Médicos maleantes y maricas: Leyendo a Jorge Salessi desde el otro lado*
Así que lo que le contaba su amigo le parecía totalmente descabellado y trató de consolarlo diciéndole que no se preocupara, que esa noche iban a la barra y de seguro la homofobia estaría intacta allí (89-90).
—Luis Negrón, “Mundo Cruel.”
El pasaje de este epígrafe pertenece al relato de Luis Negrón titulado “Mundo Cruel”. Este cuento narra un día trágico en la vida de un grupo de hombres gay puertorriqueños que necesitan encontrar una forma de seguir existiendo porque de repente la homofobia ha dejado de existir. Lo más chocante de esta historia en particular es que para el protagonista la consecución de un mundo utópico igualitario desencadena una crisis personal que culmina en la muerte de la imaginación.

Nueva edición revisada del libro de Jorge Salessi, publicada por Planeta en 2023
Parto de esta escena para pensar en el lugar desde donde se escribe un libro como Médicos maleantes y maricas de Jorge Salessi. Contrario a lo que hubiésemos esperado los eternos optimistas, el día sin homofobia nunca llegó. Médicos maleantes… se escribe desde desde un lugar muy diferente. En vez de la escena de horror que imagina Luis Negrón en “Mundo cruel”, Salessi habita el mundo invocado por Augusto Monterroso: “Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí.” Salessi escribe desde el espacio de una pesadilla y no de un sueño, y su libro cuenta la historia de la perversidad de la abyección y el terror humano ante lo otro, concebido como fundamento de muchas de las prácticas contemporáneas de la “necropolítica queer” (Mbembe, Puar). El punto de partida de Salessi no es el de la inexistencia, sino el de la invisibilidad del otro o la condición de desaparecidos, que en Argentina tiene una historia y resonancias muy específicas. Se trata de la existencia estatal y legalmente borrada, censurada, aniquilada. Ese borramiento del sujeto queer en Argentina coincide con la historia muy personal de Salessi y de su propia condición de desaparecido en el contexto familiar, nacional, como emigrante a los Estados Unidos, y como refugiado un tanto aleatorio y accidentado en el mundo académico de los estudios literarios latinoamericanos en el contexto del Ivy League.
Originalmente publicado en 1995, este texto es una de las investigaciones fundacionales de los estudios de género y sexualidad en el contexto de latinoamérica,. Digo que se trata de un texto fundacional, porque en el mismo se explora una pregunta para la que no existía aún disciplina, campo, departmento o heurística. Médicos maleantes es un libro que se pregunta por un sujeto —la marica argentina— en un momento en que no existen archivos, categorías, libros en los que se haya abordado ese tema como el objeto de estudio que hoy reconocemos como el sujeto gay, queer, homosexual, raro, etc. El punto de partida de Salessi es similar al que inspira otros textos fundacionales como “Thinking Sex” de Gayle Rubin, o “The Empire Strikes Back: a Posttransexual Manifesto” de Sandy Stone, intervenciones críticas a partir de las cuales se armó todo el campo de los estudios queer, trans y los nuevos estudios de género que cuentan hoy con departamentos y programas, revistas, antologías, book series y hasta comics. Me refiero entonces a textos que cambian paradigmas disciplinarios, siguiendo el pensamiento de Thomas Kuhn en su libro The Structure of Scientific Revolutions, para “ver cosas nuevas y diferentes cuando mira[mos] con instrumentos conocidos en lugares donde ya habían mirado antes” (35-36).
Salessi se pregunta por el sujeto gay argentino, partiendo de una serie de preguntas formuladas por Michel Foucault, George Chauncey y Eve Kosofsky Sedwick. Sin embargo, tras la evidente realidad de que existen sujetos homosexuales en latinoamérica y Argentina, el tema al que se enfrenta Salessi es la inexistencia de un corpus definido para llevar a cabo el estudio que le interesa. Por lo tanto este libro es un testimonio de cómo trazar la trayectoria para crear un corpus y un modo de leer para hacer re-aparecer al sujeto queer argentino en los textos médicos y legales que se producen en el proceso de patologizar y criminalizar a la comunidad gay justo en el los años que le siguen a la constitución del estado nacional argentino en 1880.
