Junta de Control Federal: el problema es el coloniaje

por vagabond
Introducción
Estamos en una nueva etapa del coloniaje en Puerto Rico. El colonialismo no es otra cosa que la incautación de todos los poderes inherentes naturales de la soberanía de una nación por otra nación mediante la fuerza militar, sistema de derecho, coerción y hegemonía ideológica.Nuestra nación puertorriqueña ha estado sometida al colonialismo por 523 años. 405 años bajo el coloniaje español desde la invasión y conquista iniciada en el 1493. 118 años bajo el coloniaje norteamericano a partir de la invasión militar durante la Guerra Hispanoamericana contra la monarquía española en 1898 hasta hoy 2016.
El colonialismo bajo los norteamericanos ha operado y se ha disfrazado de diversas maneras. A partir de la invasión y firma del Tratado de París en 1898 y ratificado en diciembre de 1899 que puso fin a la guerra, mediante decretos militares, luego mediante tres leyes orgánicas impuestas por el Congreso Federal, Ley Foraker del 1900, Ley Jones en 1917 y la ley 600, que creó el colonialismo disfrazado del ELA con rostro de puertorriqueños, y un sinnúmero de leyes, reglamentaciones y jurisprudencia interpretativa bajo el poder exclusivo de la cláusula territorial de la Constitución Federal. Ahora la Ley 600 se ha enmendado para introducir la Ley Promesa del 31 de julio del 2016 mediante la cual los rostros de los gobernantes coloniales pasan al pedestal más bajo y vuelven a salir los rostros de 7 procónsules imperiales de la Junta de Control Federal. Ahora se trata de un cambio hacia una forma más burda de dominación colonial para proteger a los acreedores de la deuda pública.
Al haber un cambio relativamente drástico en la gobernanza, toma tiempo la comprensión de los nuevos desarrollos que esta generará. También se crean confusiones en los sectores críticos al colonialismo en lo que se comprende a cabalidad la nueva situación.
La época es muy propicia para la generación de una cultura más sólida contra el colonialismo. Pero también se presta para nuevas formas de engaño y errores en los enfoques de las luchas de diversos sectores de nuestra nación.
En este escrito pretendo abordar las siguientes preguntas: ¿Cómo abordamos en esta nueva etapa la relación entre luchas reivindicativas democráticas con metas estratégicas para la descolonización y la justa distribución de las riquezas? ¿Cómo constituir alianzas con amplios sectores que no impliquen el fortalecimiento de sectores locales adictos al colonialismo, y que ayuden a explicar la interrelación entre reformas democráticas y metas descolonizadoras, anti neoliberales, y para la justa distribución de la riqueza?
Cuando se impone un gran proyecto de dominación política, donde sea, es porque ha habido un gran proceso cultural ideológico, tanto antes como después, para su imposición y luego su defensa. Esas son leyes inexorables del fenómeno político y del ejercicio del poder.
Para abordar estas interrogantes me parece apropiado acudir a las experiencias de la historia. En este presente, bajo nuevas coordenadas, que pueden desconcertar, desenfocar, y hasta producir grandes ansiedades que afectan nuestro sentido de dirección, se me ocurre que es necesario hacer un alto, buscar la dirección que nos pueda brindar la razón protegida con el bálsamo del sosiego, paciencia y tranquilidad. Esto sin abandonar otros proyectos. Intentar una mirada desde lo alto y acopiada de memorias que abarquen periodos amplios de la historia mundial y nacional. Ese ejercicio nos puede brindar dirección, perspectiva y mucha luz, que tanta falta hacen en estos momentos donde puede haber oscuridad pasajera al atender asuntos reivindicativos de reformas frente a cuestiones estratégicas anticoloniales y por la justicia social.
