Entrevista con Amaury Pérez: “Con dos que se quieran”
Amaury, ¿qué significa para ti visitar a Puerto Rico?
Bueno, Puerto Rico, donde tuve la oportunidad de estar en octubre del año pasado con La Misa Cubana de José María Vitier, es un reencuentro con el público que le gusta mis canciones, que recuerdan mis canciones, como son Creceremos y Acuérdate de abril. Todas esas van a estar en el concierto y es un reencuentro realmente soñado porque va para 34 años casi que no doy un concierto en Puerto Rico. Y eso para mí es causa de una gran emoción y tengo una gran expectativa. Es un concierto acústico, es un concierto íntimo, donde voy a estar acompañado de un pianista puertorriqueño, un chelista puertorriqueño y un guitarrista cubano dominicano y vamos a cantar, por supuesto, todas las canciones que las personas recuerdan de mi repertorio y las propuestas nuevas también.
¿Cuáles han sido a nivel internacional tus logros más importantes como cantautor y como compositor?
He grabado y tengo editado en mi discografía oficial unos 28 discos; he escrito más de mil canciones; he estado más de 45 años dedicándome a esta noble profesión de hacer canciones, compartirlas y cantarlas; he tenido la oportunidad de haber podido llevar mis canciones y mi arte a más de 30 países de cuatro continentes. He estado en Asia, en África, en Europa, en América del Norte y del Sur . He tenido el gran privilegio de cantar y en el que muchas voces importantes, en las que incluyo por supuesto a extraordinarias voces de Puerto Rico como Danny Rivera, Lucecita Benítez, Víctor Manuel que hayan cantado mis canciones y eso me da mucho orgullo. Ojalá que alguno de ellos, desinteresadamente por supuesto, asistan al concierto y puedan cantar conmigo alguna canción, que ellos convirtieron en un himno. Como el caso de la canción Acuérdate de abril, que la convirtió en un himno Danny Rivera en los años 70; y Creceremos, en la voz de Lucecita, que sigue siendo un himno de batalla de los puertorriqueños. Realmente estoy muy contento y muy ilusionado. Ojalá las personas se acerquen allí a pasar un rato bonito y a llenarnos la vida mutuamente de felicidad.
Como compositor, ¿cómo te llega la inspiración para escribir mil canciones?
La inspiración está en el aire, está en mi día a día, en el cada día, en el ejercicio de saber atrapar las musas, donde quiera que ellas aparecen, donde quiera que ellas estén. Yo siempre he sido de la opinión de que todos podemos hacer arte. Igual que todos los niños del mundo que están preparados cuando vienen a la vida con el maravilloso don que Dios nos da de la musicalidad. La vida toda es música, nuestro organismo se mueve a partir de la música. Nuestro corazón tiene un latido más apresurado, o menos, eso no es más que tu cuerpo entero que se está moviendo, y a partir de ahí, si uno está atento, las canciones están en el aire, están en las plantas, están donde quiera, están en el viento. Y uno las atrapa, las hace suyas, las interpreta y hace canciones. Por eso es que yo nunca hice canciones con la intención de vivir de las canciones, para mí todo fue sorpresivo. Yo nunca hice canciones para vivir de las canciones sino para vivir por las canciones. Y todo lo que vino después, y todos estos 45 años de carrera, que estoy celebrando este año, no es más que el desbordamiento de una sensibilidad que evidentemente estaba ahí y que solo faltaba ponerla en acción. Todavía sigo viviendo por las canciones, todavía sigo viviendo por el arte y no de él.
¿Cuáles son los cantantes principales que han interpretado tus canciones en estos 45 años?
