Anthropoid
Reinhard Heydrich (Detlef Bothe) era el cuarto nazi más importante en el Tercer Reich. Director de la Gestapo por cinco años, director de la seguridad del Reich después, y el diputado “protector” de Bohemia y Moravia (hoy día la República Checa) hasta el día de su muerte. Durante el periodo de 1938 a 1942, organizó la infame “Noche de los cristales rotos” (Kristallnacht), las unidades Einsatzgruppen, encargadas de eliminar judíos en las zonas ocupadas por los nazi, y la conferencia de Wannsee, en la que se confeccionó la “solución final” (los campos de exterminio). No muy lejos de Praga, convirtió un palacio en un gueto para judíos llamado Theresienstadt, donde murieron miles y de donde fueron enviados miles más a los campos en el este. Era una estrella nazi: Hitler le llamaba “el hombre del corazón de hierro”. El caldero diciendo que el sartén era más prieto.
Este thriller histórico se centra en el plan, Operación Antropoide, para asesinar a Heydrich que fraguaron en Inglaterra, y que pusieron en manos de agentes checos, los líderes del gobierno checoeslovaco en el exilio. Los participantes fueron tirados en paracaídas en el territorio ocupado donde contactaron los miembros de la resistencia que habrían de ayudarlos a completar su plan. Jozef Gabčick (Cillian Murphy) y Jan Kubiš (Jamie Dornan) encuentran escollos desde que llegan, pero logran acercarse a Praga y unirse al grupo liderado por Jan Zelenka-Hajský (Toby Jones, siempre peculiarmente efectivo) y el doctor Eduard (Sean Mahon).
El guión de Anthony Frewin y Sean Ellis (quien también dirigió), no se distingue mucho de otros que han resultado en filmes que hemos visto sobre la resistencia antinazi en los países ocupados de Europa. Se ciñe bastante a la historia con letra mayúscula, de modo que no hay mucho espacio para sucesos ficticios. Basta decir, que todos los agentes que han llegado como paracaidistas logran unirse en Praga y con la ayuda de los locales, formulan un plan casi perfecto. Dos mujeres, Marie Kovárníková (Charlotte Le Bon) y Lenka Fafková (Anna Geislerová), se unen a ellos con consecuencias amorosas predecibles.
El polifacético Ellis, quien también es responsable de la cinematografía, encuentra su mejor aliado en ese aspecto del filme. Su manejo de las conversaciones entre los conspiradores y la posición de su cámara, transmite a perfección la ansiedad, el temor y, simultáneamente, el valor y arrojo de estos hombres y mujeres. Es su defecto que lo “real” en el proceso no es muy excitante que digamos y que el “thrill” del thriller no comienza hasta que sucede el atentado. Por suerte, la eficiencia de los actores nos mantiene en espera de lo que ha de definir a los personajes para la historia de su país. Ese país sufrió horrores como consecuencia de este acto, y las represalias que pusieron en efecto los nazis hace pensar profundamente si en realidad la operación valió la pena o no.
El clímax de la película es lo mejor. Orquestado y coreografiado con gran precisión, nos convence de la valentía que nos mostraron los personajes al principio, a la vez que nos conmueve por la determinación que en todo momento tuvieron los conspiradores.
Hay que resaltar a los dos actores principales, los irlandeses Murphy y Dornan. El primero es imposible olvidar después de su papel como el “Espantapájaro” en “Batman Begins” (2006) y “The Dark Knight” (2008), pero su actuación cumbre es en el papel de Patrick/ “Kitten” Braden, una persona transgénero en “Breakfast in Pluto” (2005). Si no la han visto, búsquenla. Dornan estuvo en “Fifty Shades of Grey” (2015) que no he visto y puede que no vea. Pero es un imán escénico en el drama televisivo de la BBC “The Fall”, que también les recomiendo.
Gracias a ellos y a los otros actores, y a la última media hora de acción, “Anthropoid” es aceptable. Lo mejor es ir a ver la muerte nueva de un asesino implacable como lo era el “Carnicero de Praga”, y recordar que hay que saber estas cosas, no importa la edad que se tenga. No se puede olvidar a los que mueren por el capricho y la maldad de otros.