María Canuta la mai de un plenero
Se apareció en la plena cuando estaba oscureciendo pero las manchas de sangre de su camisa remendada y gastada no se podían confundir con otra cosa cuando empujó a los del coro y se plantó frente a los dos pandereteros y le gritó usted se calla a Pipe Clemente que estaba cantando y empezó a voltear la mano izquierda acelerada exigiendo más repique. Entonces la cara se le puso como de niño perdido y cantó con la voz empapada de amor desbordado y borracho:
Yo no quería verla llorar/ yo no quería verla llorar / yo no quería verla llorar/ por el nene que se nos murió.// Yo llegaba del cañaveral/ y ella nunca nunca sonrió/ yo no quería verla llorando/ por el nene que se nos murió.
Cuando le bajaron las dos lágrimas pararon la plena y se agigantó un silencio momentáneo. Llegaron tres policías y se lo llevaron sin hacer preguntas mientras un murmullo ansioso multiplicaba las voces desconcertadas. Uno de los policías alzó las voz mientras se iban y tradujo la perplejidad a noticia: la mató de un machetazo.
María Canuta Oppenheimer la madre de Joselino Oppenheimer Bumbún el Primer Rey de la Plena no murió de un machetazo pero vivió la demás realidad de lo que arriba se cuenta en ficción. No tengo dudas de que casos parecidos al que yo invento ocurrieron en los tiempos pioneros de la plena ni tengo dudas de que en el agrandado y perdido legado musical de Bumbún hubo una o más plenas dedicadas a su madre. Cañaveral miseria enfermedad muerte desesperación asesinato cárcel fueron todxs compañerxs de los amores extraviados que le dieron trascendencia a la gente más negra pobre desposeída explotada de Ponce durante las primeras décadas del siglo 20. Sus cuerpos en el desorden colonial vivieron protecciones angustias placeres peligros amores muertes supervivencias en familias que se inventaban según los aconteceres biográficos de los momentos convividos y se aglutinaban en las más diversas combinaciones transgresoras del modelo de familia nuclear que les exigía el régimen estatal clasista y racista.
La familia de Bumbún –centrada en la fuerza integradora de María Canuta- asumió y alteró sus formas a partir de dos determinaciones principales que compartía con la gente plenera de su tiempo: la marginalidad de la pobreza urbana y la ancestralidad de la esclavitud azucarera. Nuestro primer encuentro documental con Bumbún nos ubica en el barrio San Antón de Ponce según los expedientes del censo de 1910. Ahí también hallamos la presencia viva de sus antepasados en el cuerpo de su abuela Bonifacia.
Bonifacia pudo nacer de su madre Clara Sa en 1835 o 1840 o 1850 o en otro año circundante en una hacienda azucarera del Barrio Bucaná propiedad de Guillermo Gustavo Oppenheimer un inmigrante alemán que ya residía en Ponce en 1831. Para 1872 –un año antes de la abolición de la esclavitud- la Sucesión Oppenheimer poseía 78 esclavos. Bonifacia fue esclava y se le impuso el apellido de su dueño. Algunos documentos sugieren la posibilidad de que fuera liberta antes de 1873. Lo que nos importa para entender las futuras configuraciones familiares de los descendientes del régimen esclavista es que los amos trastocaban las tradicionales relaciones de parentesco mediante ventas mudanzas alquileres y que muchas esclavas fueron prestadas negociadas como cuerpos reproductores disponibles en el mercado de la industria azucarera. El consecuente carimbo moral sobre sus cuerpos intercambiados lo encontraremos presente y vigente en los posteriores tiempos pleneros: las conductas de mujeres negras u otras mujeres que “se portaban como negras” estuvieron marcadas por el asignado perseguido castigado estigma de la identidad prostituta. La improvisación e inestabilidad de la convivencia familiar esclava también se reprodujeron como legado impuesto por los amos esclavistas y reforzado por los propietarios corporativos de las próximas generaciones. El aristocrático código del honor de “la gran familia puertorriqueña” de fines del siglo 19 excluyó y condenó la negritud como sinónimo de inferioridad inmoralidad peligrosidad criminalidad enfermedad y constante amenaza de contaminación.