Apuntes sobre Historia
No olvidemos que los grandes procesos de cambios culturales, sociales, económicos y políticos han tomado, en muchas ocasiones centurias. El concepto liberal de que el poder emana del pueblo y no de Dios, tomó varios siglos en la experiencia europea hasta convertirse en modelo político dominante. Previo a y con el Renacimiento del siglo XIV, siguiendo con la Ilustracion posterior, se sometió a una crítica, cada vez más articulada y profunda, esas nociones del viejo orden feudal monárquico. La burguesía como clase opositora recurrió a múltiples estrategias, tácticas y luchas por reformas; así mismo las clases subordinadas siervos y artesanos desplegaron luchas reivindicativas contra la incautación de las mujeres por los señores feudales, impuestos, cosechas, entre otros; y la burguesía como clase emergente se apropió del prestigio y legitimidad de las instituciones del derecho romano para consolidar su poder mercantil y político en los burgos hasta infiltrarse en la burocracia monárquica y dar el golpe de gracia, convocar con el canto populista de la igualdad, libertad y fraternidad a las otras clases subordinas proletarias, artesanales y campesinas, para alzarse victoriosa en la Revolución Francesa de 1789. (Nota 1)
Luego, el concepto o idea central desarrollado por Marx, de que la plusvalía constituye un robo del valor del trabajo del proletariado por la clase burguesa mediante la apropiación privada de los medios de producción de mercancías, se articula con claridad en 1848 con el lanzamiento del Manifiesto del Partido Comunista y escritos posteriores, y desde entonces han transcurrido 168 años. Periodo en el que se han llevado a cabo luchas reivindicativas de reforma, como la conquista de los derechos a la organización sindical y la huelga, jornada de 8 horas de trabajo diarias, prohibición del trabajo infantil, medidas protectoras a la salud y seguridad de los trabajadores, luchas contra el discrimen por género, origen nacional y orientación sexual, aumento en los salarios mínimos, para proteger, unificar y fortalecer la clase emergente, luchas por la democracia burguesa y reforma agraria frente a dictaduras, oligarquías y neo colonialismos; y muchas veces dirigidas por partidos revolucionarios de la clase obrera, u otras vanguardias que engarzaban esas luchas reivindicativas a luchas estratégicas hacia la revolución democrática agraria contra dictaduras o socialista, con sus particulares enfoques nacionales para la toma del poder, (insurrección general en la experiencia Rusa, guerra popular prolongada gestada a raíz de la gran marcha en China, guerra popular prolongada, anticolonial y de movimiento vietnamita, guerrilla rural de movimientos, con frentes urbanos frente a la dictadura y radicalizaciones posteriores en la revolución cubana) apara socializar medios de producción, y redistribuir la riqueza generada por el trabajo e instauración de regímenes alrededor de esas ideas centrales; algunos de ellos criticados, desviados y colapsados, para renacer de nuevo en otros países proyectos bajo nuevas formas más democráticas surgidas de las cenizas de sus predecesores.
Asimismo, la proscripción de las instituciones de la esclavitud y el colonialismo han tardado también centurias, a través de luchas reivindicativas, reformas y revoluciones anticoloniales y antiesclavistas. En nuestro caso, el proyecto emancipador anticolonial puertorriqueño se remonta a principios del Siglo 19. Al final de dicho siglo, ya viejos, y al final de sus días, los venerables conspiradores independentistas Andrés Vizcarrondo, dirigente de la conspiración abortada de 1838, uno de los revolucionarios independentistas más consecuentes de nuestra historia, Ramón Emetereo Betances, dirigente de la Revolución de Lares de 1868, y muchos otros destacados patriotas dejaban el reino de este mundo, conscientes de que habían sido precursores fundadores de luchas de reformas como la abolición de la esclavitud, libreta de jornaleros, difusión y masificación de la educación, críticas y luchas de boicot contra los usureros mercantiles, engarzadas con el fin de la independencia nacional para rescatar todos los poderes de la soberanía nacional que negaba España, y que correspondería a otros seguir su ideario. (Nota 2) En el Siglo 20 otros patriotas como José De Diego, Pedro Albizu Campos, Antonio Corretjer, Juan Mari Bras y Filiberto Ojeda Ríos, miles de sus seguidores conocidos o anónimos, también transitaron lo efímero de su existencia en ese rol de precursores de la lucha nacional por la auto determinación e independencia, al mando de movimientos y partidos renovadores y en el caso de los últimos tres, esta idea entrelazada con la idea de la transformación radical socialista de los medios de producción. Todos ellos entrelazaron diversos métodos de luchas por reformas como la defensa del vernáculo, huelgas obreras para mejores convenios colectivos, autonomía universitaria, puertorriqueñización de la educación, abolición del discrimen, entre otros, con la conquista de la independencia nacional y la justa distribución de la riqueza con la instauración del socialismo.