En mi comentario de hoy quiero enfocarme en el lugar que ocupa este libro en meditaciones muy necesarias que estamos llevando a cabo sobre los métodos de investigación en las humanidades y en el latinoamericanismo.
1.Cómo inventar un archivo
Ante la inexistencia de un archivo ya organizado alrededor de la temática de la sexualidad, Salessi emprendió una búsqueda en toda una serie de documentos que capturan a sujetos queer por distintas razones. En su pesquisas, Salessi combina lo que Shalini uri denomina como el trabajo de campo en las humanidades con lo que Jack Halberstam denominó como scavenger methodology [metodología de carroñero]: “que combina métodos que usualmente se conciben como disparejos y rechaza la compulsión académica hacia la coherencia disciplinaria” (13). Médicos maleantes… echa mano de metodologías diversas provenientes de los estudios culturales, la historia, y estudios de sexualidad género y raza para recuperar subjetividades queer en un archivo estatal y médico que captura para exterminar. Hoy llamamos un texto como este interdisciplinario e interseccional, pero cabe aclarar que estas dos metodologías que hoy tienen un nombre específico en nuestro campo aparecen en el texto de Salessi sin el reclamo de ser una invención del autor.
El libro comienza con una revisión de la historia de la constitución de la nación a partir del discurso de los higienistas y la documentación de la construcción de los sistemas para manejar las aguas sucias de la ciudad. El punto de partida son los años posteriores a la constitución del estado nación en 1880, en particular los años 1890s a 1910, momento en que se aprueban las siguientes leyes: “la ley de servicio militar obligatorio (1901), la Ley de Residencia (1902), la Ley Láinez sobre creación de escuelas nacionales en las provincias (1905), ‘la violenta campaña de educación xenofóbica en 1908’ y la Ley de Seguridad Social (1910)” (Aguirre). Partiendo del binomio fundacional del Facundo de Sarmiento (1845) —civilización y barbarie— el texto concibe la ciudad o el país como un cuerpo y el eje es explorar los muchos “culos” (entendido culo aquí como el abyecto negado, así como las zonas de desorden) de la ciudad moderna en formación a partir del planeado urbano. La primera sección nos interna en las cloacas de la ciudad, donde seguimos la circulación de las aguas sucias y los esfuerzos por ordenar los desechos para evitar multiples epidemias y contaminaciones presentadas como extensión de los indeseables, categoría que incluye a inmigrantes, sujetos negros, pobres, criminales y perversos sexuales. Esta sección dedicada a los médicos adopta una perspectiva panorámica por momentos desasosegante, mientras la mirada crítica de Salessi documenta con citas de múltiples documentos de higienistas y planificadores urbanos y sociales el proceso mediante el cual el desborde de aguas sucias lleva a epidemias e inestabilidad social generalizada, movilizaciones y huelgas obreras. Higienistas, médicos y políticos convergen todos en una obsesión por controlar y sanear los cuerpos ciudadanos a expensas de cuerpos no deseados que Salessi describe como “la materia fecal, la mierda del cuerpo-nación que había que segregar y, si fuera necesario, expulsarla, cagarla” (114)
Más adelante Salessi expone un detallado recuento documentado del desarrollo urbano de la ciudad desde sus cloacas, su puerto abierto a inmigrantes y sus trenes que permiten la movilidad interna de gentes, así como las instituciones educativas de hombres o mujeres en donde surgen los “jugueteos” y “toqueteos” de una homosexualidad adquirida y no congénita que no es productiva para la nación. Pero también hay en este texto un cuidadoso ejercicio de análisis discursivo de las fuentes identificadas. Por ejemplo, en la página 119 de esta nueva edición llegamos al primer ejercicio de explicación de texto literario de corte supuestamente más tradicional, en la lectura magistral de “El matadero” de Esteban Echeverría, lectura en la que Salessi logra dotar de sentido la primera sección del cuento en el que se describe “el ambiente insalubre, propicio a la infección epidémica” (131) que Noé Jitrik no logró conectar en su interpetación con el resto del contenido del cuento. En esta lectura el texto de Echeverría se convierte en una representación literaria sobre el proceso mediante el cual el estado se articula por medio de la exclusión de sus indeseables y manifiesta una ansiedad creciente ante los espacios sociales en donde predomina una poblacion masculina moderna, afeminada y extranjera que trae consigo el peligro del loquerío.
