La indignación, el triunfo de la derecha y la Iniciativa
La indignación ha movilizado a centenares de miles en Europa. Es maravilloso que miles de personas hayan dejado la comodidad de su casa, la televisión y el consumo, por bastantes días, para ir a la plaza pública y expresar su malestar. Sin embargo, es tristísimo ver cómo la derecha ha capitalizado ese malestar electoralmente.
El resultado neto de la masa indignada que se abstuvo de votar en las elecciones municipales de España, fue que el Partido Popular (PP) ganó hasta en municipios en que nunca había ganado. En las elecciones parlamentarias españolas (ahora adelantadas) pasará lo mismo. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) va a perder miserablemente y el PP se va a levantar con una mayoría parlamentaria a pesar de tener una minoría de votos. Como sucedió en Portugal donde el 54% se abstuvo y la derecha ganó la mayoría parlamentaria con sólo un 28%.
Mientras tanto, los indignados se indignarán más sin convertirse en una fuerza política que sustituya a los dos partidos principales. La indignación se ha dirigido concreta y electoralmente contra el gobierno de turno aunque declare que aspira a un cambio sistémico total. Es decir, este grupo termina siendo uno de presión que no genera los cambios a los que aspira.
En Egipto la indignación tumbó a Mubarak porque allí no existían las instancias democráticas que existen en Europa. En Egipto el gobierno no tenía más alternativa que reprimir salvajemente y prolongarse en el poder por un tiempo más o sucumbir ante la presión de la gente y salirse. No había alternativas de compartir poder, no había los mecanismos. Igualmente en Libia.
En Europa, aunque con limitaciones y con privilegios inmensos de las corporaciones, existen procedimientos democráticos. No usarlos es abrirle el paso a los que los usan. Así, la derecha va a ganar porque los otros se retiran.
El poder está en la calle, tanto en Egipto, en Libia, en Europa como en Puerto Rico. No obstante, la articulación efectiva de ese poder varía según las circunstancias. Ignorar la vía electoral en Europa es, me parece, darle la victoria a la oposición.
Entonces, ¿qué se podría hacer? Involucrarse y crear una fuerza política que sustituya tanto al gobierno de turno como a su oposición. Así, desde la legitimidad de ser gobierno, entonces crear nuevos mecanismos de participación y de mayor democracia comunitaria para limitar las ganancias de las corporaciones, asegurar una mejor salud, proteger la naturaleza, etc. O sea, llegar a ser gobierno para construir una governanza de mayor participación directa.
En Europa es mucho más fácil crear organizaciones políticas nuevas porque el sistema es de representación proporcional. Es decir, si un nuevo partido obtiene un 5% del voto al parlamento, la cantidad de escaños que tendrá en el Parlamento será igual a un 5%. O sea. que si ninguno de los partidos grandes saca más del 50% de los votos, tienen entonces que gobernar con la ayuda de otros partidos hasta conformar una coalición que supere el 51% de los escaños. Esto permite que el elector a la hora de votar por un tercer o cuarto partido, no pierda su voto. Su voto estará representado por ese 5% u 8%, o el que sea, que su tercer o cuarto partido ha obtenido. Y estos partidos a su vez tienen la capacidad de negociar con los partidos más grandes.
¿Qué permite esto? Que se pase legislación de los partidos chiquitos y que no se pueda ignorar olímpicamente a los minoritarios, que haya que contar con ellos. Así, se podría aprobar legislación para instituir la Iniciativa Ciudadana por ejemplo. La Iniciativa Ciudadana es un mecanismo democrático mediante el cual cualquier ciudadano o ciudadana tiene el derecho de recoger un número de firmas establecido con el propósito de que una propuesta suya se le presente a votación a la población y si es favorecida por el voto mayoritario, se convierte en ley. Es un mecanismo de legislación directa del ciudadano. Éste sería una herramienta extraordinaria para los indignados porque a través de él podrían legislar muchas de las demandas y aspiraciones de su movimiento.
En Italia, por ejemplo, el pueblo italiano le ganó cuatro plebiscitos a Berlusconi. Dos de ellos sobre la privatización del agua, uno sobre la energía nuclear y uno sobre la ley del legítimo impedimento (ley de impunidad para funcionarios públicos) que el mismo Berlusconi impulsaba para provecho propio.
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En Puerto Rico, lamentablemente no existe la representación proporcional. Por esta razón, la constitución de nuevas organizaciones políticas electorales tienen escasa posibilidad de obtener suficiente poder político como para lograr hacer alianzas legislativas verdaderas.
En ¿Y por qué no un MUS Party? he propuesto que organizar grupos políticos para participar en las primarias de los partidos principales eligiendo candidatos comprometidos con la iniciativa, con la representación proporcional, con la protección de la naturaleza, con un sistema de salud universal, con las energías alternativas podría crear cierta fuerza legislativa que adelante estos proyectos.
La insastisfacción de la gente con la legislatura es uno de los asuntos importantes en las elecciones que se aproximan. La gente está harta de la mediocridad y del abuso de los líderes legislativos que aprueban legislación a las millas y sin considerar las opiniones del electorado.
Desde la huelga de la Telefónica en el 1998 hemos promovido la Iniciativa Ciudadana en la Isla. Al finalizar el cuatrenio de Sila Calderón logramos, vía el entonces Presidente de la Cámara de Representantes, licenciado Carlos Vizcarrondo, la aprobación de un proyecto de ley que viabilizaría una Iniciativa Ciudadana consultiva, o sea, no vinculante. Al menos se aprobó algo. Lamentablemente el Senado presidido por Fas Alzamora no llegó ni a considerar la pieza legislativa.
Creo que es el momento de volver sobre la Iniciativa Ciudadana y de hacer de ella un asunto de discusión para las próximas elecciones. Con la Iniciativa Ciudadana, el poder que está en la calle y las aspiraciones de muchos podrían concretarse en leyes propuestas y aprobadas directamente por los ciudadanos y ciudadanas.
¡Vamos a hacerlo! Estén pendientes para participar.