Así que la idea de la lucha por la independencia nacional de Puerto Rico es un proyecto cultural político que lleva curtiéndose por más de dos siglos y entrelazada con la consecución de la igualdad y justicia social un tiempo considerable. Y muchos partidos y grupos anticoloniales y socialistas han articulado luchas inmediatas por reivindicaciones democráticas engarzadas a los proyectos de independencia y transformación social. Proceso que continúa y continuará porque los problemas del colonialismo, neoliberalismo y capitalismo no han sido resueltos en nuestra patria, pero con los énfasis y matices propios a las características de nuestra formación nacional. (Nota 9) Por tanto no podemos tener una idea inmediata sobre nuestro proceso emancipador, que poco a poco va acumulando desarrollos, fuerzas y etapas superiores mediante luchas reivindicativas de reformas y sobre la crítica del colonialismo y la desigualdad; y en algún momento, no sabemos cuándo, pero más temprano o tarde, fruto de la lucha organizada, pluralista y complementaria, mediante la formación de cuadros cultos, audaces, comprensivos de la necesidad de la organización colectiva, cristalizará en transformaciones positivas que superarán el orden existente.
La Nueva Etapa
Ese panorama histórico nos permite comprender mejor que Puerto Rico ha entrado en una nueva etapa económica, social y política. En el balance de la lucha de intereses de los distintos sectores de esta nueva era, que coexiste con viejas instituciones como en todos los procesos aludidos anteriormente, ha prevalecido como proyecto dominante imperial, el modelo sustentado por los sectores más poderosos.
Nos referimos a la imposición de la ley Promesa y la Junta de Control Federal que opera como un apéndice corporativo o quiste cerebral dominante del orden colonial territorial existente del ELA. Pero frente a esa nueva imposición colonial es importante reconocer que cada día aumenta el consenso anticolonial en amplios sectores del país, por distintas vertientes, independentistas, soberanistas o estadoistas. Es decir, cada día la crítica político cultural al orden existente va cediendo a un consenso anticolonial mayoritario de la población, con la salvedad de que el modelo estadista se ha desarrollado dentro de la dominación colonial y la institución de la ciudadanía americana y otros derechos adquiridos son diques para la hegemonía ideológica de ese sector para mantener relaciones permanentes con la metrópolis colonial. Como dicho sector ha ido creciendo electoralmente y cultivado ya prácticamente una mayoría electoral, es necesario que pasen por experiencias de rechazo imperial que ayuden a su proceso mental de desvanecimiento de quimeras y descolonización. De ahí que sea vital incorporarlos a mecanismos adecuados de descolonización como la Asamblea Constitucional de Estatus, asuntos que abordo en escritos previos. (Notas 3, 6 y 11)
Inicialmente la idea de la Junta de Control Federal consistía en una junta de síndicos para controlar absolutamente todo el poder de los recaudos públicos con el fin de garantizar el pago de la deuda pública a los acreedores. Este modelo fue apoyado por poderosos acreedores, el capital financiero y sus políticos representativos en el Partido Republicano y el Partido Demócrata. También tuvo lugar paralelamente, y en términos proporcionales de fuerzas un cabildeo más débil que las otras fuerzas, de ciertos sectores sociales y políticos, conformados por esfuerzos combinados del gobernante Partido Popular Democrático, el Comisionado Residente, Pedro Pierluisi, como voz solitaria del anexionismo, sectores de la diáspora aliados a una facción del Partido Demócrata de los EEUU e intereses económicos de hospitales y aseguradoras de la isla, y que tiene como punto culminante el cónclave de la diáspora en Florida. Este polo de fuerzas insistía en una enmienda a la Sección 9 de la Ley de Quiebras Federal para que los municipios de Puerto Rico y sus corporaciones públicas pudieran acogerse a procesos de quiebra y paridad en la asignación de fondos federales en el área de salud. La idea detrás de esta coalición era la concepción inmovilista del autonomismo de que los fueros autonómicos y medidas económicas eran posibles conquistarlos mediante reformas afines a su proyecto político con enmiendas a las leyes federales dentro de la claúsula territorial de la constitución federal, para lo cual enterraron la promesa programática del PPD de una asamblea constitucional de estatus. Jugaron esa partida y perdieron estrepitosamente en la liga federal. Esta coalición pretendió mover oportunistamente a la diáspora, convocándola, usando como bandera defender nuestra isla ante la crisis, sin reconocer igualdad de derechos y trato a la diáspora, incluido su derecho natural al voto en los eventos electorales nacionales de su patria Puerto Rico.
