Urge protección en el manejo de las estadísticas locales
Por décadas, Puerto Rico ha tenido una reputación pobre en lo que se refiere al manejo de datos. Para muestra un botón, solo hay que estudiar la lucha del Centro de Periodismo Investigativo (CPI) para obtener acceso a los datos de defunciones luego del huracán María y constatar cómo se manejan los datos en la actualidad. Durante los pasados 12 años, el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (Instituto) ha llevado la misión de actualizar la información y mejorar los sistemas estadísticos del país, potenciando la reputación a nivel local, federal e internacional. Sin embargo, múltiples acciones del Gobierno de Puerto Rico han debilitado al Instituto y creado un clima de inestabilidad (referente a los datos que manejan) que ha erosionado el progreso de los pasados años.
El afán del Gobierno de Puerto Rico de unir al Instituto de Estadísticas de Puerto Rico con una agencia de la Rama Ejecutiva (Departamento de Desarrollo Económico y Comercio) y hacerlo perder su independencia posiblemente resonó más de lo que se pensó. Este hecho causó un consenso unánime de la comunidad científica en torno a la necesidad de un Instituto fuerte e independiente. Suceso que tampoco ha pasado desapercibido a nivel del sistema de datos federales y de las agencias que lo componen.
Próximamente los datos del BEA –y no los publicados por la Junta de Planificación– serán utilizados para toda evaluación hecha a nivel federal sobre Puerto Rico. En los Estados Unidos cada estado –no el gobierno federal– tiene la responsabilidad de producir datos y enviarlos a las agencias federales. Es a ese nivel que los mismos se validan y divulgan.
Los que piensan y desinforman al decir que el gobierno federal hace esto sin colaboración estatal, y que la acción del BEA es buena, le hacen un flaco servicio al futuro de Puerto Rico. Este golpe al sistema estadístico local no debe ser subestimado, debe ser analizado y se deben tomar las acciones pertinentes para evitar que otras agencias sigan este ejemplo.
El primer paso sería darle estabilidad al Instituto. Desde el 10 de febrero el Instituto no tiene Director Ejecutivo en propiedad. La Junta de Directores del Instituto no ha expresado cómo llevará a cabo un proceso abierto y transparente para el reclutamiento de un nuevo director. Por su parte, el secretario de Asuntos Públicos de la Fortaleza, Anthony Maceira, anunció que el Gobernador estaría realizando una recomendación a la Junta de Directores para sustituir al pasado director ejecutivo. Esto no es cónsono con la ley del Instituto y va en contra de la independencia de tan importante institución. Se suman a estas preocupaciones que un miembro de la Junta de Directores, y no el Director Ejecutivo Interino, esté aparentemente representando a Puerto Rico en asuntos relacionados a las discusiones a nivel del sistema de estadísticas federales.
Los que dependemos del Instituto para hacer nuestro trabajo académico e investigativo estamos preocupados, y consternados. Un Instituto estable e independiente ayudaría a evitar que otras agencias federales sigan el preocupante ejemplo del BEA y que se continúe erosionando la imagen de Puerto Rico a nivel federal. Algunos dirán que ahora un ente externo generará los datos de Puerto Rico y que eso es bueno. Nada más lejos de la verdad, esto es una demostración de que este organismo federal no tiene confianza en lo que se realiza en Puerto Rico.
Es vergonzoso que Puerto Rico no controle los datos económicos que se utilizan para la toma de decisiones sobre su futuro. Quienes se han encargado de desestabilizar y politizar el sistema de estadísticas de Puerto Rico no son conscientes de que sus acciones no abonan a crear la confianza necesaria fuera de la isla. No olvidemos que por falta de confianza y transparencia los fondos de recuperación están siendo liberados a cuenta gotas y con estrictos controles contra el despilfarro.
Podrán clamar victorias locales en lo relacionado al sistema estadístico de Puerto Rico y algunos se pronunciarán satisfechos de estas acciones y hasta celebrarán el golpe al sistema estadístico. Sin embargo, a nivel federal e internacional, la acción del BEA es una derrota para el país en cualquier liga.
El Gobierno de Puerto Rico tiene tiempo para remediar el daño realizado. La Junta de Directores del Instituto debe abrir un proceso de reclutamiento de un nuevo Director Ejecutivo y proteger la independencia de esta institución. Solo así podremos comenzar a restablecer la confianza en los datos generados en y para Puerto Rico. Solo así podremos contar con un sistema de datos que permita la toma decisiones para el desarrollo y la buena implementación de política pública.