Museo de Las Américas: el trabajo comunitario es crucial
“La razón de ser de los pueblos es su cultura, su historia, si no la cultivamos… pues no sé…”.
–María Ángela López Vilella, Directora Ejecutiva, Museo de Las Américas
La directora ejecutiva del Museo, con una maestría de New York University (NYU) en Estudios Latinoamericanos y del Caribe y una concentración en museología, comenzó su relación con el trabajo en las artes hace veinticinco años con don Ricardo Alegría “…cuando el Museo se estaba organizando para la celebración del Quinto Centenario en el 1992”, recuerda López Vilella, y añade que: “… empecé en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y del Caribe en la oficina de don Ricardo, catalogando las piezas que llegaban de otros países de las Américas, fotografiaba, levantaba una ficha técnica, hacía el empaque”. Recuerda que estos fueron los orígenes de una de las salas permanentes del Museo: “Las Artes Populares en Las América…que Vincent Ciula diseñó de la mano de Ricardo Alegría”, sala que ahora está ubicada contigua a la oficina de la directora ejecutiva en el segundo piso del Cuartel Ballajá; se regodea, con gusto y cariño, en esta sala y nos habla del origen del Museo, cuando “hacía pequeñas exhibiciones de las artesanías que llegaban: Colombia, México, Perú….y se mostraban al lado de la cocina del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y del Caribe con la guía de doña Mela”; también nos habla del contenido de la sala de “Las Artes Populares en Las Américas”: Mobiliario / Trabajo/ Cestería/ Vestimenta y Adorno Corporal / Música / Fiestas y Tradiciones, “culminando en la salita de Santos de Puerto Rico, de la colección Alegría Pons y auspiciada por la Fundación Ángel Ramos”. Sus comienzos, pues, en la gesta de la cultura, fueron con Ricardo Alegría y de allí siguió su curso en su travesía por las artes.
Son cuatro las salas permanentes del Museo: Las artes populares en las Américas / La herencia africana / El indio en América: veintidós etnias que han sobrevivido la conquista y colonización europea y Conquista y colonización: nacimiento y evolución de la nación puertorriqueña, y al hablar de algunas de ellas apunta que “África se plantea como la cuna de la humanidad y legado en la sociedad puertorriqueña”, y menciona la literatura, la música y la comida”. Disfruta enunciar que “las escuelas visitan las salas, permanentes y las temporales”. En estos momentos, añade, en la sala temporal se exhiben cinco décadas del trabajo en pintura de Rafael Rivera Rosa- Mirada extendida”. Aprovecha para recordarnos que “las exposiciones temporales mantienen el Museo cambiando, a las permanentes se añaden aspectos nuevos, como por ejemplo en la sala permanente de Conquista y Colonización se añadieron aspectos de los siglos XX y XXI lanzando el alcance desde 1898-2015.” Por mencionar algunas exposiciones en las salas temporales menciona: Imalabra de Antonio Martorell, Basura de Nick Quijano y la exposición de Rafael Rivera Rosa que se extiende hasta octubre de este año.
“Nosotros educamos, ayudamos”, puntea María Ángela, al enunciar lo que muchos saben y sufren: “Es bien difícil defender la cultura en este país. Creo que es un deber del Estado apoyar las instituciones. Somos custodios del patrimonio y ayudamos a mantener el patrimonio edificado que las alberga… La lucha es grande y de mucha incertidumbre”. Y así lo plantea con firmeza al tiempo que lo hace con el gusto de sentir que está realizando una labor que redunda en beneficio de los visitantes al Museo (45-50 mil aproximados al año) y la labor multiplicadora que siempre existe cuando alguien se expone a la cultura”.
¿Tiempos de crisis? Sí, pero recuerda que tuvo un gran maestro: Ricardo Alegría, quien me decía: “Vas a tener que hacer más con menos”, y recuerda que “ahora más que nunca es vital que las instituciones culturales sigamos funcionando”.
Previo a trabajar con Ricardo Alegría trabajó como voluntaria en la galería de Luigi Marrozini, en la cual tuvo contacto con el mundo de los artistas, y con Michi Marxuach, quien “corría la galería, estaba cogiendo las riendas de la galería”, y en ese entonces escuchó a Osvaldo García hablar del proyecto de Ricardo Alegría del Museo de Las Américas “y fui a llevarle el resumé. Me atendió su secretaria, Lizzette Carrillo, y me invitó a verlo y reunirme con él”. Recuerdo que me dijo: “Él está ahí, ¿quieres verlo?”. Estuvimos mucho tiempo hablando y a las dos semanas me llamó”. Así comienza el vínculo de María Ángela con el Museo de Las Américas, vía Ricardo Alegría.
