• Columnas
  • Puerto Rico
  • Mundo
  • Cultura
    • Poesía
    • Cine
    • Arte
    • Ficción
    • Letras
    • Podcast
    • Comunicación
    • Historia
    • Deportes
    • Ciencia 26.7 °C
  • ¿Qué Hacer?
  • Archivos

  • Categorías

- Publicidad -
Donar
  • Puerto Rico
  • Mundo
  • Cultura
    • Arte
    • Cómic
    • Podcast
    • Música
    • Poesía
    • Ficción
    • Letras
    • Historia
    • Ciencia 26.7 °C
    • Comunicación
  • Cine
  • Texto e Imagen
  • Sociedad
    • Ambiente
    • Deportes
    • Economía
    • Educación
    • Derechos Humanos
    • Diáspora
  • ¿Qué Hacer?
  • Columnas
Inicio » 80grados+ Columnas

Vaginas revueltas

Amárilis PagánAmárilis Pagán Publicado: 31 de agosto de 2012



VAGINA: Si apenas pueden pronunciar la palabra, resulta comprensible que quieran legislarla. Le temen. Y si la palabra “vagina” parece peligrosa, atarla a la palabra “revolución” la convierte en un acto criminal. Aquí y en Rusia. Aquí y en muchos otros países del mundo.

La sentencia de dos años de prisión a las mujeres del grupo punk Pussy Riot no es producto de la casualidad. La transgresión política, religiosa y sexual cometida por algunas integrantes del grupo parece haber sido más de lo que el gobierno y la iglesia rusa podían tolerar. No es de extrañar la activación rápida y eficaz de todo un aparato represivo y legal que culminó con su convicción y condena.

¿El pecado de las vaginas rusas revoltosas? Entrar en un templo y entonar una canción en la cual solicitaban a la virgen María del cristianismo la derrota del entonces candidato a la presidencia rusa, Vladimir Putin. En su canción, además, denunciaron la indebida intervención de la Iglesia Ortodoxa Rusa en los asuntos políticos de Rusia.

Esta revuelta ha tenido consecuencias graves para las integrantes del grupo Pussy Riot que fueron acusadas y declaradas culpables del delito de “disturbios motivados por odio u hostilidad religiosa». El proceso judicial al cual han sido sometidas no tiene nada que envidiar a la Inquisición católica: Un pliego acusatorio de 2,800 páginas, evaluaciones psicológicas, remoción de sus hijos/as… lo único que faltó fue someterlas a un exorcismo.

Simpatizar con ellas es fácil. También odiarlas. Todo depende de cuánto respeto, admiración, miedo o aversión se le tenga a las vaginas que se rebelan. Si tal caso se hubiera dado en Puerto Rico, seguramente los comentarios que se generarían al pie de la noticia o del vídeo en los sitios web de nuestra prensa tradicional hubieran incluido toda clase de insultos misóginos.  Insultos como los que han acompañado noticias relacionadas con manifestaciones y denuncias de los distintos grupos feministas de nuestro país.

Los paralelismos entre las Pussy Riot y las mujeres activistas de Puerto Rico se extienden mucho más allá de lo evidente. El terror a una inminente revolución de las vaginas isleñas ha provocado por décadas una restricción sistemática de nuestra participación política. La utilización de estereotipos de género para ridiculizar a candidatas a puestos políticos y la demonización de mujeres líderes de la sociedad civil son sólo una parte de esa limitación. La persecución ha incluido no sólo a las atrevidas que se autodenominan “feministas” sino a toda otra mujer que tenga un trasunto de revoltosa. La premisa casi parece ser la siguiente: “Si es revoltosa es feminista. Si es feminista es peligrosa. Si es revoltosa es peligrosa… y hay que regresarlas a su lugar, o mejor aún, no dejarlas que se salgan de él”.

