Operation Mincemeat (Netflix) y Memory (Cines): ¡Guerra!
El guion introduce elementos que le dan balance a los detalles del engaño. Montagu (verídico, como casi todos los personajes del filme) es judío de modo que ha enviado a su esposa y dos hijos a América previendo un posible desembarco nazi en Inglaterra. Además, su matrimonio está pasando por un momento difícil y la separación parece que ha de ser permanente. En su casa, vive su hermano, Ivor (Mark Gatiss), un diletante a quien, aparentemente, solo le interesa la buena vida. Sus actividades e inclinaciones políticas le han de traer complicaciones a su hermano. Más crítica es la presencia en el grupo que ha sido asignado a la operación de una joven viuda, Jean Leslie (Kelly Macdonald), que ha de causar fricciones entre Montagu y Cholmondeley por razones románticas.
El ritmo de la película establece el suspenso necesario sobre una trama que no puede sufrir muchos cambios ya que sucedió. Me refiero a la operación militar, no a las nuevas vertientes que la guionista Michelle Ashford añade para darle al filme sus momentos románticos y los tajantes: las relaciones entre los militares que planearon el engaño. Como sea, el filme vale la pena y nos hace recordar las dificultades que crean los conflictos bélicos.
Carne molida a tiros es lo que resulta cuando Alex, un asesino americano con varios nombres (Liam Neeson), se le da un trabajo que no quiere. En realidad, preferiría retirarse porque está sufriendo pérdida de su memoria. Puede que sea el primer sicario que sufre de Alzheimer en el cine americano y que está tomando medicinas para tratar de corregir el problema. En el contrato se le pide que elimine a dos personas. Pero cuando resulta que la segunda víctima es una niña, rehúsa hacerlo. Como se imaginan, eso lo conduce por vías que han de causarle problemas serios.
La cinta está basada en un libro y una película belga del mismo tema, y Dario Scardapane escribió el guion que trae la historia a los Estados Unidos y a México. Eso le da la posibilidad de mencionar los asesinatos de mujeres en Juárez, que pensé iba a ser un tema central. En vez, tuve que contentarme con pensar en Bolaño y 2666 porque se desvió al abuso de niñas por una red de malvados encabezada por una millonaria Davana Sealman (Monica Bellucci) que dona plata a museos (una especie de Sackler, el de la oxicontin) y que oculta las perversiones de su hijo Randy (Josh Taylor), que participa en el tráfico de las jovencitas.
La policía se hace de la vista gorda y actúa de forma extraña. El FBI, representado por el agente Vincent Serra (Guy Pearce) y su compañera de trabajo Linda Amistead (Taj Atwal) emprenden la búsqueda del asesino de la niña, que creen es Alex. De hecho, los que en realidad la mataron también lo están buscando. Las búsquedas dejan muchos muertos y muchas dudas. ¿Estará el FBI también involucrado?
Pero llega el momento que hay tantos muertos y tantas situaciones que parecen imposibles que parce que estamos viendo un cómic. Hace rato que los guionistas y los directores debieran saber que un tiro en el abdomen no se remedia tapando el boquete por donde emana la sangre. Sí, sé que es ficción, pero ¿por qué no dotar de un chaleco a prueba de balas al que va a recibir un balazo y sobrevivir? Para esta esperen a verla en sus casas “gratis”.