El Museo de Las Américas está pero emerge de los predios del Cuartel Ballajá y alcanza comunidades: La Perla, Nemesio Canales, Barrio Bella Vista en Cantera, y en estos momentos, el proyecto Extra Muros en la calle San Agustín en Puerta de Tierra que se celebra desde el 20 al 27 de mayo en calidad de Bienal de Arte Urbano del Caribe, iniciativa de Mario Ramírez de Tostfilms, y en la que participan Ián Víctor y Jorge González de Modafoca, Willie Gómez y Evaristo Angurria, los cuatro de la República Dominicana, y de Puerto Rico, las artistas Zuania Minier y Damaris Cruz, artistas que han sido recibidos con los brazos abiertos de parte de la comunidad de Puerta de Tierra quienes velan por su nutrición y bienestar mientras trabajan los murales. Dice María Ángela respecto al trabajo comunitario del Museo de Las Américas: “Nuestra misión es preservar, educar, pero el trabajo comunitario es crucial, nosotros estamos insertados en una gran comunidad. Está en nosotros salir”.
Algunas exposiciones y actividades que se planifican y trabajan en estos momentos, -y otras que ya se ofrecen, además de las salas permanentes-, son las siguientes: un libro de la exposición de Rafael Rivera Rosa – Miranda extendida, con un prólogo de Rafael Trelles y dos ensayos, uno de Teresa Tió, y otro de José Antonio Pérez Ruiz, y en el libro, agrega la directora ejecutiva del Museo de Las Américas, “ hay 370 obras reproducidas a color”, libro que se va a obsequiar a las universidades y se va a colocar en las librerías del país; la presentación de un documental en torno a la exposición de Rivera Rosa realizado por Juan Carlos García, los sábados y los domingos de 1:00 p.m.-3:00 p.m., el cual lo pueden disfrutar los que visiten el Museo; acaba de abrir una exposición, Sobre la antología del tiempo de Marcos De Jesús Carrión, que se extiende hasta el 18 de julio; oferta de talleres a los niños y uso del salón de niños para actividades como cumpleaños, etc.; talleres a jóvenes reclusos, y justamente el día de la entrevista se estaba celebrando uno de los talleres con Rafael Rivera Rosa ofreciendo una clase de dibujo; talleres de cerámica para ciudadanos de la “Tercera Edad” . Y agrega a esta muestra del compendio de las actividades que ofrece el Museo, la próxima retrospectiva de José Alicea, una exposición en torno a la salsa que se está trabajando para ofrecerla en el 2018, y la presentación el 31 de mayo del libro infantil ¿Y por qué? con ilustraciones de Antonio Martorell.
La alegría de la directora ejecutiva del Museo de Las Américas de ver las caras de “doce jóvenes reclusos que llegan con caras serias y luego del taller de dibujo con Rivera Rosa salen riéndose”, es la mejor evidencia de que el trabajo realizado cumplió su cometido de educar y de ponerlos en contacto con el arte, de manera que puedan, poco a poco, hacerlo parte de su rutina de vida.
Es consciente de que parte de su gesta es “dejarle saber a la gente que existimos” y para ello utilizan mayormente las redes sociales; es parte de “los retos más grandes del Museo”, añade. Recuerda que “estamos ubicados en el Cuartel Ballajá, una estructura preciosa y noble, pero estamos encerrados en un fuerte militar, y por eso es importante salir Extra Muros (como la actividad que se celebra en Puerta de Tierra).”
En el Museo de Las Américas se hacen las dos cosas: se exhibe, se realizan actividades dentro de los muros, y se sale a las comunidades, extramuros, para alcanzar otro tipo de población y poner su granito de arena transmitiendo cultura, porque: “La razón de ser de los pueblos es su cultura, su historia, si no la cultivamos… pues no sé…”, como enuncia María Ángela en las palabras de epígrafe.
Conocer y cultivar la cultura en y fuera de los muros del Museo es la hazaña que dirige María Ángela con un pequeño pero dedicado equipo de trabajo, que incluye voluntarios.
El teléfono de la directora ejecutiva del Museo es: (787) 724-5052, y la dirección electrónica es [email protected].