Pudiera separarlo en dos bandos, porque, por ejemplo, yo diría que prácticamente no hay ningún cantante cubano que viva en Cuba que no haya interpretado en algún momento en su carrera una canción mía. Desde Omara Portuondo, hasta Silvio Rodríguez, desde Pablo Milanés hasta los grandes boleristas y salseros cubanos. Todos más o menos tienen una canción mía en su repertorio. Fuera de Cuba, cantantes del rango de Nacha Guevara y Mercedes Sosa de Argentina, Alberto Cortés de España, Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel (el español); los que te nombré de Puerto Rico, de Venezuela, Soledad Bravo; de República Dominicana, Sonia Silvestre; de Francia, Charles Aznavour; de Irlanda, China Easton. He tenido el privilegio de que mis canciones hayan tenido múltiples intérpretes y en algunos casos, como en el caso de los mejicanos, que he tenido la oportunidad de que una misma canción me la grabe desde Marco Antonio Muñiz hasta José José, y eso es una maravilla. Pero me siento muy interpretado y eso me provoca mucha alegría y mucha ilusión que las canciones no se quedaran solo en mi voz, sino que pudieron trascender e irse a otro sitio de la vida. Eso me hace sentir muy bien.
¿Cuáles serían los países principales que has visitado?
Hay un grupo de países donde me he presentado mucho, donde me he presentado incluso anualmente. Puede ser el caso de México, durante casi 35 años, Ecuador, Venezuela, Argentina, España mucho, en Estados Unidos mucho, en Nueva York sobre todo. Esos son los países recurrentes donde he estado presentándome una y otra vez. Venezuela, por ejemplo, he estado yendo desde los años 80, finales de los 70. De vez en cuando se abren también otros caminos y he podido cantar en China, en Changai, en Beijing, en Hong Kong, Angola, El Congo, en Israel. He podido llevar mis canciones realmente a muchos lugares y eso es una bendición, porque sin ser un artista, llamémosle, de éxito, que no he sido promocionado por las grandes disqueras, sin embargo he podido cantarle, por ejemplo, en nuestro continente, desde Canadá hasta Chile, y entonces pasando por todos nuestros países de América Latina, todo Centroamérica, todo Norteamérica, quiere decir que he podido llevar mi arte a países tan desconocedores incluso del castellano como puede ser Alemania, Hungría, Austria, Francia, Italia, sin necesidad incluso de que comprendan exactamente bien lo que estoy diciendo. Es el arte más allá de la comunicación hablada.
¿Por qué le dedicas a la memoria de tu padre la canción «Amigos como tú y yo»?
Yo tuve una familia pequeña, pero tuve una gran comunicación con mis padres todo el tiempo, imperturbable y la muerte de mi padre que ocurrió un 19 de febrero de 1990, es una muerte que todavía me lastima, que todavía me hace llorar y me estremece y que yo en el escenario en vez de darle a eso un toque dramático cuando la interpreto, trato de hacer muchas bromas que es la manera de exorcizar ese dolor tan profundo que me provoca todavía su ausencia. Porque hay cosas, yo siempre he pensado, que hay preguntas que solo te pueden responder tus padres y hace mucho que yo no lo tengo, pero nosotros logramos el raro misterio, entre padre e hijo de, no solamente tener esa relación filial, sino de llegar a ser muy buenos amigos. Y eso también es una cosa excepcional y yo en mis espectáculos cuando llega ese momento y que la gente piensa que yo voy a dramatizar todas estas ausencias, normalmente lo que hago es hacer cuentos de cosas graciosas que vivimos juntos, porque también es cierto que, a diferencia de otros cantautores cubanos, mis espectáculos están llenos de humor. Yo soy una persona de un muy buen humor. Y trato de trasmitirlo y compartirlo con el público. Cuando la gente va a mis espectáculos yo quiero que salgan con una sonrisa. Si se escapa una lágrima, bueno, yo no lo puedo evitar, pero normalmente la gente sale riéndose y no hay nada más agradable que la risa.