Ya desde las elecciones del año 2008, la hostilidad política hacia las mujeres de nuestra Isla dio muestras de una intensificación. Hablar de “perspectiva de género” resultaba ofensivo y en muchas de nuestras escuelas padres y madres de creencias religiosas conservadoras se manifestaron en contra de que a sus hijos se les enseñara de equidad de géneros. No hubo forma de que aceptaran que de lo que se trataba la famosa y objetada carta circular para un currículo con perspectiva de género era de enseñar a las nuevas generaciones a respetarse y apreciarse mutuamente como seres humanos. Las tarimas religiosas echaron fuego contra las feministas y el actual gobernador se sometió al escrutinio de tribunales cristianos para demostrar que a él no lo habían viciado esas vaginas revoltosas que reclamaban equidad.

Al igual que Vladimir Putin, Fortuño logró un voto mayoritario que le ha dado mano libre para seguir orando y con el mazo dando a los derechos humanos de las mujeres y de otras comunidades como la LHBTTQI. Ambos han construido un efectivo andamiaje gubernamental para reprimir la disidencia y ambos han ido creando un cerco de leyes, castigos y prohibiciones que harán aún más difícil que las mujeres y otros grupos con reclamos de derechos humanos logren expresarse.

El performance de las Pussy Riot en la catedral rusa, visto objetivamente, fue un ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Un acto efectivo y seguramente planificado a sabiendas de que se transgredía el orden establecido. Actos como ese no son extraños en países democráticos y definitivamente son necesarios para llamar la atención pública y provocar discusiones sobre temas que al gobierno le conviene mantener al margen de la opinión colectiva. De hecho, en el año 2009 un grupo de mujeres realizó una toma simbólica del Capitolio para conmemorar el Día Internacional de No Más Violencia Hacia las Mujeres y desplegamos pancartas desde los balcones de la rotonda mientras se leía una declaración en la cual señalamos al gobierno de la Isla como nuestro principal agresor. Ese performance incluyó la ruptura sistemática de las fotos de políticos y políticas que se señalaron como traidores a la Constitución. La cobertura mediática incluyó las reacciones de la policía y del Superintendente del Capitolio quien nos acusó de faltar el respeto a la “Casa de las Leyes”. [Otros ejemplos de cobertura mediática aquí, aquí y aquí.] Por eso, al ver las noticias sobre Pussy Riot y ver cómo se les acusó de irrespetuosas y agresivas, ese recuerdo de nuestra entrada al Capitolio se activó como una señal de alarma.

Ciertamente, si el nuevo Código Penal hubiera estado vigente en ese momento, cerca de 20 mujeres con todo y nuestros niños hubiéramos sido arrestadas. Imagino que de inmediato la eficiente Secretaria del Departamento de la Familia nos hubiera removido nuestros hijos y tal vez estaríamos todavía cumpliendo cárcel. Hubiéramos sido las vaginas revoltosas del momento… sólo que sin pasamontañas. Desde el año 2009, nuestro estado de derecho ha ido transformándose en una eficiente maquinaria de represión política mientras los grupos que suelen conformar la disidencia luchan a brazo partido para alertar al país y detener el proceso.

En este momento, sin embargo, es menester incorporar otros elementos a nuestro análisis. Sabiendo que lo que voy a decir no le gustará a algunas amigas y amigos, debo señalar que no sólo la derecha considera que una vagina revoltosa es una fuente de problemas. Esta percepción existe no sólo en los partidos tradicionales, sino en grupos de acción política como uniones, colectivos de trabajo, comités y movimientos en los que vemos cómo se insiste en recordar a las mujeres cuál es su lugar: en el kiosko, en la secretaría o en la calle trabajando, organizando y recaudando pero NO ante el micrófono ni mucho menos en la presidencia de una mesa. A veces se nos asignan cuotas de participación por compromiso y tal vez para que las vaginas más revueltas se aquieten. La realidad es que la mera asignación de cuotas- aunque necesarias en ocasiones- no sustituye lo que debería ser una realidad: Espacios de participación democrática en los cuales mujeres y hombres tengan la oportunidad de liderar, opinar y co-gobernar.

En ambos ambientes, el represivo gubernamental y el activista político o laboral, las vaginas revoltosas tienen problemas para adelantar sus causas. Preguntar mucho, insistir en proponer actividades o líneas discursivas, actuar con criterio propio o simplemente exigir que se visibilicen nuestros reclamos y nuestra presencia es razón suficiente para quedar en el centro de una mirilla que todavía porta un cristal coloreado con pensamientos y expectativas nacidos del sexismo. No me sorprendió, por lo tanto, que luego del triunfo del NO y NO en el referéndum, las tarimas de la victoria estuvieran abarrotadas de hombres y que muy pocas mujeres fueran incluidas en las listas de agradecimientos.

