Dos películas que presentan la venganza: una pasional, la otra legal
Érase una vez en el Caribe
Esta coproducción entre Puerto Rico y España es un historia de venganza. Comienza mostrando la explotación a la que eran sometidos los trabajadores de la caña de azúcar y cómo estos trataron de rebelarse. Los dueños de las tierras usaban sus fuerzas de rompehuelgas contra ellos y, si eso flaqueaba, la policía con rifles podía más que los machetes de los alzados.
Juan Encarnación (Héctor Aníbal), de pocas palabras y grandes acciones, es el machete más temido de los trabajadores, lucha contra los rompehuelgas, pero tiene que retirarse al llegar la policía. Tiempo después conoce al amor de su vida, Pura (Essined Aponte) y se convierte en un hombre de familia. Su vida idílica es destruida cuando, embrujado por su belleza, el caprichoso Walker Jr. (Robert García Cooper) secuestra a Pura y se la lleva a su casa para convertirla en su esposa.
Cargando a su hija (un encanto) en su espalda y machete en mano, Encarnación va en busca de Pura y se topa con los muchos que protegen a Walker Jr. Sin perder su determinación los va eliminado poco a poco. La trama del filme no dista mucho de las novelas románticas del siglo XIX y se puede decir que Encarnación es el D’Artagnan del machete. Además, al revés de la novela de Alejandro Dumas los Tres mosqueteros, en vez de Constancia (que era la mujer de otro hasta que D’Artagnan al verla quedó prendado, que es el caso de Walker Jr. con Pura), es Pura la secuestrada. Es ella la que con su belleza atrae la atención de Walker Jr. quien se cree que es un rey. Este, usa una espada en vez de machete para sus peleas. Hay un agente de Walker Jr. llamado Correa (Néstor Rodulfo) que es el equivalente a Rochefort, agente del cardenal Cardinal Richelieu, que batalla a D’Artagnan, y que en la película es la némesis de Encarnación.
La cinta sufre de repetición: demasiadas peleas de machete; y se puedo haber recortado por lo menos por media hora. Sin embargo, la producción de la película es de primera clase y resalta la fotografía de Willie Berrios y la dirección de Ray Figueroa, quien también escribió el guion. A veces hay toques que sorprenden: dos indígenas (taínas) se aparecen de vez en cuando, recordándonos nuestros orígenes. En el velorio de Walker Sr. (Jeffrey Holsman) falta el lechón asado (aunque no pasa mucho hasta que se haga referencia a los cerdos) para que sea el de Oller. En un instante en que Pura está en la cama, se convierte en Flaming June. Hay, además, una figura de negro que también aparece súbitamente y que presagia el final de la cinta.
The Burial (Prime Video)
El género cinemático del drama legal continúa fascinando a los amantes del cine. Esta muy divertida entrega, dirigida por Maggie Betts, con un guion de ella y Doug Wright, recrea una historia real que, con el mismo nombre, fue tema de un artículo en el New Yorker Magazine (1999). Jeremiah Joseph O’Keefe (Tommy Lee Jones), es el propietario de una funeraria que, por los problemas financieros que él mismo ha creado, se ve obligado a vender partes de su negocio para satisfacer las demandas financieras de la Comisión de Seguros del Estado de Mississippi. En busca de una solución llega a un acuerdo con Raymond Loewen (Bill Camp) del Grupo Loewen, un emporio de funerarias que casi domina el “negocio de la muerte” en la nación. Lo que desconoce es que Loewen nunca cumple sus acuerdos orales. El tiempo comienza a transcurrir sin que O’Keefe tenga noticias de Loewen. Su joven abogado Hal Dockins (Mamoudou Athie) sugiere que Loewen está intentando intencionadamente de llevarlo a la quiebra para arrebatarle todo su negocio.
A Dockins se le ocurre que, porque el juicio tendrá lugar en un condado en el que predominan la gente de color, se contrate a Willie E. Gary (Jamie Foxx), un abogado negro cuya especialidad es daño y trauma personal, no asuntos de contratos o corporaciones. Sin embrago, eso crea una tensión entrene su abogado blanco, Mike Allred (Alan Ruck) y Gary. El asunto se complica cuando, al darse cuenta de la jugada de O’Keefe, Loewen contrata a un equipo de abogados negros liderado por Mame Downes (Jurnee Smollett).
Las intrigas y las acciones en el tribunal son sorpresivas y mantienen al espectador preguntándose que ha de revelar el próximo interrogatorio. A pesar de que casi todo el filme se desarrolla en la corte o en oficinas la cinematografía de Maryse Alberti y la edición de Lee Percy
y Jay Cassidy evitan que la repetición se haga monótona y nos haga perder el interés. Las actuaciones son uniformemente buenas, pero se destaca la Jamie Foxx cuyo personaje es, además de brillante, una combinación de entretenedor, actor y enjuiciador.