En un mundo donde la academia y su otro ceremonial confrontan, Dorothy Bell Ferrer expone las violencias que enfrenta como mujer negra. Rechaza ser reducida a su negritud en un ambiente industrial como la academia, donde deberes impuestos chocan con su identidad. Critica la expectativa de comportamiento y apariencia ligada a su raza, resistiéndose a ser una «negra académica». A través de experiencias personales, cuestiona la imposición de etiquetas y roles, revelando la complejidad de su identidad. Ferrer desafía la dicotomía entre ser negra y académica, abogando por una existencia que trascienda las limitaciones impuestas por ambos adjetivos.