La economía del miedo y de otras vertientes de la vida afectiva, nutre a la industria farmacéutica, la mediática, la armamentista y a todo el andamiaje que las tecno-ciencias pueden vehicular.
La economía del miedo y de otras vertientes de la vida afectiva, nutre a la industria farmacéutica, la mediática, la armamentista y a todo el andamiaje que las tecno-ciencias pueden vehicular.
El psicoanalista Gabriel Lombardi estará dictando una conferencia pública en el anfiteatro de arquitectura de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, el jueves 22 a las 5:30 p.m. bajo el título: Capitalismo, esquizofrenia y depresión.
No hay ninguna aspiración a colmatar la insatisfacción estructural, mas bien se trata de exacerbarla y convocar con ello el despliegue de las desmesuras de cada cual.
¿Qué pensar de aquellos psicólogos que conociendo el poder devastador de estas técnicas de quebranto subjetivo las recomienden, suscriban y enseñen a utilizarlas con otros seres humanos? ¿Qué los lleva a realizar dichas acciones o a ser cómplices de las mismas? ¿Qué es lo que ganan?
El desafío es álgido para el campo psicológico pues la pregunta por la identidad de la psicología sigue siendo un asunto complejo y problemático que divide.
Ningún pueblo que pretenda tener un porvenir, puede seguir permitiendo que sus jóvenes desaparezcan devorados por la violencia de aquellos, cuyas acciones nutren la indiferencia y la impunidad.
La salud es una forma de asumir lo propio pero en función de la convivencia y el intercambio con los otros; no es un azar que la salud sea ante todo una forma de saludar.
La apuesta sería clara: cultivar la potencia del deseo que habita en cada cual. Tomar su vida en sus manos es asumir la propia voz, en una apuesta por salir del lugar del infans que conjuga la incapacidad y el mutismo con la ausencia de perspectiva y de responsabilidad.
¿Cuáles son los límites de lo prevenible y de la prevención? ¿Cuáles son los riesgos de querer prevenirlo todo, incluyendo el propio dolor de la existencia? ¿Es eso acaso posible o incluso deseable?
La pretensión “científica” de la psiquiatría biológica elude o más bien rechaza algo esencial: los malestares subjetivos son inherentes al humano.
Mucho se ha escrito sobre este concepto, asumiendo con una sorprendente facilidad que se sabe lo que es el inconsciente, lo cual ha llevado a proposiciones que no tienen nada que ver con la propuesta freudiana.