NOPE: ¿conoces el universo?

La primera escena es desconcertante y amenazante. En un programa televisivo de 1998 que tiene un chimpancé como su estrella, el animal se ha vuelto medio loco y está atacando a los otros actores. Uno de ellos es un niño actor llamado Ricky «Jupe» Park (Steven Yeun). Pero, cuando estamos en el presente, en el “ahora”, el tema son los caballos. Otis Haywood Sr. (Keith David), el dueño de Haywood’s Hollywood Horses Ranch, que entrena caballos para las películas y la TV, y su hijo as Otis Jr. «OJ» Haywood (Daniel Kaluuya) oyen un ruido en el cielo. De pronto, empiezan a caer cosas de las nubes. Una de ellas, una moneda, le perfora un ojo a Otis, Sr y se incrusta en su cerebro. Otra, sobre la cual concentra la cámara, es una llave que se clava en la grupa del caballo que monta Otis, Sr. ¿Abrirá puertas esa llave?
Con la muerte del patriarca, OJ (es una especie de chiste interno relacionado a OJ Simpson, pero hay que verlo todo para descubrir su significado) y su hermana Emerald «Em» (Keke Palmer) heredan el rancho. El tiempo pasa y descubrimos que el rancho está teniendo problemas económicos y que aquel muchachito del chimpancé, Jupe, que ahora es un entretenedor, ha creado un campo de diversiones con temas del oeste llamad Jupiter’s Claim cerca de los Haywood. No solo les ha comparado caballos, sino tierras. Entretanto hemos visto un objeto que entra y sale de la nube estática y que se esconde entre otras. Vamos descubriendo que parece ser un platillo volador.
El guión, escrito por el director, Jordan Peele, es uno que recibe un gran impulso dramático por la cinematografía de Hoyte van Hoytema [quien estuvo a cargo de la de Interstellar (2014), Spectre (2015) Dunkirk (2017)]. Hay momentos típicos de las cintas de horror (como los que hacían saltar a las dos jóvenes cerca de mí), pero la tensión se consigue evitando la obviedad. Según van apareciendo otros participantes de la trama — Ángel Torres (Brandon Perea) un vendedor de efectos electrónicos y Antlers Holst (Michael Wincott), un afamado cinematógrafo— Peele nos da uno de los secretos del filme: lo que está filmado es prueba. Al principio de la película hay una “prueba” de que los caballos “vuelan”. Lo consiguen mostrando un corto video de la famosa secuela filmada por Eadweard Muybridge The Horse in Motion. Además, lo que es importante para los últimos minutos de la cinta, según Otis, Sr., la familia desciende del jockey en la composición de Muybridge, que es parte inextricable de cómo el cine nació.
Hubo momentos en la última parte del filme que me decepcionaron por su falta de claridad, pero, después de todo, estamos frente a una fantasía y no todo tiene que caer en su lugar, a menos que no arruine el conjunto y la coherencia narrativa. Lo importante es que, en vez de solo concentrar en los efectos especiales, Peele concentra en las actuaciones de su excelente elenco. Daniel Kaluuya, quien a los 33 años ya tiene un Oscar, un Golden Globe, y
ha sido nominado para el premio Lawrence Olivier, tiene la capacidad que solo los grandes actores poseen de trasmitir sus pensamientos sin tener que enunciar palabra. Los jóvenes Steven Yeun y, en particular, Brandon Perea son estupendos en sus respectivos papeles. Se roba el “show” Keke Palmer, como Em. Graciosa, imperiosa y valiente, lo que sea que está escondido allá arriba, no sabe con quién se está metiendo.
El título NOPE se supone que quiere decir “Not of Planet Earth”, pero sugiero que hay otra alternativa; tal vez debiera decir una posibilidad adicional. NOPE es un anagrama de OPEN. En dos ocasiones, ya mencioné una, una llave cae del cielo y se clava en algo terrestre. Sí, a pesar de lo mucho que sabemos, no hemos comenzado a abrir las puertas infinitas del universo.