¿Dónde estudiarán nuestras niñas?
“Ya no hay lugar”.
Maná
El debate que ha generado el proyecto que establece la perspectiva de género en el Departamento de Educación de Puerto Rico da cuenta de su urgente necesidad. Solo hay que leer algunas de las pancartas de la manifestación cristiana-fundamentalista del lunes para sentir terror del estado en que se encuentra esta agenda en nuestro país. Solo hay que destilar el miedo del reportaje en el que se publica la lista de libros para el curso de salud escolar que autoriza el Departamento de Educación para sentir una profunda desolación.¿Dónde estudiarán nuestras niñas? ¿Dónde aprenderán que son protagonistas de su historia? ¿Dónde serán tratadas como personas cabales, practicantes de la equidad y con la conciencia de que toda forma de discrimen es ominosa e indeseable?
¿Dónde estudiarán nuestras niñas? ¿Dónde podrán cobrar conciencia de las diversas y sinuosas formas en que el sistema patriarcal nos arrincona? ¿Dónde podrán leer todo lo que se les antoje?
¿Dónde estudiarán nuestra niñas? ¿Dónde les dirán que deben ser respetadas de todas las formas? ¿Dónde les celebrarán su libertad y les dirán, con toda certeza, que pueden caminar solas a cualquier hora del día y de la noche?
¿Dónde? ¿Dónde estudiarán nuestras niñas?
Vamos a imaginar otra escuela: liberadora, utópica, justa. Vamos a imaginar y a exigir que nuestra escuela pública sea esa escuela. Vamos a imaginar una escuela en la que la perspectiva de género no sea una urgencia por remediar, sino una práctica cotidiana, madura y a toda prueba. Vamos a imaginar otra escuela para nuestras niñas.