Noto que en internet hay una canción que tiene más de medio millón de “me gusta” y el título es interesante: «Hacerte venir»
Hacerte venir es una canción mía y es bien curioso porque la gente está dándole like a una pantalla negra y una letra de una canción. Sí, medio millón de likes. Es una canción que como mismo es más conocida en Puerto Rico, Acuérdate de abril y Creceremos, en México la canción mía más conocida y aplaudida es Hacerte venir. Una canción que tiene evidentes reminiscencias eróticas. Es una canción polisémica. Puedes pensar que yo estoy hablando de hacerte volver, pero también puedes agarrar por el lado erótico. Es una canción que en algunos países es la más esperada, tanto que en algunos sitios la dejo si la piden, porque es una canción difícil de cantar. Yo he querido seguir cantándola en los mismos tonos que la cantaba y por supuesto, hay algunas notas, al final de la canción que tiene unas notas muy altas y entonces yo digo, si me la piden la canto y si no me la piden me la ahorro. En el concierto que voy a presentar en Puerto Rico es un concierto que lo tengo muy abierto. No quiero desde ahora ponerme a hacer orden. Voy a preparar todas las canciones en los días previos que voy a estar en San Juan. Es un concierto de canciones de amor. Yo no hago otro tipo de canciones. Yo hago canciones de amor y para los enamorados y los desenamorados también. El amor tiene ese componente, puede ser te quiero o no te quiero, o tú me quieres o tu no. A partir de ahí se teje una historia. Es un concierto que va a ser un resumen de mi vida en el escenario, la voy a ir contando, mi vinculación con grandes artistas, de la fundación de lo que se llamó la Nueva Trova, que ya estamos viejísimos para seguir diciéndonos nuevos. Pero es un concierto que tendrá las características del Amaury el ser humano que hizo canciones y las está compartiendo, su vida y sus canciones.
¿Qué le falta a Amaury por hacer como cantautor?
Me falta por hacer muchísimas cosas. Me falta hacer las canciones que no han llegado y que llegarán, que las estoy buscando, las que no he escrito. A mí no me gusta vivir del pasado, a mí me parece que el pasado tiene que servir solamente como un referente para ir hacia adelante. Esa ha sido siempre la meta en mi vida, no descansar, no cansarme nunca. No permitir que el agotamiento creativo me invada. No quiero vivir de lo que está escrito, vivir de lo que ya está hecho. Sí vivir de lo que está por venir y esa es mi meta, seguir grabando discos, seguir haciendo canciones. Yo hago también otras muchas cosas, yo conduzco programas de televisión. Ahora tengo preparado para este año 2017 firmar y dirigir el primer largometraje con el texto de una novela mía. También voy a seguir escribiendo novelas. He publicado dos novelas, un libro de cuentos y un libro de poesía.
Voy a publicar este año también un libro de crónicas vivenciales, todas muy humorísticas, muy simpáticas. Son cosas que me ocupan mucho tiempo. Yo tengo una rutina de trabajo que me hace despertarme cuando no ha salido el sol. Yo vivo en un barrio muy ruidoso, muy popular, donde pasan muchos autobuses, transporte público, entonces me tengo que levantar muy temprano para que el día me rinda y el silencio me acompañe. A partir de ahí, toco la guitarra, estudio la guitarra, escribo las ideas para las canciones, me pongo a escribir, me pongo los audífonos normalmente con música sinfónica que no tiene letra y escribo algún artículo, una columna intermitente que mantengo en un diario digital y así todo el tiempo trato de estar ocupado porque cuando uno está demasiado desocupado viene el diablo y se te mete en la cabeza los peores pecados y entonces la idea mía es siempre estar ocupado y después ya en la noche tener el tiempo para ver alguna película, poder leer algún libro, pero siempre eso ocurre en la noche.
¿Por qué no te has ido de Cuba?
Primero porque Cuba es mi país, es mi tierra, es donde yo conozco, los olores de Cuba son mis olores, el mar de Cuba es mi mar, mis recuerdos están en Cuba, mis muertos están en mi cementerio aquí en Cuba. Aquí en Cuba estoy rodeado de mis vivos y de mis muertos o de una buena parte de ellos. Y siempre he respetado mucho que las personas emigren, que las personas decidan donde quieran reposar su tiempo y su vida. Pero también siempre he dicho que la decisión que he tomado, no tiene ninguna connotación política, es una connotación puramente existencial, vivencial, donde quiera sería un extranjero y no me gusta ser un extranjero.