2.Cómo analizar discursivamente un archivo
Este es otro de los aportes del libro de Salessi, llevar la explicación de texto a diferentes géneros más allá de lo literario, pero al mismo tiempo exigirle a la explicación de texto literario más contexto histórico, social y político. En el recorrido que se propone en el libro se analizan textos de higienistas, médicos, y criminólogos (Francisco de Veyga, José Ingenieros, Victor Mercante, Belisario Montero, José Maria Ramos Mejía, entre otros) que escriben a fines del siglo 19 y principios del siglo 20 obsedidos por la sexualidad y el género como índices de orden o perversión social. Salessi cita textos primarios copiosamente, para hacerlos accesibles a sus lectores, puesto que muchos de estos tratados se publicaron en el siglo 19 y no han circulado. Pero la cita del documento médico o legal va siempre seguida de un cuidadoso desmonte de las estrategias discursivas sobre las que se arman los argumentos de estos textos. Por ejemplo, la ecuación entre homosexualidad y enfermedad, crimen o perversión; el lugar fundacional que tienen el género sexual y la sexualidad en la vigilancia de ciudadanos en un proyecto nacional; o la equivalencias de otredades sexuales, raciales y de clase con la enfermedad y el crimen que atenta contra el orden de la nueva sociedad moderna Argentina con ínfulas de superioridad europeizante.
Cuando lee textos narrativos, teatrales, partes de periódico e imágenes, Salessi entonces le exige al close reading un compromiso con el contexto histórico. Hay en este libro una clara incomodidad con el análisis discursivo formalista que ocurre en un vacío. Hay vacilación también con las teorías de moda, usualmente provenientes del norte global, que se aplican a casos de todas partes del mundo sin ocuparse de adaptar sus premisas a contextos específicos, o sin reconocer los debates regionales sobre esos mismos temas. Al incluir una amplia gama de textos primarios que se discuten en un contrapunto entre el contexto histórico de la formación nacional argentina y los discursos y prácticas del norte global, Salessi propone estos textos primarios como fuente teórica sobre la sexualidad que se basa en la experiencia argentina.
3.Cómo transformar el lenguaje académico:
Otro aporte significtativo del texto de Salessi es su apuesta por minar y transformar el lenguaje académico, que en ocasiones se presenta como paralelo al de los higienistas, y médicos maleantes. El lenguaje académico de la década de los 1990 fue camisa de fuerza para Salessi de varias maneras. Por un lado, por el predominio de términos, historias y teorías basados en la historia y contexto de Europa y Estados Unidos. Segundo, por el espacio incipiente que tenía el estudio de la sexualidad en la academia estadounidense y latinoamericana. Recordemos que Salessi escribe un libro sobre la homosexualidad en Argentina en un momento en que apenas están empezando a institucionalizarse los estudios de sexualidad (primero Gay and Lesbian, luego LGBT, y finalmente Queer studies) en la academia estadounidense. Entonces el tema en sí del libro toca territorio poco explorado y casi virgen en el el caso de los estudios latinoamericanos. El diálogo con la teoría e historias europea y estadounidense es casi obligada, pero el trabajo de Salessi no se detiene ahí.
