A pesar del espaldarazo que significa la sentencia del Tribunal Supremo a la lucha por la conservación de los valores puertorriqueños, el debate sobre la lengua sólo terminaría cuando se decida nuestro destino político.
A pesar del espaldarazo que significa la sentencia del Tribunal Supremo a la lucha por la conservación de los valores puertorriqueños, el debate sobre la lengua sólo terminaría cuando se decida nuestro destino político.
Muñoz arremete contra lo que percibe como una seria amenaza a la integridad lingüística y cultural del país. “En un pueblo de la isla vi un establecimiento rotulado Agapito’s Bar.”
Quizás el non-existent-flow acusa un passive-aggressive behavior de los puertorriqueños ante la cuestión del idioma: No se quiere estudiar, ni mejorar, ni pulir el inglés (ni el español), mientras con risa se critica.
El menosprecio por el vernáculo, empeora la crisis que vivimos, o más bien reproduce un sistema de atraso permanente.
Aquí tenemos un ejemplo extraordinario del bilingüismo: en español, vamos a acabar con el gobierno y privatizar todo, en inglés, vamos a pedir ayuda del gobierno federal.