Picando adelante: el wild bunch boricua
Al comienzo todo parece ser un chiste que revolotea alrededor de la naciente y creciente industria del cannabis medicinal. Marysol (Marisé Álvarez), una joven emprendedora, quiere establecer una finca para cosechar y luego mercadear lo que vulgarmente se llama marijuana o yerba. Los banqueros le explican que, aunque eso es legal en Estados Unidos, técnicamente es ilegal en Puerto Rico. No le prestan el dinero. Mientras tanto su familia, que incluye a su padre Elegido (como veremos, un chiste; representado por René Monclova), su madre (Cristina Soler), su hermana mayor Wanda (Lourdes Quiñones) y su hermano Roli (Mikephillipe Oliveros). Este último está en espera de que termine su probatoria provisional luego de haber estado en prisión por posesión de cannabis y se hace evidente que es adicto a “todo” (toma pastillas, quién sabe de qué, continuamente, y en escena siempre parece estar obnubilado). Cuando viene su agente de libertad condicional tiene una muestra de orina de otra persona para dársela.
La familia es una especie de wild bunch pues todos tiene sus problemas y sus idiosincrasias. Se añade al cuadro jocoso que no tarda mucho en ponerse serio, el hecho de que la casa no está paga y tal parce que la han ejecutar. La madre está tratando de que no se entere el resto de la familia cuando Marysol sugiere que el remedio es comenzar a cultivar el cannabis en el cuarto que dejó vacío la muerte de su abuela. Luego de forcejeos verbales la familia accede a su petición. Para comenzar usan el dinero de Wanda que lo hace vendiendo leche de mujeres a los que asisten a un gimnasio, porque eso “aumenta su masa muscular”.
Da la casualidad de que Wanda tiene un pretendiente llamado Tebo (Luis Gonzaga) que es policía y este comienza a ayudarlos a guardar el secreto. Pero las cosas se van complicando cuando alguien le sugiere a Elegido que hay alguien llamado Látigo (Lucienne Hernández) que puede comprar toda la producción de la operación. En ese punto, la trama toma un curso tan torcido como la carretera para llegar a donde vive Látigo, y se va ennegreciendo la trama.
Basada en una obra de Mikephillipe Oliveros y con guion adaptado a la pantalla por él y Luis R. Trelles, la cinta tiene sus lagunas y sus obviedades, pero sus aciertos cómicos son los suficientes para hacernos muy divertida la primera mitad que resulta ser un compendio de puertorriqueñismos, incluyendo la nueva moda del hablar soez establecida para quedarse por Bad Bunny, bien traídos para el momento. El chiste de Elegido es que, en un momento típico de sus sal’pa fueras, llama al gobernador mama… (ustedes saben). Pero él no ha sido elegido por nadie, ya que nadie elige al padre. En otras palabras, es un usurpador del poder que le concede el machismo y la incompetencia que muchas veces lo acompaña. ¿No les suena?
De ahí en adelante la trama se desarrolla bastante bien como thriller que mantiene el suspenso y la tensión. Dirigida por el actor puertorriqueño Israel Lugo, esta es la primera película de Teatro Breve un grupo teatral de Puerto Rico establecido en 2006. La dirección de Lugo muestra su buen entendimiento del cine de Hitchcock en el uso del llamado McGuffin (un objeto que sirve simplemente como desencadenante de la trama; en este caso varias bolsas) y de cómo crear suspenso de lo que luego resulta ser trivial. También muestra su sensibilidad para la comedia y el slapstick. También hace uso, dirigido por el guion, de verdaderas sorpresas. Por otro lado, algunas de las situaciones y sus consecuencias se hacen obvias. Hay también que distinguir la banda sonora compuesta por Eduardo Cabra y José David Pérez que ayuda a la ambientación de la cinta.
El tema de la narrativa que se proyecta con insistencia es el de la incompetencia que, tal parece, resulta ser una enfermedad nuestra. Todos, con la excepción de Marysol, sufren de ella. Con mano firme y con el uso de varios accidentes, los narradores nos van llevando al final. Una vez compuesto, se le hará fácil a los amantes del cine reconocer de dónde viene la última escena. Pueden escoger a este wild bunch de puertorriqueños como reencarnación parcial del Wild Bunch en Mexico (1969) o de Reservoir Dogs (1992). Como en el caso de la última, hay quien sale airoso de la melé y gana, sea realidad o sueño. Si desean saber quién y cómo, no se la pierdan donde quiera que la puedan ver.