El libro apuesta por la inclusión de tres dimensiones nuevas del lenguaje. La primera es la incorporacion del las expresiones comunes en Argentina para referirse a la experiencia sexuales (con términos tales como yiro, concha, firulos peringundines, meresunda, manflora, manfrodita). Hay momentos en que el texto incluye también expresiones que vienen del lunfardo (pertuso), término que también tiene un origen criminalizado y queer que ha sido higienizado en el proceso de nacionalización (405). Y por supuesto el texto rescata muchas frases creadas o al menos popularizadas por los higienistas y médicos que estaban documentando los casos de “invertidos” y “pederastas” como Rosita, Aurora, Manón y la Bella Otero. Algunas de esas frases son: la succión clitorídea, el meretricio homosexual, el uso del latín para referise al sexo anal y oral: “inmissio membri in anum”, “inmissio penis in os alterius (Salessi 335)
La segunda dimensión del lenguaje que propone Salessi es el juego de palabras y el uso del doble sentido para comunicarse con diferentes tipos de lectores. Ese jugueteo lingüístico empieza desde el título: Médicos maleantes, que muchos leen como dos categorías separadas y agregan una pausa que no está en el título original, pero que se puede y debe leer también como una categoría —la del médico maleante, que funciona como una mafia que desde el poder intenta denominar, clasificar, patologizar, y curar o descartar los cuerpos de los sujetos perversos, cuyas historias se recogen en una multiplicidad de documentos en donde el caso clínico a veces se convierte en una suerte de autobiografía o testimonio avant la lettre desde la cual nos habla una figura como La Bella Otero Pero el libro también está lleno de estos double entendres, tan centrales para la supervivencia de comunidades marginales que se comunican por los lados oblicuos del lenguaje público. Algunos ejemplos: el subtítulo de “Los putos oficiales”, para referirse a la comunidad homosexual dentro del mundo militar, al mismo tiempo que se presenta como crítica y distancia ante el discurso opresivo y viril del mundo militar argentino. Otro ejemplo muy conmovedor se utiliza al final del libro, cuando Salessi empieza a documentar los muchos modos en que el mundo homosexual argentino fue borrado o “desaparecido” de la historia oficial en el proceso de higienización y nacionalización: “Quisieron desaparecernos aunque no tuvieran aviones para tirarnos medio muertos al Río de la Plata” (463).
La tercera dimensión del lenguaje en este libro de Salessi es exclusiva de esta nueva edición. Me refiero a los múltiples comentarios al margen en los que Salessi nos habla con un tono coloquial y desde el presente y comenta su análisis de textos primarios, el establecimiento de paralelismos entre estructuras de control y represión del siglo diecinueve, la dictadura o regímenes políticos recientes. Esta voz del presente funciona por lo menos de dos maneras: como una doble conciencia de los modos en que el Salessi de hoy revisita algunas de sus fuentes primarias o interpretaciones originales y las revisa a partir de estudios más recientes que esclarecen aspectos que pasaron desapercibidos en un primer examen de su archivo (invitando a otros a seguir trabajando con estos textos), o como un recordatorio y advertencia de que estas estructuras de represión y control del pasado siguen vivitas y coleando en la sociedad argentina contemporánea (como una suerte de legado histórico que hay que seguir combatiendo).
4.Desde el otro lado: de una afectividad por accidente no tan aleatoria
Me gustaría cerrar esta meditación comentando ahora el texto de la introducción, texto completamente nuevo en esta edición y en donde Salessi comparte detalles de su trayectoria académica y personal. Esta introducción, que revisita el proceso de escritura del libro a los 25 años de su redacción, es muy importante porque restablece el vínculo entre el Salessi sujeto que intenta sobrevivir, como marica y como intelectual en los contextos de Argentina de los 1970s y la academia estadounidense de los 1980-1990s.
A nivel personal, Salessi se siente, como invoca el título de la autobiografia de Edward Said, Out of place: “Siempre fui borderline, entre clases sociales, sexuales, académicas, tano bien, marica jugando de hetero, erudito improvisado, y ahora argentino-norteamericano también” (27). El aislamiento emocional e intelectual, su traumática relación con una sociedad y familia que intentaron sacarle la loquería con electroshocks, y las múltiples escapadas de un espacio a otro marcan su perfil personal e intelectual como lo que en inglés se describe como un thinking and/or learning otherwise.
La entrada al mundo académico, tras haber sido un high school dropout, es un escape que implica otra serie de trampas. Las críticas al mundo académico son muchas: la imposición de un canon literario y teórico que es ajeno para casi la mayoría de los que no viven en la universidad, el mundo del publish or perish de la academia estadounidense, el mariposeo en las conferencias académicas, la presión para publicar en inglés en revistas del primer mundo, y la terrible experiencia aislante de las intituciones Ivy League. Pero hay también momentos conmovedores de mentores que le dan cancha a su trabajo (como fue el caso del colega Nicholas Shumway) o que lo protegen del espacio aniquilador de la Universidad gringa (como es el caso de Nancy Farris).
Tras leer esta introducción y leer el libro de tapa a tapa, y no en secciones como lo hice antes, pude entender cómo y porqué logramos hacernos tan cercanos Salessi y yo durante nuestro tiempo como colegas en Penn. En principio, teníamos poco en común. Yo, hija de profesores universitarios, formada dentro del sistema de educación pública, completamente integrada al mundo académico en mi país, parecía tener muy poco en común con este intelectual salvaje que llevaba años atrapado en el Ivy League. Nuestra amistad fue también un accidente diseñado cuidadosamente por estructuras de poder institucionales que esperaron que nunca nos lleváramos.
