Sevilla henchido con la misma ambición de llegar al Nuevo Mundo. Trabaja y ahorra dinero para financiar los gastos de viaje. En la embarcación conoce a Maestre, un hábil marinero, y con su ayuda aprende sobre las tareas de los viajes de mar. Observó con desagrado el maltrato a los trabajadores esclavos dentro la embarcación. Llega a la isla con una carta de recomendación de Maestre quien conocía a Juan Ponce de León.
Al descender aquel día, 501 años antes de escribir este esquema, de acuerdo al relato épico, se ancló lleno de ideales para colonizar una estancia. Atiborrado de pensamientos fantásticos que sólo pudieran ser prácticos en un lugar sacro. Traía juventud, aspiraciones y audacia. Al notar nuevamente el maltrato a esclavos tuvo la ilusión de tratar con dignidad a aquellos indígenas (taínos) y negros (africanos) cuando fuese mayoral. Uno de sus planes era educar (civilizar) a estos pobres infelices. O sea, enseñarles a leer castellano y a rezar. Dogmatizarlos a voluntad de las costumbres del gobierno español. Para lograr tal osadía invasora tendrían los nativos y los africanos negar su idiosincrasia. Renunciar a lo que eran.
Contrariedades.
Resulta que, en 1898 Estados Unidos (EU) invade a Puerto Rico (PR). Inflige un sistema militar. Se apodera de todos los sistemas y riquezas de la isla. Impone por 50 años gobernadores nombrados por el presidente de EU. Cambia el idioma del sistema de educación y obliga a los maestros enseñar inglés con materiales que no entendían. En 1948 vuelve a cambiarse la educación al español. Enseñar en inglés fue un total fracaso. Hoy día, 120 años de la invasión norteamericana, el 85% de la población no habla inglés.
Casualidad histórica.
¿Qué sabéis hacer? Le preguntó Juan Ponce de León. Sé algo de letras. Contestó. Para tan noble empresa es menester la experiencia. Creo que no tenéis ninguna. Respondió acertado el colonizador. Ricardo le manifestó que quería una hacienda.
En 2016 otro Ricardo es electo como Gobernador de Puerto Rico. Letrado, pero sin experiencia política. Llegó también con un ‘plan fantástico’ para mejorar las condiciones de vida de los nativos. Impuso un referéndum de estadidad, o sea, cambiarle a esta Isla Cerrera su idiosincrasia. Apenas participó un 23% de electores registrados. En 2017 declaró al pueblo de PR en bancarrota. Hace diez meses más de 100,000 isleños viven bajo un techo de plástico azul, y más de 25,000 hogares todavía no tienen electricidad permanente después del azote de un huracán.
La aspiración de tratar con dignidad a los obreros le duró a Ricardo de Boadilla hasta hacerse encomendero (administrador) de su propio latifundio. Por corto tiempo hizo el intento de dogmatizar a sus esclavos. Aquellos que le rendían trabajo forzoso de amanecer hasta atardecer. Aparte, de las inconveniencias de los huracanes, tuvo que lidiar con las conflagraciones de los indomables tainos que se negaban a entregarles las tierras a los invasores sin antes dar batalla…
Don Manuel Méndez Ballester nos dejó una obra universal incógnita a los puertorriqueños. Una seña de lo que representa la gallardía. Hay puertorriqueños que desconocen su literatura, su historia. Porque a través del tiempo los gobiernos que ha tenido PR lo ha impedido. Es gallardía de los que resisten.
Se menciona al principio la ambición eterna que significa lo imposible, que es lo mismo que intentar subyugar a un pueblo que es indomable. Por lo tanto, un pensamiento juicioso debió tener este escritor borinqueño al crear esta novela que lo adelantó al presente. Jamás pensó, Don Manuel, que otro Ricardo (joven, ambicioso) 81 años después sería administrador de la misma Isla Cerrera con los mismos problemas de 500 años en condiciones modernas distintas. Nada ha cambiado. La historia confirma el intento de amansar a este pueblo por medios militares, sociales, políticos, económicos, persecución, asesinatos, acosos.
A Don Manuel, le alcanzaba inteligencia para entender lo predecible. Son pocos los que ven más allá del presente, de lo absurdo, de lo irreal. Es literatura exclusiva y pocos imaginan lo incomprensible.
En 1517 el Ricardo de la novela recibió un flechazo en una pierna y tuvo que abandonar la isla para curarse dejando atrás su ambición y esposa embarazada. En 2017 el gobernador también recibió un flechazo por un plebiscito avaro. A aquel Ricardo lo cristianizaron. Al de hoy lo dogmatizaron y se lanzó a la desventura de norte-americanizar a este pueblo.
De modo que, al concluir la lectura de Isla Cerrera, os decidlle por agora, que hay algo todavía de salvaje en las vísceras de esta tierra que la gente rehúsa domesticarse.
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- Pueden leer algunos de mis escritos (satíricos, jocosos, pueblerinos) en http://villalbaonlinepr.com/. Enlace Gente: secciones Opinión, Vida Social, Historias de Villalba.
- Manifiestos del Surrealismo, André Breton
- Pedro Páramo (novela), Juan Rulfo, y recomendación el libro de cuentos: El llano en llamas, Juan Rulfo.