No fueron luchas frontales anticoloniales sino para reformas enfocadas en salvar las castañas al orden colonial existente del ELA. Al fin y a la postre el pez grande se comió al más pequeño. Todo culminó con la actual Ley Promesa y Junta de Control. Básicamente sigue siendo una junta de síndicos imperial, que opera como administradora del ELA colonial, para velar por el pago del principal e intereses a los acreedores de la deuda pública, mientras confiere una raquítica moratoria que paraliza acciones de los acreedores contra el gobierno por 8 meses hasta febrero del 2017 y crea un proceso simulado de reestructuración con el visto bueno de los acreedores, con el principio rector de «velar sus mejores intereses» como reza la ley, siempre y cuando 5 de los 7 miembros de la Junta lo aprueben y tiene que ser ventilado en la «imparcial» Corte de Distrito Federal para el Distrito de Puerto Rico. Hay personas que opinan que la vigencia de esta sindicatura tendrá una duración de entre 8 a 10 años en lo que el gobierno existente bajo el arreglo colonial del ELA logra presupuestos balanceados y restablece su crédito en el mercado financiero.
Varios grandes golpes seguiditos de las tres ramas del gobierno federal, contra el ELA como lo conocíamos antes, sirvieron de zapata para el nuevo modelo transitorio impuesto de dominación colonial sin velo.
El primer golpe al ELA colonial y sus defensores inmovilistas fue dado por el Ejecutivo y Congreso Federal al negar las enmiendas a la sección 9 de la ley federal de quiebras y la medicina amarga de aprobar la ley Promesa y la Junta de Control Imperial. Los otros dos fueron propinados por la Corte Suprema Federal en dos casos, el que resolvió que solo existe una soberanía, la del Congreso, y el otro que solo este tiene reservado el poder de quiebras. Ambas opiniones para reiterar los poderes omnímodos del Congreso al palio de la Cláusula Territorial Federal para diseñar el nuevo engendro o Junta de Control que le venga en gana al Congreso. Con estos golpes colapsaron las quimeras de los sectores inmovilistas del popularismo. Todavía se niegan a meter en el sepulcro; y hace unos días su ideólogo mayor, Rafael Hernández Colón, planteó acudir a la Asamblea General de la ONU a denunciar el «fraude» ocurrido con el ELA para obligar a los norteamericanos a sentarse en la mesa para reinstalar los «poderes» reconocidos por el pacto o contrato del 1952 que hizo posible la creación del ELA. Sueños. Quimeras. Solo la organización y lucha popular, la unidad nacional de los isleños, la diáspora y la organización de una asamblea de delegados de estatus de la nación para reclamar el rescate de la soberanía nos dará la fuerza de negociación frente al imperialismo norteamericano, y la legitimidad y credibilidad para incrementar solidaridad en el pueblo norteamericano, en el mundo y en los foros internacionales, que son de naturaleza secundaria, complementarios al nivel de masividad que logre generar el pueblo puertorriqueño por su autodeterminación e independencia. (Notas 3, 6 y 11. Para un experimento encaminado a incrementar la solidaridad con el pueblo norteamericano ver notas 14 y 15 y 5, en ese orden)
El Presente
Previo a ser aprobada la ley Promesa, habilitadora de la Junta de Control, una variedad de sectores comenzaron a articular una alianza de oposición a la misma. Esta coalición no pudo armar un cabildeo para impedir que se aprobara, ello a pesar de que habían senadores demócratas disponibles para intentar aplicar técnicas dilatorias con la práctica del llamado filibusterismo. La coalición ha concentrado sus esfuerzos en un intento por impedir que la Junta pueda funcionar. Su lucha se ha enfocado en «una oposición a la junta de control» por ser indigna y antidemocrática. Al día de hoy no se han nombrado los integrantes de la Junta. Solo se han designado los 8 integrantes de la Comisión creada por la ley Promesa para estudiar y recomendar vías de desarrollo económico para la Isla. Pronto se nombrarán, cuando la metrópolis decida, los integrantes de la Junta de Control. Se ha generado una discusión pública, y la coalición celebró una nutrida y controversial asamblea. En esta asamblea acudieron sectores tan disimiles y contradictorios como el cooperativismo, quien es uno de los sectores minoritarios de acreedores de la deuda pública y el líder del inmobilismo popularista, exgobernador Rafael Hernández Colón. Pero el grupo que más consistencia continúa logrando ha sido el escuadrón combativo de jóvenes que acampan frente a la Corte Federal.
