Por un mejor Puerto Rico
Pronunciamiento político firmado también por los senadores Ramón Luis Nieves, Maritere González y Martín Vargas Nieves, presentado el pasado miércoles 24 de julio de 2013.
Ante una conmemoración más de la creación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (ELA) hacemos un alto para reflexionar con honestidad sobre los límites de nuestra actual relación con el gobierno de Estados Unidos de cara a la urgencia por construir un modelo político, social y económico que nos devuelva la esperanza como País y nos encamine a resolver los grandes problemas que enfrentamos.Se trata de actuar con apremio y valentía para idear nuevas formas de aproximarnos a los grandes retos que tenemos por delante, dejando atrás los viejos esquemas políticos que, aun cuando reconozcamos que sirvieron grandemente para desarrollar nuestra sociedad moderna durante varias décadas, hoy requieren ajustarse a los desafíos que nos impone los nuevos tiempos.
El ELA, tal y como lo concebimos hace 61 años, ha agotado su fortaleza enfrentándonos a la imperiosa necesidad de caminar hacia la búsqueda de una relación armoniosa con Estados Unidos pero menos dependiente y sometida a sus designios. Es un ejercicio de arrojo que, afirmando nuestra lealtad al Partido Popular Democrático (PPD), al pensamiento de Luis Muñoz Marín y a nuestra cultura e identidad colectiva, nos debe conducir hacia el camino de la soberanía, que es la capacidad del Pueblo para ejercer control sobre los asuntos que nos afectan y allegarnos aquellas herramientas que nos permitan construir una mejor economía y sociedad.
La colonia, tal y como la hemos conocido desde mediados del siglo pasado, tiene que erradicarse porque, a la altura del siglo XXI, no representa una alternativa de transformación social y crecimiento económico para los puertorriqueños y puertorriqueñas. Basta echar un vistazo a nuestros indicadores socioeconómicos para develar la magnitud de nuestra crisis: baja participación laboral, decrecimiento económico, fragilidad del modelo industrial, emigración masiva, altos niveles de dependencia a subsidios federales, desincentivo a la inversión de capital y una fuerte desintegración social manifestada a través de corrupción, violencia e inseguridad ciudadana.
Quienes profesamos el pensamiento de Muñoz Marín aprovechamos la fecha del 25 de julio para resaltar su legado. Mas en la inmensa mayoría de las ocasiones dejamos a un lado su valentía, su sentido de justicia y su implacable disposición a renovar y modificar lo inservible. Por eso, al amparo de sus ideas y su gesta, los populares de hoy debemos reconocer las limitaciones que nos impone el ELA actual para construir las soluciones a nuestras necesidades. El ELA fue por décadas la ruta hacia el crecimiento económico, mas hoy la historia es distinta. Bajo la sombra del ELA actual escasean las alternativas para cumplir con nuestra misión de garantizar la justicia social, ampliar nuestra base productiva y ensanchar los márgenes de nuestra democracia.
Es momento de hablar claro, de la misma manera en que hace algunos años profesaron muchos de nuestros grandes líderes populares, a quienes no les tembló el pulso al momento de llamar las cosas por su nombre. Es hora de cambiar la forma de hacer política y encaminarnos a reconfigurar nuestra relación con Estados Unidos a una más digna, justa y productiva que nos viabilice el control de nuestra actividad económica. Esto es, en palabras sencillas, caminar hacia un ELA Soberano sin Leyes de Cabotaje, con potestad plena para pactar acuerdos comerciales y con mayor control sobre las variables para crear riqueza y empleo en nuestro País.
Es armar el futuro de la patria con dignidad y respeto. Es reconocer las flaquezas de la colonia y no insistir en defender lo indefendible; desapegarnos de los aires nostálgicos con que recordamos los viejos buenos tiempos; es romper con el obcecado tribalismo político de cada cuatro años que, lamentablemente, lleva a muchos políticos a pensar más en las próximas elecciones que en las nuevas generaciones.
Los hijos e hijas de esta nación necesitamos construir un nuevo Proyecto de País y para eso hay que comenzar a quebrar las ataduras que nos impiden caminar hacia un futuro próspero. Ahí está el gran desafío de nuestro Partido. Es el reto de transformar el ELA hacia un nuevo escenario político más eficiente y soberano que nos ofrezca los poderes que requerimos para enfrentar los designios de estos tiempos. Mas esa reconstrucción requiere de un ejercicio honesto de concertación social y política instalado en la mesa del diálogo con puertorriqueños y puertorriqueñas de todas las tendencias ideológicas. Es encaminar la discusión de la condición política del país, y sus vías de resolución, a la convocatoria de una Asamblea Constitucional de Estatus que discuta el destino político de Puerto Rico, amparado en fórmulas de gobierno no territoriales ni coloniales.
El Partido Popular tiene la responsabilidad histórica de abrir ese espacio de discusión en el País haciendo valer su promesa de campaña, en la que subrayamos nuestro compromiso con el mecanismo de la Asamblea Constitucional de Estatus. Llegó el momento de la verdad, máxime cuando se anticipa que el gobierno de Estados Unidos, nuevamente, dará largas al asunto aprobando medidas para anestesiar la voluntad del pueblo y entretenernos en una discusión estéril que nos deja varados en un callejón sin salidas.
Este Pronunciamiento servirá de guía para las acciones políticas que, como miembros del Partido Popular Democrático y defensores de la nación puertorriqueña, estaremos encaminando en una gesta a favor de nuestra soberanía política, convencidos y convencidas que la base de nuestra colectividad ha superado los miedos de la colonia y está presta a construir un nuevo y mejor Puerto Rico.