Pero teníamos cosas en común. Ambos teníamos una formación en un latinoamericanismo descolonizador que no estuvo de moda en el Ivy League hasta mucho más tarde. Ambos nos sentíamos fuera de lugar en el circuito de la alta teoría formalista que entraba y pasaba de moda pero que no parecía tener un contacto con los problemas reales del sur global. Ambos estábamos en un borderline, yo como intelectual proveniente de una colonia estadounidense visible e invisible en el contexto de los estudios latinoamericanos y hasta de la política internacional, recién desechada de la universidad pública por el rechazo de algunos de mis colegas (y compatriotas) en Rutgers. Él, como profesor con tenure en Penn que no quería seguir jugando el juego del publish or perish pavoneando las teorías de moda, y yo como estudiante interesada en el latinoamericanismo vernáculo de Antonio Cornejo Polar.
El diseño institucional falló porque nos encontramos en el amor a la enseñanza de la literatura, en el profundo respeto a nuestros archivos, y en el interés genuino de escribir para nuestros estudiantes y compatriotas y no para los colegas de moda. Y hasta en el gusto por la simple pachanga. La presentación de hoy es una linda oportunidad para reconocer muchas deudas y para celebrar un texto que permitió y permitirá muchas supervivencias. Y la introducción a su libro fue un cable salvador para ambos en medio de la pandemia. Felicidades Jorge, y gracias por re-escribir un libro que tiene muchas lecciones que enseñarnos. Que la presentación de hoy nos sirva apenas de embocadura.
*Leí este texto el 22 de agosto de 2023 en la presentación del libro llevada a cabo como evento virtual por el Centro de Investigaciones y Estudios en Teoría Poscolonial de Rosario, Argentina. Agradezco a la Dra. Laura Catelli por la invitación y la organización del evento, y al Dr. Mario Rufer, quien compartió un hermoso texto como parte de este evento.
Referencias:
Aguirre, Osvaldo. “Pánico homosexual y naccional” Clarín-Revista Ñ. 24 de mayo de 2023. https://www.clarin.com/revista-n/ideas/panico-homosexual-nacional_0_7kDVgX3yiY.html
Chauncey, George. “From Sexual Inversion to Homosexuality: Medicine and the Changing Conceptualization of Female Deviance.” Salmagundi. 58-59 (otoño 1982-inviernoo 1983): 134-167.
Echeverría, Esteban. “El matadero.” Obras completas. Buenos Aires: Carlos Casavalle, 1870.
Foucault, Michel. Historia de la sexualidad, vol. I: La voluntad de saber. Ciudad de México: Siglo XXI, 1977.
Halberstam, . Female Masculinity. Durham: Duke UP, 1998.
Jitrik, Noé. “Echeverría y la realidad nacional.” Capítulo. La historia de la literatura argentina. No. 9. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1967.
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Mbembe, Achille (2003). «Necropolitics». Public Culture 15 (1): 11-40.
Puar, Jasbir K. (2007). Terrorist assemblages : homonationalism in queer times. Durham: Duke University Press.
Puri, Shalini. “Finding the Field: Notes on Caribbean Cultural Criticism, Area Studies, and the Forms of Engagement.” Small Axe 41 (July 2013): 58-73.
Rubin, Gayle. “Thinking Sex: Notes for a Radical Theory of the Politics of Sexuality.” Deviations: a Gayle Rubin Reader. Durham, NC: Duke University Press, 2011. 137-181.
Said, Edward. Out of Place: A Memoir. Nueva York: Knopf, 1999.
Salessi, Jorge. Médicos maleantes y maricas. Argentina: Beatriz Vitervo Editora, 1995.
Salessi, Jorge. Médicos maleantes y maricas. Argentina: Planeta, 2023.
Sedwick, Eve Kosofsky. Between Men. English Literature and Male Homosocial Desire. Nueva York: Columbia University Press, 1985.
Stone, Sandy.»The Empire Strikes Back: A Posttranssexual Manifesto.” Body Guards: The Cultural Politics of Sexual Ambiguity. New York: Routledge 1991.