puentescapar / tras el candado / la tristeza es verso / ceniza fuego vientre / recordando gota a gota / hasta nacer yo de ti / en carcajadas aguamar
puentescapar / tras el candado / la tristeza es verso / ceniza fuego vientre / recordando gota a gota / hasta nacer yo de ti / en carcajadas aguamar
33.5 minutos son un montón y son nada / tiempo tuyo que me das porque existes / de cerca o de lejos / le das a este tiempo la forma plena total
querido pepe / te cuento francamente / que tengo un grave problema de nutrición / últimamente solo leo noticias / mientras más malas, mejor / mientras más insensatos, mejor…
al mundo un hombre menos no hará mella, / aunque su sangre desconozca traba, / aunque su aorta la visite el día.
América busca -historia de Puerto Rico- en Google. / América en tu contra la poesía. / América leéte Sucede que yo soy América.
lápidas a la orilla del camino / un gato huye de sombras / he muerto de pisadas versos / al otro lado de la lluvia / ¿estarán allí los latidos de la palabra?
a veces extiendo el brazo y acaricio la palma / de tu mano la dejas abierta y en ella leo / mi destino “es tu vida”, me dices / pero no te escucho / lo leo en tus labios que luego besan
Son dulces y angulosos, son archivos históricos / alfabetos en célula, cisnes de cuello impune / casas donde vivir / criminales absueltos.
Canicas desenterradas del patio de esta casa. / Mis dos muelas arrancadas. / Vajilla vieja de papá y mamá. / Muro abandonado del patio. / Lozas rotas pegadas a la tierra. / Paredes agrietadas aguántandose del techo.
Yo no consentiré que nadie impida / el orondo embeleso en el que oscilo. / Dejarse ir en trance es arte a ultranza / —y es preciso creer en la caída.
querer morir / es bajarse a mitad de la vida / deambular dolores sudor gris / beber una cerveza templada / junto a cada fantasma que se escapa de la piel / y tomar el próximo tren a cualquier lugar
una pequeña cumbre me / convida oculta recia / cual peñón fronterizo justo en la boca / entre dos mares / justo entre los labios de tierra / entre África e Iberia
Me pide que no mire y te coloca / un inútil pañuelo / incapaz de frenar este obsceno espectáculo / en que tras tus párpados / que eran cortinas para cielo, / la noche verdadera se ha quedado.
solar desentendida de su rito, / acero que a conciencia nos degrada. / Sí, yo soy libre / —bajo un cielo en ruinas.
Esta noche, / las pisadas me abandonan / ante una estatua de sal / y es que no puedo recordar su fragancia, / ni su nombre, siquiera mi voz.
Estar arriba de Utuado con el país de espaldas. / Cuarenta personas nosotros guardando una búsqueda de visiones. // Diez más, dispersos y a solas / repasan sus hambres con su silencio humano.
el mundo revolucionado sería / muy distinto del nuestro / si fuéramos / revolucionarios
porque era pelirroja y cirujana / discreta en las heridas y suturas / usaba el bisturí para tallar en hueso / lo que sería legible solo a los rayos X
solo la noche; solo están maduras / las piedras, en su séquito de arenas. / El cascabel se aduerme, cuando apenas / su agobio tamborean herraduras
caer abismos deshidratados / negra vigilia sendero sin ojos / el tiempo peregrina en mi espalda / sangre venas fragmentada silencio / minuto a minuto se extinguen las pisadas
Asomado / veo comer a mis amigos / los frutos de sus esperas de balcón / apartando entre sonrisas las espinas. // Supongo, igual, me han visto.