Las generaciones de trabajadorxs pobres que encarnaron la emancipada descendencia de la esclavitud sobrevivieron en una resistente solidaridad comunitaria en cuyo seno la familia se desenvolvía en la contradicción de un persistente patriarcado de dominio sexual masculino y una creciente movilidad laboral femenina que se resolvía en la desigual relación de hombres trabajadores exigentes de libertad erótica y mujeres trabajadoras sometidas al control sexual. La relativa fidelidad monógama de las mujeres incluía el peso del trabajo doméstico junto al trabajo asalariado y se sostenía en la medida en que los hombres cumplían la obligación de aportar al sostenimiento económico de la familia. Esta proletarización urbana que vivió la gente plenera pionera solidificó un parentesco de fuerte acento matriarcal en que las mujeres abandonaban a sus maridos incumplidores de apoyo económico y evolucionaban en relaciones monógamas sucesivas en las que con mucha frecuencia lxs hijxs llevaban los apellidos de las madres. Los esfuerzos del régimen colonial por organizar este desorden de cuerpos emparentados y dirigirlo hacia familias nucleares mediante discriminación represión regulación evangelización también incluyeron la legalización del divorcio en 1902 pero el concubinato monógamo sucesivo permaneció como la moral familiar escogida por al menos la mitad de la población. Para la gente blanca de los sectores dominantes el concubinato era una asquerosa variante de la prostitución. Todo lo anterior es necesario para conocer las incidencias familiares de María Canuta Oppenheimer hija de Bonifacia y madre de Joselino.
En 1884 María Canuta se convirtió en madre joven de un hijo que luego aparecería en registros y censos gubernamentales a partir de 1910 como Lino Oppenheimer o Jose Lino Oppenheimer o Berger Jose Oppenheimer o Jose Oppenheimer Y Barger o José Lino Oppenheimer. La tradición oral lo convirtió en Joselino Bumbún Oppenheimer. María Canuta era una muchacha –nacida en 1867 o 1870- que vivía con su madre Bonifacia: una ex-esclava que en 1910 declararía que tuvo 22 hijxs y sólo le quedaban tres de ellxs vivxs. El lazo sanguíneo de Bonifacia y María Canuta constituyó la continuidad más estable de la familia Oppenheimer. El padre de Bumbún fue Domingo Vargas un hombre mucho mayor que ella y quien tuvo hijxs en una relación antes de María y en otra relación después de María de manera que Bumbún llegó a tener seis hermanos por parte de padre.
Domingo Vargas dejó poca huella en la vida infantil de Bumbún pues ya para 1887 no residía con la familia. Sin embargo el vínculo de Joselino con su hermano Manuel Vargas perduró y éste aparecería como declarante del fallecimiento de Bumbún en 1929. Manuel fue un ubicuo personaje que apareció en documentos a través de los años como testigo o encargado de los funerales de varios parientes en familias distintas y así fue figura cohesiva de una disgregada parentela.
En 1887 María Canuta tuvo otro marido de nombre Facundo Castro que otras veces aparece como Facundo Belfort. La pareja trabajaba en los cañaverales y ese año María parió a Félix Castro y Oppenheimer quien murió en 1888 a consecuencia de fiebre palúdica. Vivían en el camino hacia el barrio Playa de Ponce. En 1889 la misma pareja procreó a Luciano Belfort y Oppenheimer quien murió de convulsiones a los ocho días de nacido. María era lavandera. En 1890 nació Dolores Oppenheimer también hija de Facundo. Ella sobrevivió tuvo tres hijos murió en 1931. En 1891 nació Víctor Modesto Oppenheimer hijo de Facundo y murió de gastroenteritis en 1896. Con Facundo María también procreó a Lino Teclo Oppenheimer en 1894 de quien no quedó más rastro documental y lo más posible es que murió antes de 1910. En 1910 María Canuta declaró que llevaba 16 años conviviendo con José Delgado lo que apunta a que su relación con Facundo Castro terminó poco después del nacimiento de Lino Teclo.
Aquí necesitamos un respiro histórico para ubicar estos cuerpos emparentados. María Canuta vivió en tiempo y lugar donde la memoria de la esclavitud era reciente y formaba parte de la diaria conversación. Como mujer negra pobre trabajadora que fundó su entorno familiar en breve concubinato llevaba impuesta la misma reputación que una prostituta en una sociedad ponceña caracterizada por poder aristocrático moralidad eclesiástica política higienista dominio patriarcal racismo intransigente. En una época en que la edad promedio de matrimonio para los hombres era 30 años y la de las mujeres era 25 su temprano concubinato era “evidencia” de inmoralidad promiscuidad prostitución que equivalía a la reputación asignada a las pobres mujeres negras trabajadoras y a todas las mujeres que vivían en condiciones similares a ellas. Para la clase dominante las posibilidades morales de la mujer eran la Virgen María y la María Magdalena. La protección de la unidad familiar era la prioridad moral del régimen y las mujeres como María Canuta eran todo lo opuesto a esa prioridad ideal. Las mujeres pobres de Ponce fueron sirvientas vendedoras lavanderas planchadoras mondongueras mandaderas labradoras y también hubo prostitutas. Todas tuvieron en común la pobreza extrema el trabajo público la reputación inmoral.
