Argylle
Publicado: 2 de febrero de 2024
Matthew Vaughn, el director y creador de la estupenda serie Kingsman, vuelva a la pantalla con esta película de espías escrita por Jason Fuchs. Su elenco es de muchos quilates. Fui a verla pensando que se iba a comprobar que el actor Henry Cavill es, sin lugar a duda, el próximo 007. Recuerden, Bond está muerto, y, a menos que no haya dejado por ahí un vástago con su nombre, no puede haber Bond. Pero, me desvío. La idea del filme es muy buena: una autora se ha dedicado a escribir novelas de espías en la que Aubrey Argylle (Cavill) es una especie de Bond-cum-Wick-cum-Kingsman. Pero, imagínense su sorpresa cuando la novela que está escribiendo refleja acontecimientos del mundo real de espionaje. Este, presumimos, es industrial, ya que hoy día los rusos ni fu ni fa, y puede ser políticamente muy incorrecto hacerlos iraníes o “árabes”.
Presionada por sus seguidores y su madre, Ruth Conway (Catherine O’Hara), que tal parece que influye en sus escritos, Elly Conway (Bryce Dallas Howard) se da cuenta que algo le falta a la nueva novela y que, contrario a lo que había pensado, el final no satisface. Mientras tanto, en el cuarto libro, Argylle y su compinche Wyatt (John Cena) están batallando unos espías en Grecia. Allí ocurren cosas que solo le vemos hacer a villanos (en este caso una villana) y a gente como Bond. De todos modos, afectada por el “bloqueo de escritor”, Elly se marcha por tren con su gato Alfie en una mochila especial (el gato es espectacular). Esto a pesar de que le ha dicho a su madre que la va a ir a ver para que la aconseje sobre el último capítulo.
En el tren conoce un personaje barbudo llamado Aidan (Sam Rockwell) quien resulta ser alguien que la protege. La escena se convierte en un repaso de las locuras de tiroteos y cuchillazos de Bullet Train (2022) en las que a veces vemos a Aidan y en otras a Argylle como el defensor (es lo que ella ve). Cavill es más fornido que Brad Pitt y ¡ciertamente que Rockwell! Pero la alternancia de los dos actores —Cavill y Rockwell—enfatiza la parodia y ocurren cosas que nos hacen reír por lo inverosímiles.
Una vez que termina la melé, Aidan le explica que una tortuosa organización, conocida como “la División”, la ha atacado porque las novelas aparentemente predicen el futuro. Aidan viaja con Elly a Londres con la esperanza de que su próximo capítulo revele cómo detener a “la División”. Desde allí ella llama a su madre, que se ha quedado esperándola, para que venga a Londres a ayudarla.
En Londres, el dúo Elly-Aidan, busca una «llave maestra» que ayudaría a exponer “la División” a la que Elly también había hecho referencia en sus novelas. Ante la sospecha de que Aidan también quiere matarla, Elly pide ayuda a sus padres. Una vez ellos están allí, la cinta va revelando más secretos y la trama se enmaraña (aunque es perfectamente entendible y no cuesta mucho seguirla), pero si se alarga la película con peleas que ya hemos visto en esta y otras películas recientes.
Eventualmente, el dúo escapa a Francia donde Aidan le presenta a Elly a Alfred Solomon (Samuel L. Jackson) ex subdirector de la CIA, y entre los dos le revelan a Elly secretos profundos. Una vez que Elly y Aidan quedan prisioneros de “la División”, el director tiene dos escenas que convierten la cinta en una especie de musical coreografiado por un dadaísta o por Dalí y Remedios Vario ¡bajos los efectos de LSD! Me parecieron no solo impresionantes sino, desde el punto de vista estético, estupendos. Uno tiene rasgos del balé de John Alton para el final de An American in Paris, de Vicente Minnelli. El otro, de una parodia “aceitada” de los patinajes de Sonja Heine en los filmes de los años 40 a los 60.
La película pudo haber sido mucho mejor si su hubiera acortado por 15-20 minutos. Tal vez, más aun, si se hubiera hecho simplemente como una película de acción de espías. Muchos de los que compartieron las sala conmigo, no se dieron cuenta de los chistes que solo funcionan en inglés y, pienso que algunos no pudieron comprender los muchos giros de la trama y las parodias del género de espías. Veremos que nos prepara Vaughn para la próxima.
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