Pero no todo está perdido en esta revolución. Cada vez más hombres son conscientes de la desigualdad que viven las mujeres y actúan desde una conciencia distinta. Ellos y nosotras estamos plenamente comprometidas con una lucha por la dignidad y derechos de cada ser humano del país y sabemos que en estas cosas la energía de la revolución -interna, colectiva y solidaria- depende del reconocimiento de los espacios mutuos y de la garantía de que se respeten.  Ya algunas de nosotras hemos aprendido a reclamar el espacio político sin sentirnos culpables por ser insistentes y algunas otras han aprendido a resistir los codazos con los que las empujan de los centros de los escenarios (créanme, eso es literal).

VAGINA: Tal vez si pudiéramos hablar con más libertad de todo lo que implica nacer con una de ellas habría menos violencia hacia nosotras, menos pobreza y mayor felicidad. ¿Y los que no pueden ni pronunciar la palabra? Estarían obligados a escucharla y a revolcarse en su propia conciencia viciada por la desigualdad.

Print Friendly, PDF & Email


- Publicidad -


Amárilis Pagán
Autores

Amárilis Pagán

Columnista Aibonito, Puerto Rico, 1968. Activista de derechos humanos, feminista, escritora, pintora y abogada. Es cofundadora de la organización Proyecto Matria en donde se desempeña como directora ejecutiva desde el año 2004. Ha participado en iniciativas comunitarias y multisectoriales dirigidas a erradicar la violencia hacia las mujeres y hacia otras poblaciones vulnerables como la LGBTTQ. También ha trabajado intensamente en el desarrollo de modelos comunitarios para la incubación de microempresas y otras actividades de desarrollo económico comunitario. Es columnista en diversos medios de comunicación y autora del libro Brujas y Rebeldes. Fue parte del Colectivo Literario Homoerótica y desde el año 2013 es portavoz del Comité Amplio Amplio para la Búsqueda de Equidad (CABE). Ese mismo año recibió la Medalla Nilita Vientós Gastón que otorga el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico.

Lo más visto
Marlowe
Manuel Martínez Maldonado 24 de marzo de 2023
Caravana Cultural en Quebradillas
Próximo

Caravana Cultural en Quebradillas

  • en portada

    El barrio salsero: patria de la sabrosura

    Juan José Vélez Peña
  • publicidad

  • Cine

    • Marlowe
      24 de marzo de 2023
    • Dos buenas cintas un poco antes de los Oscars
      2 de marzo de 2023
    • Empire of Light
      17 de febrero de 2023

  • publicidad

  • Poesía

    • Texto e imagen: Poemas de Guillermo Arróniz López...
      2 de mayo de 2022
    • Los Fueros de la Incertidumbre o la Poética del ¿Vacío?...
      1 de mayo de 2022
    • Texto e Imagen: Poemas de Daniel Torres | Arte de Natalia...
      1 de abril de 2022



Suscríbete a nuestro newsletter

  • film izle
    agario
    freerobuxtips.com
    deneme bonusu veren siteler
    deneme bonusu veren siteler
    casino siteleri
    indian aunty sex with young
    Independent lady loves the extreme sex adventures
    Le tabagisme babe obtient son cul ramoner par derrière
    escort pendik
    gülşehir son dakika
    beylikdüzü escort
    tsyd.org/lisansli-canli-bahis-siteleri-2022-guvenilir-bahis-siteleri
    deneme bonusu
    betist
    goranda.com
    betist
    betist
    betist giriş
    takipçi satın al
    Secretbet
    casino siteleri
    bahis siteleri

  • DONACIONES
  • RED DE APOYO
  • SOMOS
    • ¿para qué?
  • GUÍA PARA SOMETER MANUSCRITOS A 80 GRADOS+
80grados.net está disponible bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 Puerto Rico. El reconocimiento debe ser a 80grados.net y a cada autor en particular.
Presione enter/return para comenzar la búsqueda