Coro: La madre de Bumbún/ María Canuta/ el blanco que la ve/ piensa otra cosa.// La madre de Bumbún/ es mujer negra/ sin diploma escolar/ la saya rota.// La madre de Bumbún/ val baile e bomba/ y si sale a bailar/ alguien protesta.// La madre de Bumbún/ sale y saluda/ y el que la ve reír/ no se imagina.// La madre de Bumbún/ frente al abuso/ grita y alza la voz/ to el mundo escucha.// La madre de Bumbún/ la policía/ la van a perseguir/ pero no es boba.// La madre de Bumbún/ es una esposa/ se le conocen tres/ y ella es arisca.// La madre de Bumbún/ son muchos partos/ y por la enfermedad/ son tantos muertos.// La madre de Bumbún/ muere de vieja/ después de resistir/ toda la lucha.
Para 1894 María Canuta había vivido dos concubinatos. Bumbún había visto la muerte de tres hermanitos y escuchado innumerables historias sobre sus muchxs tíxs muertxs hijxs de su abuela Bonifacia que residía todavía con él y su madre Canuta. Bumbún nunca fue a la escuela. Junto a su hermana Dolores aprendió a jugar y pasar hambre a enfermarse y trabajar a quejarse de castigos y escuchar toques de bomba. Las ocupaciones laborales de sus progenitores y abuela lo dejaban trasladarse por los aprendizajes del patio la calle el barrio. Conocía muchxs niñxs como él y muchxs adultxs vecinxs. Imaginamos al futuro plenero a partir de datos correctos incorrectos aproximados defectuosos de censos y registros y de publicadas investigaciones actuales sobre la época.
Precisamente en 1894 se estableció el Reglamento de Higiene de la Prostitución para la Ciudad de Ponce. Este reglamento fue resultado de la acción gubernamental propiciada por la presión de los sectores políticos dominantes orientados por una mentalidad higienista que entendía la pobreza como un asunto de decadencia moral y definía la prostitución como un problema médico-social que requería la más urgente intervención represiva en los cuerpos de las mujeres trabajadoras prostitutas pero la extendía a las mujeres trabajadoras en general. Sospechas y acusaciones eran suficientes para que estas mujeres fueran arrestadas encarceladas sometidas a públicos exámenes vaginales medicadas con químicos destructivos. La prensa escrita redujo a las mujeres de los barrios pobres de Ponce a cuerpos ignorantes escandalosos revoltosos peligrosos inmorales que demostraban su degeneración practicando brujerías cantando vulgaridades bailando bomba. Los bailes de bomba se denominaban “bailes de prostitutas”. Durante todos los años de vigencia del Reglamento ningún hombre fue acusado arrestado examinado encarcelado excepto algunos cocheros denunciados por transportar prostitutas. Eran precisamente los hombres los que gracias a su continuo tráfico sexual contagiaban a sus compañeras y esposas. Sin embargo no se les consideraba culpables de ningún daño.
A María Canuta le tocó vivir este tiempo con todas las vejaciones que vivieron las trabajadoras mujeres obreras. Entre el cañaveral la calle la casa estuvo expuesta a intimidaciones y abusos y quizás protestó ruidosamente. Bumbún creció sabiéndose parte de la gente más despreciada de la ciudad y agenciándose la supervivencia por medio de la astucia callejera. Hay preguntas que no se pueden contestar o se contestan a medias. ¿Por qué prevaleció el apellido Oppenheimer y no Vargas en la identidad de Bumbún? ¿Por qué a mitad de su relación con Facundo Castro los hijos de Canuta dejan de llevar el apellido paterno? ¿Sufrió María los atropellos policiales que sufrieron las prostitutas de Ponce? ¿Hubo abortos en el cuerpo de María Canuta?
