Con 4 pelis
[Mariella ] Pérez fue enfática en que mientras el Fondo no se repague con los préstamos otorgados a otros proyectos, el flujo de trabajos disminuirá. “Si seguimos dando los $3.3 millones y no existe un repago, el Fondo no se regenera. Se gasta y no hay repago. En la medida en que se pague, podemos hacer más proyectos. Desafortunadamente, los proyectos fílmicos locales no han tenido éxito taquillero”, comentó la directora ejecutiva [de la Corporación de Cine de PR] al asegurar que es consciente de que aún el público tiene sus reservas para visitar las salas con filmes nacionales.
martes 30 de noviembre de 2010, Amary Santiago Torres / Primera Hora
En primera y última instancia hacer cine es contar historias. Y contar historias es una de las artes más antiguas, desde los ritos, los bailes, los ditirambos, el cuento, el teatro, la literatura en todas sus formas hasta esta fascinante hilada de imágenes en movimiento que llamamos cine. Entonces contar historias es nuestro principal objetivo.
Ahora, para escribir un cuento sólo se necesita un lápiz y un papel, pero para hacer cine se necesita dinero. ¿Por qué? Porque toma mucho tiempo, necesita de mucha gente y de equipos y materiales.
Hay proyectos minimalistas que requieren muy poca inversión para hacerse de manera excelente. Hay proyectos de efectos especiales, actores famosos y variadas localidades que requieren mucho dinero para hacerse de manera excelente.
El costo de un proyecto variará según la historia que queramos hacer y de la forma que queramos hacerla.
Por ejemplo, La charca del novelista Manuel Zeno Gandía se podría filmar como una acentuar naturalista con reconstrucción histórica o la podríamos hacer con la técnica de la «caja negra» a lo Dogville, de Lars von Trier. La misma historia contada de distintas formas. Cada una tendría su costo. La historia naturalista sería más cara y la «caja negra» menos costosa.
O podría ser al revés. A una historia simple, supongamos un huevo sobre una verja que cae y se destroza, podemos hacerla con títeres o en animación digital o de manera ilusionista-realista con un huevo enorme sobre una verja real, y un largo etcétera.
Cada enfoque estético tiene un costo particular. Cuando voy al supermercado hago la compra que puedo, no la que quiero. Depende del dinero que llevo.
¿Qué necesitamos realmente para hacer el cine posible?
Primero una buena historia y luego un presupuesto, que aunque no sea el que deseamos, por lo menos sea uno que nos permita vivir, meaning, pagar las cuentas mientras estamos trabajando. Y trabajar, lo sabemos, no es sólo los días de filmación. Incluye todos los días de desarrollo, de escritura, de casting, de pre producción y luego de los post y los periodos de promoción y distribución.
Honestamente, y sin menospreciar el trabajo de ninguno o ninguna de los compañeros que han realizado películas con un presupuesto de 1.2 millones, ninguna de esas producciones ha alcanzado las expectativas estéticas de éxito que generaron. Y ninguna ha podido recuperar la inversión en taquilla. Es cierto que se necesita una distribución eficiente que fortalezca la recuperación de lo invertido y extienda la divulgación de nuestras historias, pero también es cierto que podríamos pensar nuestras historias con menos presupuesto, de forma tal que se garantice sobrevivir a todos los involucrados, y garantizarnos una recuperación económica aceptable y que así nos permita hacer el próximo proyecto.
Con $300 mil se pueden narrar formidablemente muchas historias. Entonces con 1.2 millones se podrían hacer 4 pelis. 4 pelis que estarían exhibiéndose y tratando de recuperar parte de su costo a través de la taquilla y luego la TV y luego la venta de DVD. Además, serían 4 pelis que irían a festivales dando a conocer a nuestros realizadores y a nuestras historias.
Creo que todos podríamos vivir cómodamente con un salario anual de $30,000 a $36,000. Si yo trabajara en cuatro proyectos y me ganara esa cifra en un año, sería el hombre más feliz del mundo.
Recapitulando:
1. Buscar buenas historias
2. Considerar guiones cuya elaboración estética no genere producciones caras, es decir, realizar proyectos con presupuestos de $300,000 a $500,000
3. Mejorar la distribución nacional e internacional… y,
4. Mejorar nuestra presencia en festivales.
Todo esto nos permitiría hacer más cine puertorriqueño.