Cine: El amor es cosa rara
Saltburn
Mientras lucha por encontrar su lugar en la Universidad de Oxford, el estudiante becado Oliver Quick (Barry Keoghan) se ve arrastrado al mundo del encantador y aristocrático Felix Catton (Jacob Elordi). Al carecer de las conexiones que muchos estudiantes tienen a través de sus padres adinerados, le cuesta encajar debido a su ignorancia de las sensibilidades de la clase alta. Finalmente entabla amistad con Felix, un estudiante rico y popular que muestra interés en la vida de Oliver. Siente empatía por las historias de Oliver sobre el abuso de sustancias y los problemas de salud mental de sus padres, y hace un esfuerzo constante para incluirlo a pesar de la desaprobación de sus otros amigos.Su amistad crece a lo largo del año, pero Félix se molesta con la presencia constante de Oliver y aparentemente lo expulsa de su círculo después de una breve disputa. Una mañana, Oliver aparece en la puerta de Félix angustiado por la noticia del repentino fallecimiento de su padre. Félix lo consuela y, al darse cuenta de que Oliver no tiene adónde ir, lo invita a pasar el verano en la extensa finca de su familia: Saltburn.
El filme nos lleva de la mano a descubrir, si es que uno no ha leído a Jane Austen, la perversa historia de privilegios y deseos que explora la alta sociedad aristocrática de Inglaterra desde sus comienzos. Mas, contrastando con Austen, la guionista, directora y productora Emerald Fennell, convierte el palacio que es Saltburn en una cámara de horrores.
Cuando Oliver llega a Saltburn nos damos cuenta de que está entrando en un mundo que desconoce, pero, por primera vez, poco a poco reconocemos que tiene un plan. Su enamoramiento silencioso e intensamente pasional con Felix está moderado con bastante obviedad por la madre de Felix, Lady Elspeth Catton (Rosamund Pike) y su padre Sir James Catton (Richard E. Grant). Peor todavía, por Felix mismo, quien hace caso omiso de la presencia de Oliver. La excentricidad de ambos padres es intensa y se puede vislumbrar en su hija Venetia Catton (Alison Oliver) y en su amiga, a quien se refieren como «Poor Dear» Pamela (Carey Mulligan) y que pronto desaparece de Saltburn, aparentemente desterrada por alguna falla de sus modales.
Desafortunadamente, la trama, según se complica, se vuelve ridículamente sexual y simplista. El guion se oscurece, pero también lo hace la trama. Aunque hay un punto en el que descubrimos algo de Oliver que nos abre los ojos a su plan, todo es demasiado precipitado para que nos satisfaga el asombro súbito. El elenco es impresionante, lidereado como está por Barry Keoghan y Jacob Elordi (respaldados por Rosamund Pike y el estupendo Richard E. Grant), con la ayuda impecable de la cinematografía exquisita de Linus Sandgren, la edición fílmica de Victoria Boydell y la sugestiva música de Anthony Willis. Sin embargo, por las fallas del guion y, por lo tanto de la historia, no pasa de B-.
Fallen Leaves (Hojas Muertas)
Uno detecta inmediatamente en el rostro de la protagonista, de este filme tierno y evocativo, que tiene un parecido a las divas de Ingmar Bergman. Su personaje, Ansa (que significa «atrapada» en finlandés), es soltera y vive en Helsinki. Trabaja con un contrato de “cero horas” (la llaman cuando quieren) en un supermercado, abasteciendo los estantes y desechando la comida cuya fecha de uso está vencida.
Una noche conoce accidentalmente al trabajador igualmente solitario Holappa, un alcohólico, que por ello tiene dificultades en tener trabajo fijo. Lo único que tiene el hombre es un amigo que lo acompaña a los bares. Nos sorprende que el actor tiene, en su estatura y en su rostro, un parecido a Max Von Sydow, uno de los actores de la troupe de Bergman. Pero esas dos no son las únicas referencias al cine internacional de esta comedia agridulce cuyos temas son la soledad, como la edad media la agudiza y como hay esperanzas
En las visitas de los protagonistas al cine Ritz, hay que ver los afiches de filmes que les sirven de fondo. El primero es del clásico Brief Encounter de 1945. Ahí cabe el secreto de la cinta. Escrita y dirigida por Aki Kaurismäki en el 76º Festival de Cine de Cannes ganó el Premio del Jurado (la Palma de Oro) y fue elegida para participar como la nominada finlandesa a la Mejor Película Internacional en la 96ª edición de los Oscar. La trama es sencilla, pero tiene sus sorpresas. Una hora y veinte minutos de actuaciones perfectas y un mensaje antibélico (en la radio se escuchan las noticias de la guerra en Ucrania, tal vez la primera película que habla del conflicto). Y, al final, el filme cierra con la música de Joseph Kosma y el poema del francés Jacques Prevert: Las hojas muertas. ¿Qué más se desea?