Cine: Dream Scenario
Una noche, Paul va con su esposa Janet (Julianne Nicholson) a una obra de teatro y se encuentra con Claire (Marnie McPhail), su exnovia periodista; ella le dice que él estaba apareciendo en sus sueños. Claire pide escribir sobre estos sucesos y Paul acepta. Ella vincula su foto y su perfil de Facebook en el artículo, lo que lleva a cientos de personas que nunca habían conocido a Paul a reconocerlo como la figura de sus sueños. Si bien Paul se deleita con la atención y la cobertura mediática que esto genera, se siente frustrado por su descripción en los sueños como pasiva y poco interesante. Janet le pregunta a Paul por qué no aparece en sus sueños y le dice que le gustaría soñar con él la rescata de algún infortunio.
Después de que un enfermo mental ve a Paul en sus sueños, irrumpe en su casa e intenta matarlo. La policía le sugiere hacer varias cosas para protegerse. A través de su decano, Paul consigue una empresa de relaciones públicas que, supuestamente, quieren publicar su libro sobre el comportamiento de las hormigas. Más tarde, Paul se enfurece al descubrir que una colega publicó un artículo sobre el tema que quería tratar en su libro.
La presencia de Paul en los sueños de repente se vuelve activamente violenta y odiosa. Los estudiantes que antes se hacían fotos con él ahora no quieren asistir a sus clases. El público lo rechaza y Paul tiene peleas públicas por ello. La carrera de Janet comienza a verse afectada por la súbita mala reputación de Paul, y ella le pide que considere ofrecer una disculpa pública; él se niega, pero cuando lo hace ella le dice que sonó hipócrita y poco convincente, y lo echa de la casa. Las cosas van de mal a peor.
Si vemos el filme como una alegoría de las cosas que le han pasado a muchos con la fama, es fácil distinguir el intento redentor del filme. Sabemos que Paul es inocente. No es él haciendo estas cosas. Es un ser ficticio que se parece a él y ha irrumpido en los sueños de fanáticos de Facebook, TikTok, Twitter, etc., a través del globo. Su gran fama se ha venido abajo y ya no es importante en la vida de otros que quieren compartirla aunque sea en sueños. ¿Es un paralelismo a lo que le ha pasado a Woody Allen con la venganza de su exmujer? ¿O las acusaciones falsas de acoso sexual a Kevin Spacey? ¿O es esta una versión “digital” y modernizada del olvido que sufrió Norma Desmond (Sunset Boulevard) de parte de sus admiradores? ¿No mató Mark Chapman a John Lennon Chapman porque estaba indignado por su estilo de vida y las declaraciones de Lennon de que la banda era «más popular que Jesús»? Pero, simplemente, lo que vemos metafóricamente es lo que pasa con la fama: Un día desaparece o te mata para siempre.
La película deja de ser comedia cuando se vuelve oscura, pero no deja de ser interesante como un comentario mordaz de las tendencias modernas a aceptar todo lo que se dice o se sugiere como algo verídico y valioso. En la cinta alguien se inventa la tecnología para hacer “viajes oníricos” a la luz del descubrimiento de un subconsciente onírico. ¿Y para qué es muy efectivo ese conocimiento? Para mercadear y vender el producto. Parece ser la única meta de la vida hoy día.
La atinada actuación de Nicholas Cage es perfecta para el personaje que está representando. Modesto y a la vez presumido, tranquilo, pero a veces gárrulo, sus actos súbitos de violencia están limitados a romper revistas o a gritar cunado está solo. Es su imagen en los sueños de otros la que asesina. El resto del elenco, en particular Julianne Nicholson, como la esposa de Paul, es excelente. Hay que destacar la cinematografía de Benjamin Loeb y la edición fílmica de Kristoffer Borgli que le brindan al filme es efecto onírico del cual depende.