Mientras tanto, tal parece que las fuerzas que lograron imponer el nuevo engendro, comenzaron a implantar medidas políticas y estrategias para su defensa. Por otro lado, puede haber dos lecturas o interpretaciones razonables sobre ciertos acontecimientos ocurridos en las últimas semanas. Un primer enfoque puede ser que los eventos han ocurrido al azar, con interpretación de que los mismos han sido magnificados para dividir y agotar a los grupos ante luchas estratégicas. Veamos.
Una campaña de hegemonía ideológica para aceptar las disposiciones de la ley promesa y la Junta. Domesticar a ambos partidos coloniales y sus dirigentes, romper el espinazo moral de sectores políticos, económicos y sociales de la isla y de la diáspora para que se dobleguen y besen el anillo de los 7 procónsules cuando sean nombrados. Se ha desarrollado una campaña mediática entre la población, valiéndose de economistas, intelectuales a su servicio, políticos locales, los congresistas Nydia Velázquez, José Serrano, los aliados de Hillary Clinton en la isla y en la diáspora, a los cuales se han ido sumando otros, hasta el Gobernador, quien en determinado momento expresó oposición, pero luego suplicó que se aprobara la nueva ley Promesa con su cabeza gorgona colonial con la excusa de que el 31 de julio del 2016 se incurriría en un impago de $2,000 millones.
Entretener a las fuerzas progresistas con asuntos secundarios variados según vayan surgiendo para evitar una oposición más consistente a fenómenos mucho más complejos y estratégicos como la exoneración de la odiosa deuda colonial y la superación de la Junta de Control mediante la descolonización e independencia nacional de Puerto Rico. Quien despache esta afirmación con alegatos de teorías conspirativas, no estamos planteando que forman parte de un plan concebido y premeditado porque no tenemos los elementos y datos para concluir sobre especulaciones. Lo cierto es que las fuerzas hegemónicas del poder político cuentan con los recursos intelectuales, expertos de medios y políticos para dar un giro a los eventos, diseñar estrategias para dividir grupos y personas, ampliar y solidificar el terreno de conquista, mayormente en el terreno de la hegemonía ideológica.
Así han surgido varios eventos en las últimas semanas que han recibido mucha atención mediática y han desviado la atención, y han mantenido a las fuerzas de oposición corriendo de lado en lado, para enfrentar asuntos reivindicativos de reforma de relativa importancia, aunque no de índole estratégica, ni tan complejos como la deuda pública colonial, la Junta de Control y el colonialismo. En las pasadas semanas han salido a la palestra las controversias de las becas presidenciales, Uber, la Zika y el pesticida Naned. Y con lo que afirmo no pretendo disminuir el reconocimiento de la importante aportación que han hecho centenares de opositores a esas movidas mediante sus luchas reivindicativas. Habrá que dar y se han dado luchas en cada espacio para que no nos envenen, así como corresponde condenar los atropellos antidemocráticos, violatorios sin duda de la autonomía universitaria, infligidos a los universitarios y la generación por estos de las acciones de denuncia y reparadoras de agravios y daños correspondientes.