El primer hijo de María en su relación con José Delgado fue José Oppenheimer. Nació en 1897 y es casi seguro que murió porque su rastro documental se perdió completamente. De todas maneras en 1901 María aparecía como doméstica y estaba aparejada con Delgado con quien había procreado a Mercedes Oppenheimer. La invasión norteamericana impuso su propia agenda de renovación moral en la que coexistían la militarización medicación evangelización. La nueva ideología colonial interpretó la degeneración moral que los invasores percibían en la población como resultado de los cuatro siglos del decadente coloniaje español y contempló la posibilidad de que las viriles virtudes anglosajonas abrieran la oportunidad de que los nativos “portorriqueños” pudieran alcanzar la civilización mediante la americanización y el blanqueamiento. Se implantaron proyectos de instrucción pública y salud ambiental junto a investigaciones científicas sobre enfermedades y medicinas. La institución familiar fue una preocupación de los nuevos gobernantes quienes legalizaron el divorcio con miras a que el matrimonio fuera más atrayente y voluntario. La gente aprovechó masivamente la oportunidad de divorciarse pero la tasa de matrimonios no aumentó: el concubinato fue una elección preferida por la mitad de las parejas. A la misma vez se intensificaron los procesos de desposesión y proletarización de las clases trabajadoras y se impulsó la cañaveralización del país sostenida en entrecruzadas relaciones industriales y artesanales mientras el capitalismo corporativo imponía condiciones de mayor desempleo disminución de salarios aumento de la pobreza proliferación del hambre multiplicación de la enfermedad. Las condiciones de vida de gente como María Canuta y su familia se deterioraron aceleradamente.
En 1903 nació Catalina María Oppenheimer de la relación de María Canuta y José Delgado pero se perdió su rastro enseguida y otra vez hay que considerar que murió antes de 1910. En 1904 nació Cruz Oppenheimer y sucedió lo mismo que con Catalina María. La familia apareció en vecindarios distintos durante estos años. Su inestabilidad laboral también debe haber sido frecuente. En 1906 –año de militantes movimientos huelgarios en el país- nació Vidal Oppenheimer hijo de José Delgado y último parto conocido de María Canuta.
Aquí volvemos a respirar para proseguir. Una ficha del censo de 1910 del barrio San Antón de Ponce fue el primer documento que certificó la existencia de Bumbún. Tenía 25 años. Estaba soltero. Era labrador en finca de caña y –como toda su familia- era negro. José delgado era el jefe de la familia: un labrador de finca de caña de 43 años que no le dió apellido a nadie en la casa. María Canuta apareció como Marie J. Oppenheimer de 40 años y era labradora de finca de caña. Vidal Oppenheimer era un niño de seis años. La abuela Bonifacia tenía 85. ¿Dónde estaba Mercedes que debía tener nueve años? ¿Y Dolores? ¿Se habría casado Dolores y Mercedes vivía con ella? Todos eran analfabetos. La estabilidad de la familia se sustentaba en los cuerpos de María Canuta y Bonifacia.
Coro: El hambre me está matando/ me amenaza la enfermedad/ y con lo poco que gano/ siempre estoy en necesidad.// El arroz con los gorgojos/ los gusanos del bacalao/ y con lo poco que gano/ yo tengo que coger fiao.// El tocino esté verdoso/ y la sal está muy mojá/ y con lo poco que gano/ no me alcanza casi pa na.// Las habichuelas partidas/ la manteca de color gris/ y con lo poco que gano/ cada día más infeliz.// La azúcar está muy cara/ la cebolla ya retolló/ y con lo poco que gano/ ya no sé que voy a hacer yo.// Y la carne ni se diga/ los huevos ya no se ven/ y con lo poco que gano/ yo nunca voy a comer bien.
Entre 1910 y 1920 la muerte también se ensañó con la Familia Oppenheimer. Bumbún perdió una tía y un tío y a sus padrastos Facundo Castro y José Delgado. La soltería de Bumbún era típica de los varones de su época pero también lo eran la multiplicación de aventuras sexuales relaciones clandestinas emparejamientos no declarados. Bumbún se registró en el servicio militar. Durante la Primera Guerra Mundial la persecución contra las prostitutas y las mujeres negras y trabajadoras arreció de manera brutal. Se les consideraba un peligro para la salud de los soldados que había que erradicar de cualquier forma. Nunca hubo más arrestos y encarcelaciones de mujeres prostitutas o sospechosas de serlo. Quizás María Canuta no fue víctima de aquellos abusos por su edad pero es posible que sus hijas Dolores y Mercedes fueran maltratadas o amenazadas. Con el fin de la guerra la preocupación por la prostitución se diluyó entre otros asuntos de mayor urgencia. La calidad de vida de las clases trabajadoras siguió empeorando al entrar la segunda década del colonialismo norteamericano.