Amaury, has dicho que eres católico y martiano, ¿qué quiere decir eso?
No hay nada más cercano que José Martí, nuestro apóstol, el apóstol de nuestra independencia, el gran maestro de todas las generaciones de los cubanos, ese ídolo, ese héroe de todos los cubanos. Hay solo dos cosas que unen a todos los cubanos que son la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba y la figura de José Martí. Entonces ser martiano es una manera de ser católico y siendo católico inevitablemente el catolicismo te va a llevar a Martí, porque Martí, aunque nunca se cantó por practicar las religiones organizadas como puede ser la católica, siempre tuvo un profundo respeto y en sus ideas está el evangelio vivo. Entonces se puede ser perfectamente católico y martiano. Lo que no se puede ser es católico y marxista. Son dos maneras totalmente diferentes. El catolicismo va hacia el espíritu y el marxismo va a la materia, a lo material que se termina una vez que la vida muere. El católico piensa, y yo pienso que hay una vida más allá donde nos vamos a encontrar con el gran arquitecto, como dirían los masones, con el gran arquitecto de la humanidad. Hay personas que consideran que ser católico a estas alturas, pero es que yo no soy católico a estas alturas, yo soy católico desde que algo soy. Y soy martiano desde que descubrí a Martí.
¿Qué crees cuál va a ser el camino ahora en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?
Sobre las relaciones entre EEUU y Cuba, primero lo extraño es que no hubiera relaciones, con un país que cuando te montas en un avión hacia Miami solo estás en el avión 38 minutos. Era impensable que estuviéramos tantos años. Lo natural es lo que está ocurriendo y lo que ocurrirá, porque yo tengo esperanzas en que cada vez las relaciones serán más estrechas, más hermosas, más respetuosas, más soberanas. Yo creo que eso es lo que viene. Y cada día de la vida, mientras esté en este mundo celebraré ese hecho. Y yo, aunque algunos me acusan de ingenuo, seguiré pensando que el gran legado de Obama va a ser haberse dado cuenta que Estados Unidos había llevado una política con respecto a Cuba totalmente equivocada y que ya era hora de cambiarla. Yo aplaudo la sabiduría de la Presidencia de Estados Unidos y la Presidencia de Cuba de lograr un entendimiento y un acercamiento.
Yo soy partidario de la amistad entre todos los países independientemente del sistema político que nuestros gobernantes hayan elegido para sus países. Y eso yo lo disfruto cada vez, puedo estar más de acuerdo con una medida o en desacuerdo con otra, pero también tengo que pensar como diría Martí, que para lograrla han de andar ocultas. Y quién sabe. Ahora tenemos otro presidente en la Casa Blanca, desde que triunfó la Revolución en 1959 y estaba Eisenhower, hemos pasado una secuencia infinita donde ha estado Kennedy, Johnson, Reagan, Carter, Clinton, Bush padre, Bush hijo, y ahora Trump. ¿Que tengo una mala impresión de Trump?, pues no tengo porque tenerla. Esperemos. Creo que hay que esperar. Uno no puede adelantarse a los acontecimientos y mucho menos a los acontecimientos políticos. Recordar siempre que una cosa es lo que se dice en campaña y otra lo que se hace cuando estás en el poder. Son cosas totalmente diferentes. Yo siempre apelo a la sabiduría de los gobernantes norteamericanos. Y he renegado muchas veces de la soberbia de ambos lados. Porque aquí no es solamente de un lado. Aquí ha habido soberbia de todas partes. Y la soberbia nunca hace que podamos convertirnos realmente en buenos amigos. En el mismo momento que la retórica baja se pueden hacer relaciones, se puede tener comercio en muchísimos campos. En fin, como te darás cuenta, yo estoy contento y esperanzado.
* Una versión de esta entrevista se publicó también en Claridad.