El primer frente ha sido desmovilizar y desmoralizar al centro vital generador de luchas y cambios en nuestro país: la universidad pública y los universitarios. Nunca antes se había descabezado al sistema universitario público con anticipación a la toma del poder por el nuevo partido ganador de las elecciones. Ahora el regente nuevo será la Junta de Control que pronto comenzará a gobernar, tan pronto sean nombrados sus 7 integrantes. Convertida la universidad en un centro de chismes y divisiones será más difícil unificar luchas por la autonomía universitaria, anti deuda odiosa y anticoloniales. Con un informe de encargo, irregular, sumario, de 3 abogados de la Milla de Oro, que no se ajusta a las originales directrices investigativas, se inició el linchamiento y crucifixión de los primeros Presidente y Rector de trayectoria patriótica. Junto a la condena del favoritismo practicado a la sobrina del Presidente de la Junta de Síndicos, un reconocido activista estadista, metieron al bote a un estudiante de derecho allegado muy cercano del hermano del Gobernador, así como al joven abogado laboral, destacado líder de la última huelga universitaria Arturo Ríos Escribano. No se le ha garantizado a ninguno de los señalados y afectados el debido proceso de ley formal que garantiza el ordenamiento constitucional, mientras se llenó de lodo la dignidad y reputación de estas personas. No se les formularon cargos en un proceso adversativo con todas las garantías constitucionales ante el cual pudieran presentar defensas y evidencia. Se les lanzó al ruedo de un festín chismoso, a una crucifixión inquisitorial pública parecida a la elaborada por Poncio Pilato para que turbas confundidas y enardecidas aprobaran el asesinato del héroe Jesús y la libertad del criminal Barrabás. Y las partes afectadas han anunciado entablar demandas contra personas individuales, y la Universidad como institución.
Pero los litigios tardan. Y el mayor daño está hecho. Subliminalmente los pregoneros del chisme imperial alegarán la vil mentira que cuando independentistas llegan a posiciones de poder en la universidad, también carecen de transparencia. En su día, cuando el proceso adversativo de las cortes rinda su fruto, las cosas cogerán su nivel, y se deberá adjudicar la responsabilidad que corresponda. Está en juego uno de los procesos más importantes de cualquier país: la autonomía universitaria, sobre cuya importancia les remito a escritos previos en 80grados y el Post Antillano. (Véase además nota 4 sobre este atropello que ha confundido incluso a escritores de la prensa patriótica como el semanario Claridad)
El segundo frente ha sido amenazar con fumigar veneno dañino, Naled, en todos los rincones de la isla para exterminar el mosquito propagador de la epidemia del Zika. Se movilizaron sectores de la sociedad civil, científica y ecologista, se dio la voz de alerta que el veneno tiene consecuencias nefastas para todo tipo de vida. Se ha logrado que la Secretaria de Salud se retracte y se ha paralizado la fumigación de la cicuta. Se ha logrado engarzar esta lucha ambiental con la insistencia de agencias federales de utilizar nuestro suelo como centro de operación sin preocuparles la salud de los puertorriqueños.
Al mismo tiempo se anunció legislación de privilegios para los dueños de las casas de la Parguera. Otros dos asuntos surgidos afectan a los sectores comunitarios y sindical. Llegó Uber con las protestas de los taxistas y la discusión pública sobre este nuevo tipo de transportación. La Donahue amenazó con destruir la Utier.
Mientras tanto la oposición a la Junta de Control ha disminuido su intensidad. Ahora hay muchos que hablan de que debe haber puertorriqueños en la susodicha junta, se continúa insistiendo que hacía falta una junta que haga recortes, evite despilfarros, y que es lo que el pueblo de Puerto Rico se merece por elegir administradores malos y corruptos. Es importante comprender que los asuntos de la deuda pública, exoneración de la deuda por ser colonial, y la nueva forma de gobierno mediante la intervención de la Junta de Control y las disposiciones de la ley Promesa, son fenómenos mucho más complejos, de índole estratégico en la lucha contra el colonialismo y la desigualdad social, que los asuntos de la fumigación con Naled, becas presidenciales y la competencia transportista de Uber, que gozan del carácter de luchas reivindicativas democráticas, y con cualquier solución favorable a los sectores sociales afectados por estas medidas, el régimen colonial puede acomodarse a las mismas sin problema alguno. Pero no se puede orientar una lucha contra una Junta de Control colonial si no se enfatiza que la lucha es contra el coloniaje como forma de dominación.
La lucha contra la Junta no puede ser de ninguna manera para restablecer la dignidad ni los poderes perdidos del «alegado» pacto del ELA, pues ese enfoque no adelanta en nada la lucha contra el colonialismo. El ELA es puro coloniaje. En consecuencia es más fácil y atractivo enfatizar la lucha en asuntos menos complejos y con mayor probabilidad de triunfo para las fuerzas opositoras. Los asuntos de la deuda pública, la responsabilidad de la metrópolis sobre la misma y la Junta de Control, requieren acopio de información y amplios recursos para enfrentar actores poderosos de las más alta capacidad como los acreedores y la metrópolis, en una lucha que en resumidas cuentas es frontalmente anticolonial.