Mientras tanto el siglo 20 convirtió a María Canuta en la mamá del plenero más talentoso y reconocido de todos. Las iniciaciones pleneras de Bumbún son trazos borrosos en las oralidades de la música popular pero algunos asuntos resultan evidentes sin evidencia escrita o sea se caen de la mata. La plena surgió a principios de siglo y se manifestó primero en la Joya del Castillo en manos y voces de una pareja de inmigrantes antillanos. Bumbún fue parte de la primera generación que recibió el inicial impulso y lo adoptó a sus inestables correrías por los tiempos de ambulantes empleos y desempleos de los ambientes cañeros de Ponce. Formado primero en las tradiciones de la bomba Bumbún hizo su tránsito a la plena y aseguró su destreza en una música nueva urbana portátil placentera. Su inserción orgánica en la plena sucedió en el mismo barrio Joya del Castillo donde la pareja de “los ingleses” Clark-George sentó las bases de un nuevo canto popular. Si nos atenemos a su edad en 1910 es muy probable que ya fuera plenero y que en poco tiempo formaría su primer conjunto profesional. María Canuta fue testigo de todo y quizás nunca se opuso porque un hijo tan criado al lado de la muerte logró convertirse en un inspirado proveedor de alegrías festivas comunitarias. Sin esa capacidad para acceder al placer compartido la familia Oppenheimer –lo mismo que sus familias vecinas- no hubieran aguantado tanta desgracia vivida.
En 1920 María Canuta tenía 53 años y vivía en el camino hacia el barrio Playa de Ponce con su madre Bonifacia y su hijo Vidal. Bumbún era famoso y querido y los mejores pleneros tocaban con él. Mercedes y Dolores vivían en el mismo barrio pero en otras casas. Bumbún apareció casado en el censo de 1920 pero ese mismo año se casó con otra mujer en una boda evangélica. Bonifacia murió en 1921. Bumbún procreó a Fela Isabel y a José Ángel y por breve tiempo fue plenero a tiempo completo. El Rey de la Plena reprodujo los comportamientos desordenados de los hombres que tuvo su madre y los superó en atrevimiento. Su fama de “picaflor” en amores era conocida por todxs. Menos conocida era su también evidente preocupación espiritual.
Quizás María Canuta no se enteró de todos los detalles –o quizás sí- pero lo cierto es que en 1927 Bumbún –casado con Leonor Altruz y con dos hijos reconocidos- se casó en Mayagüez en con la joven Victoria Abreu –a quien dedicó una de sus más famosas plenas- y declaró en el acta de matrimonio que era viudo y tenía patria potestad de sus dos hijos y además quería casarse para reconocer y dar hogar a Miguel Ángel el hijo que ya tenía con Victoria. Lo cierto es que Leonor vivía con sus dos hijos de Joselino y Miguel Ángel nunca recibió el apellido Oppenheimer y hasta fue declarado luego como sobrino en vez de hijo de Victoria. Domingo Vargas padre de Bumbún murió en 1928. Bumbún murió en 1929. Subsiguientemente María Canuta vivió con su hijo Vidal. Dolores murió en 1931. Luego Canuta vivió con la familia de su hija Mercedes y finalmente murió en 1943. Vidal murió en 1944 y Mercedes estaba viva en 1960 cuando su rastro se perdió.
María Canuta Oppenheimer la mai del Rey de la Plena sobrevivió a tres maridos y nueve de sus once hijxs. Quizás fue una mujer de baja estatura y voluntad arrolladora cuya trayectoria de vida fue emblemática de las mujeres que sostuvieron pioneras familias pleneras. Tal vez fue espigada y flaca de paciencia sostenida y así también representativa de las jefas de familias de vecindarios obreros. Quizás fue mal reputada o bien respetada o ambas cosas pero tuvo la suerte de parir criar ofrecer un hijo inmortal a la cultura puertorriqueña. Aquí dejo la reseña de su propia inmortalidad.
Coro: Bumbún hombre espiritual/ por experiencia sabía/ que todo lo material/ termina en la tumba fría.// Eran cuentos de miseria/ de espantosa enfermedad/ de la interrogante seria/ por qué hay tanta vanidad.// Veintidós hijos nacieron/ que su abuelita paría/ diecinueve se murieron/ por qué hay tanta hipocresía.// Y los partos de su madre/ de once hijos por cierto/ siete veces tuve el cuadre/ el cuerpo después de muerto.// Bumbún oyó tantas veces/ la cruel lección que aprendía/ placer que al vivir mereces/ pertenece a tumba fría.