David Noriega, gestor de innumerables luchas
Debo confesar que en mis funciones como Presidenta del MUS me ha hecho mucha falta. Siempre me impresionó su humildad, su compromiso, su inteligencia y su disposición a ir a donde hubiera que ir a recoger endosos, a caravanas, a talleres, a reuniones. Me asombró la noticia de su condición de salud. Cuando lo llamé, estaba en una sesión de quimioterapia y me sorprendió porque lejos de escuchar a una persona alicaída, comenzó a darme consejos y a orientarme sobre nuestro proyecto de ese momento: educar sobre la imposición a Puerto Rico de las leyes de cabotaje. Su actitud positiva transmitía que habría de superar su condición.
David fue gestor de muchas luchas, adalid de tantas causas que a lo largo de sus 68 años lo enaltecieron ante el país. Dejó una huella imborrable como legislador, siendo su marca de fábrica la transparencia, la rectitud, la honradez. Desde su prédica y su práctica, dejó claro que es inaceptable el afán de lucro en la función pública. Denunció y combatió con todas sus fuerzas, el saqueo de fondos públicos. Se convirtió en la voz de un pueblo que clamó por el saneamiento de la gestión pública y porque se procesara a aquellos que defraudaron la confianza depositada en ellos. Respondió siempre a los dictados de su conciencia y entregó su vida a lo que se definió como su norte, la libertad de nuestro país. David trabajó incansablemente, por aquello que creyó justo, razón por lo que combatió la permanencia de la marina en Vieques y Culebra, la persecución contra los independentistas, la corrupción a todos los niveles en el gobierno. Siempre será recordado por su ferviente defensa de los pacientes de sida y del uso de los fondos públicos destinados a su tratamiento.
De verbo firme y fogoso, David despuntó como líder desde muy joven, en los consejos de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, defendiendo una universidad libre de las ataduras político-partidistas, lucha que al día de hoy continúa. Leyendo sobre su vida supe que como miembro del PIP, aprovechó las ocasiones en que fungió como chofer del Lcdo. Gilberto Concepción de Gracia, para recibir lecciones que luego lo marcarían como la persona humilde, noble y respetada, a quien la vida nos arrebató prematuramente.
David se destacó principalmente como político, un término que a lo largo de varios años ha ganado una connotación negativa. Sin embargo, David, el político, despuntó por su adhesión a la verdad, a la justicia, a lo recto. Vio el estudio del derecho como instrumento para defender y promover la justicia social, dedicándose en su práctica a la defensa de los menesterosos y de los perseguidos por su condición étnica y sus creencias políticas. Hombre de una sola pieza e irremplazable.
David libró muchas batallas, siendo una de las más importantes, lograr la independencia para Puerto Rico. No pudo ver logrado su sueño, por el ataque implacable de un mortal enemigo, que lo acechaba silenciosamente. Aun a costa de su salud física, ayudó a fundar y afanosamente, a inscribir el Movimiento Unión Soberanista, organización a la que dedico sus últimos años la vida. A pesar de su enfermedad se mantuvo solidario, esperanzado, combativo. Con profundo dolor, lloramos su partida y al día de hoy lamentamos el enorme vacío que ha dejado en nuestros corazones y en la lucha por nuestra liberación. Más, sabemos que desde otro plano su espíritu nos acompaña y nos guía. La mejor forma de honrar su memoria, es continuar la lucha que fue su razón de vivir.
Uno de los proyectos más importantes creados a raíz de la muerte de David, fue la Academia Soberanista, cuyo propósito es la educación política de nuestra militancia. Ya se han celebrado tres en diferentes lugares de la Isla. En reconocimiento a la importancia que revistió David para nuestra organización y en honor a su memoria, el Movimiento Unión Soberanista, ha decidido bautizar la Academia como “Academia Soberanista David Noriega Rodríguez”.
Doy las gracias a su familia, a Carmencita, a sus hijos y en particular a su hija Rebeca, por el privilegio que ha representado para mí esta invitación para participar en esta actividad y el permitirme dirigirme a ustedes en honor a la memoria de David.
Por nuestro pueblo y para David, Viva Puerto Rico libre!
* Palabras leídas en el primer acto público de la Fundación David Noriega Rodríguez el pasado jueves 10 de abril de 2014, en el Anfiteatro del Archivo General y Biblioteca Nacional en Puerta de Tierra, San Juan, Puerto Rico.