El Futuro: una nación educada, solvente, unida y sana
Pero mientras se atienden frentes de lucha reivindicativos democráticos menos complejos, no podemos obviar los más importantes y trascendentes. La deuda pública es colonial y por tanto odiosa per se, proscrita por el derecho imperativo internacional, responsabilidad de la potencia colonial. Es ese deudor gigante quien merece una Junta. Pero se pretende castigar a nuestro pueblo que es la víctima y no al victimario. (Nota 6)
De nada vale oponernos a la Junta Imperial si no nos educamos para transmitir una postura radicalmente anticolonial y poder educar de que esa solución de la Junta de Control se basa en premisas falsas, en la mentira y el engaño de que los puertorriqueños somos malos administradores, corruptos y faltos de transparencia. Si enfatizamos en el fenómeno, reclamo reivindicativo democrático reformista, de la auditoría ciudadana, como han hecho muchos grupos, además de que se presta para fines politiqueros en las elecciones enclenques que se avecinan, para lanzar culpas a los rojos y los azules, damos énfasis a que la deuda se debe a la corrupción de políticos del patio y entonces el imperialismo justifica que nos han enviado unos cónsules imperiales a auditarnos y a gobernarnos.
No podemos adoptar protocolos extranjeros desarrollados para países soberanos como el Ecuador, donde se hizo la auditoría ciudadana como reclamo reivindicativo democrático para identificar a cuál del catálogo de deudas odiosas pertenecían las distintas deudas públicas. Habrá que hacer una auditoría de la deuda pública en Puerto Rico, no cabe duda, para enjuiciar mayordomos coloniales corruptos, pero ese no puede ser el énfasis táctico y estratégico de nuestra lucha ahora. Una cosa es la responsabilidad individual que con su libertad o bienes deban responder funcionarios corruptos. Otra y de la mayor relevancia es la responsabilidad única y primaria de la potencia colonial para que asuma la responsabilidad sobre la deuda pública -odiosa colonial- y pague la misma a los acreedores o expropie los créditos de los fondos buitres. La deuda pública surge por el control colonial de la metrópolis que produce ausencia de poderes soberanos que nos han impedido desarrollar mecanismos de protección a las fuerzas productivas nacionales para generar ahorro nacional producto de nuestro trabajo.
Desde la invasión norteamericana en el 1898 nos han impuesto programas para favorecer el capital foráneo, con exensiones tributarias, subsidios de utilidades públicas, mano de obra barata y fomento de la migración, lo que ha promovido la exportación de las riquezas fruto del trabajo, y la ausencia de ahorro y capital nacional, sin tener mecanismos para proteger nuestras fuerzas productivas y riquezas. Entonces la deuda pública ha sido impuesta por la dinámica de la relación colonial. Ni siquiera poderes tenemos para aprobar mecanismos de quiebras.
Para educar tenemos que educarnos, conocer la historia general, nuestra historia nacional y la historia de la deuda colonial; sobre todo su crecimiento exponencial de $24 billones en el año 2000 a $72 billones en el año 2014. Esa suma se duplica con el menoscabo de los fondos de pensiones. Ese crecimiento exponencial de la deuda pública en 14 años es lo que causa la crisis económica y el gran éxodo de puertorriqueños. Antes del año 2000 había corrupción y mala administración en Puerto Rico y Estados Unidos y la deuda pública era pagable. Por tanto la corrupción y mala administración no han sido la causa eficiente de la deuda impagable de hoy. Que coincide con la eliminación por el Ejecutivo y el Congreso federal de la excención contributiva a las compañías 936 entre 1996-2006 y la firma de tratados de libre comercio con Latinoamérica en fechas cercanas a esas, que eliminó la situación de mercado preferente de Puerto Rico con el mercado norteamericano. Ello sin que Estados Unidos proveyera alternativas sustitutas a su enclave colonial. Como hemos dicho, fue como quitarle el oxígeno a un paciente en coma: muerte segura. Referimos a otros ensayos para quien desee continuar profundizando sobre estos asuntos. (Notas 3, 6, 7 y 8)
Para enfrentar la crisis, la deuda y un desarrollo nacional necesitamos un pueblo educado, unido, sano y solvente. Pero los primeros que tenemos que educarnos, para evitar las vendas que nublen nuestra dirección somos los independentistas y las izquierdas. Son necesarias escuelas de formación de cuadros patrióticos en todas las organizaciones y para desafiliados, para fomentar el conocimiento de la historia y profundizar en lo que significa un pensamiento crítico nacional.
