Simone, The Many Saints of Newark y Dune
The Many Saints of Newark (HBO y cines)
No creo que haya dudas de que “The Sopranos” es una de las mejores y más vistas series de televisión. Debutó en 1999 con James Gandolfini como Tony Soprano, alrededor de quien giran las seis temporadas que tuvo. La película fue escrita por el creador de la serie original David Chase y Lawrence Konner, quien contribuyó varios capítulos de “The Sopranos”, y nos presenta a los familiares y los amigos de su padre Johnny (Jon Bernthal). Cubre los años de un Tony adolescente (Michael Gandolfini, el muy real hijo de James) mucho antes de convertirse en el capo que operaba desde un antro de striptease en Nueva Jersey (el club Bada Bing!). La ambientación es perfecta y nos recuerda los disturbios y motines de Newark en 1967, trasfondo que sirve para enfatizar la pugna entre la mafia italiana y los grupos de gángsters negros. Dickie Moltisanti (Alessandro Nivola) es un soldado de la familia DiMeo a la que pertenecen su padre Dick (Ray Liotta, sensacional y metemiedo, como siempre, en un doble papel; también representa a su hermano gemelo Salvatore Moltisanti) y es una especie de inspiración (mala) para el joven Tony. Como es de esperarse, la cinta está llena de acción, y asesinatos sangrientos. En uno en particular no hay sangre, y como verán, es una especie de Otelo-Desdémona en reverso y, sí, ocurre en el mar. Muy entretenida y, posiblemente, el comienzo de una nueva serie con el joven Gandolfini. Sea como sea, sugiero que practique a desarrollar un acento inglés y que interprete a Oscar Wilde.
Dune (Cines)
Si no fuera porque es la única fuente de «especias”, una sustancia invaluable que extiende la vitalidad humana y es fundamental para los viajes interestelares, a nadie le interesaría el planeta Arrakis. No solamente es desértico, sino que en el habitan debajo de la arena unos gusanos gigantescos que si oyen ruidos sobre ellos se comen lo que sea. Se podrán imaginar que hay un complot para poseerlo y mercadear las “especias”. El presente jefe del planeta, asignado por el Emperador, es el duque Leto Atreides (Oscar Isaac). Este es el padre de Paul (Timothée Chalamet), el heredero de la casa Atreides. La batalla por controlar el planeta es intensa y hay que verla a través de humo, nubes de arena e interiores en que la intensa luz de un sol implacable no se le permite entrada. La trama es tortuosa y con los extraños nombres de las tribus y los personajes, hay que prestar mucha atención para no perder el hilo. Desfilan ante nuestros ojos una serie de actores de primera que tienen que batallar ejércitos contrarios. Los efectos especiales predominan. Sí hay una conversación casi permanente de si Paul es el “prometido” o el mesías. Las referencias a la religión cristiana son muchas y reconocibles y las semejanzas con otras religiones posibles. Sin duda que desarrollará fanáticos que seguirán la serie (se sabe que hay una segunda parte que viene por ahí). Dirigida por Denis Villeneuve, quien contribuyó al guión y dirigió las buenas películas de ciencia ficción “Arrival” (2016) y “Blade Runner 2049” (2017), a veces la cinta es un bostezo.