La oposición a la deuda odiosa colonial, responsabilidad del gobierno federal y la asamblea constitucional de estatus son asuntos vitales, aglutinadores de masas de todos los sectores ideológicos y sociales, en la isla y en la diáspora. Con la deuda odiosa ningún partido podrá gobernar, ninguna entidad fruto de un proceso de descolonización podrá operar. La asamblea de delegados del pueblo es el ente con la fuerza para reclamar la reparación de agravios a la metrópolis y exigirle la asunción de la deuda, mecanismos de expropiación de los fondos buitres, y la borradura de la misma de los estados financieros del aparato estatal que gobierne la nación puertorriqueña. (Notas 3, 6, 7 y 8)
En resumen, refiero a varios ensayos donde abordo esos problemas de índole estratégica: fortalecimiento de la unidad nacional con el voto de la diáspora en nuestros procesos electorales y la asamblea constitucional de estatus (Notas 3, 6, 9); deuda pública y la responsabilidad federal sobre la misma (Notas 7, 8, 11); medicación de todas las drogas adictivas para invertir las prioridades presupuestarias y sacar a nuestra juventud de la enfermedad y flagelo mortal de la adicción (Notas 10, 12 y 13) ; unidad con el pueblo norteamericano, balance sobre el Sanderismo (Notas 5, 14 y 15)
No propongo centralizaciones organizativas en este momento. Solo el desarrollo de iniciativas creativas, juntes o convergencias, locales o centrales, novedosas, de grupos, pequeños o grandes, por crear o existentes, generados por la juventud o por los mayores, proyectos educativos para el pueblo y formación de cuadros, esfuerzos que hagan acopio de un pensamiento crítico nacional, para atender esos asuntos estratégicos y otros problemas reivindicativos, estudiarlos, buscar soluciones a los mismos e instrumentar cursos de acción. (Ver notas 9 y 10) Hay espacios complementarios para todos. No hay que temer a la creación de grupos, juntes o convergencias nuevas ya que no invaden los espacios de los partidos o grupos existentes sino que los complementan y fortalecen.
(1) Bibliografía:
1. Michael E. Tigar & Madeline R. Levy. El Derecho y el Ascenso del Capitalismo. Siglo Veintiuno. (1978).
2. Germán Delgado Pasapera. Puerto Rico: sus luchas emancipadoras. Editorial Cultural. (1984).
3. El derecho al voto de la diáspora, la deuda pública y la Asamblea Constitucional de Estatus. Revista 80grados. 4 de marzo 2016.
4. La “Junta” ya tomó control de la UPR ante el Informe Comité de Becas. Post Antillano. 10 de julio 2016. http://www.elpostantillano.
5. Crítica al Endoso de Bernie Sanders a Hillary Clinton. Post Antillano. 14 de julio 2016. http://www.elpostantillano.
6. Crisis Fiscal, Junta Imperial y un futuro para Puerto Rico. Revista 80grados. 27 de mayo 2016.
http://www.80grados.net/
7. Hacia una teoría de responsabilidad del gobierno federal sobre la deuda pública. 80grados. (ensayo corto) 1 de mayo 2015.
8. Que la Deuda Odiosa la pague el Congreso de EE. UU. El Post Antillano. 5 de julio 2016.
http://www.elpostantillano.
9. Reflexiones para un pensamiento crítico nacional. Post Antillano. 10 de mayo 2015.
10. Por una Reforma Contributiva equitativa y justa. 80grados. 27 febrero 2015.
http://www.80grados.net/
11. Hablemos Claro sobre el Status, El Nuevo Día. 31 de diciembre 2015
http://www.elnuevodia.com/
1012. Trafico, Drogadicción, Legalización.¿Hacia Dónde Vamos?, 80grados. 3 de mayo 2013.
http://www.80grados.net/
13. Reforma Radical para la Medicación de las Drogas. El Nuevo Día. 22 de enero del 2016
14. Independentistas por Bernie Sanders: experimento táctico con principios claros. 80grados. 8 de abril 2016.
15. Reflexiones sobre las alianzas con el Sanderismo. 80grados. 10 de junio 2016.
http://www.80grados.net/