Foucault en Nuestra América: Huellas, Reapropiaciones y el Arte de Sentipensar el Poder
Introducción y conclusiones de la segunda parte del libro Michel Foucault Intercultural
En homenaje a uno de los filósofos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del XXI, a cuarenta años de su partida, Michel Foucault Intercultural,[1] publicado a comienzos de noviembre de este año en Buenos Aires, Argentina, esboza un análisis –como indica el título– intercultural, sobre la recepción de la sentisapiencia nietzscheana en Francia a partir de la filosofía foucaultiana. La problematización de la recepción del sentir y el pensar de este filósofo en Alemania, los EE. UU. y en Nuestra América (en México, Argentina, Brasil, Colombia, Puerto Rico, Cuba, Bolivia, Chile y Venezuela), es decir, meditaciones en torno a las huellas que allí dejó su caminar, conforman la segunda parte del libro.
Sentipensar a Michel Foucault interculturalmente. ¿A qué nos invita esta estimulante propuesta? ¿Es que acaso osamos proponer una posible utilización de Foucault fructífera para la perspectiva intercultural? ¿Nos convoca, quizás, a leer en su quehacer teórico aristas de un meditar intercultural o, más bien, a reapropiarnos de la “caja de herramientas” que nos dejó, usándola de otra manera al lanzarnos a construir en nuestras tierras pluriversos en los que quepamos todas y todos? ¿No será que realizando el itinerario teórico-práctico que implican estas preguntas arriesgamos no lograr sortear las trampas dispuestas por el etnocentrismo europeo, sucumbiendo a la colonialidad, cuyo poder condiciona nuestras formas de sentir y pensar?
Estas preguntas, todas pertinentes, así como otros cuestionamientos a ellas relacionados, guiarán nuestros pasos. Seguiremos las huellas, los rastros dejados en senderos concretos por él transitados. Procuraremos dar a entender la hospitalidad con la que fue acogido por unos y el rechazo que experimentó por parte de otros. Emprendamos la marcha.
El periplo intelectual por medio del que discurren el sentir y el pensar de Michel Foucault puede ser abordado, no sin dificultades, sentipensando la sucesión de libros que escribió en un lapso de treinta años, entre 1954 y 1984. No obstante, esa huella filosófica está sutilmente complementada por una segunda secuencia de trazados textuales más breves. Estos consisten en transcripciones de conversaciones, conferencias, charlas o ensayos cortos en los que, no en pocas ocasiones, se reformulan investigaciones previamente realizadas a la luz de problemas actuales, o bien locales.
Con frecuencia estos textos se inscriben en debates políticos actuales, posicionándose en ese campo de relaciones de fuerza. De tal manera, sirven como puentes que nos ayudan a comprender transiciones entre los contenidos de las investigaciones publicadas en sus libros y temas de actualidad. Asimismo, en ellos se pueden apreciar respuestas implícitas y explícitas a diversos críticos. A partir de estas tomas de posición, puede precisarse la ubicación de su pensamiento con respecto al campo histórico en el que se inscribe la filosofía contemporánea europea.
Por otro lado, buena parte de estos escritos contienen indicaciones que pueden servir para enlazar diferentes capas, dimensiones o ejes interconectables presentes en el sentipensar foucaultiano, para, utilizando las palabras de Gilles Deleuze, forjar un “plano de inmanencia” en el que reluzcan las diversas líneas interculturales que cruzan su filosofar (Deleuze y Guattari, 1997). Ahora bien, conviene advertir del peligro de interpretar estos textos de Foucault como si se tratara de la teoría general o, incluso, de la presentación sistemática de su sentisapiencia.
El carácter sumario de los llamados escritos “menores” aludidos, su aparente claridad y sencillez, su brevedad expositiva no dejan de ser problemáticos. Estas características pueden tentarnos a subestimar o, por el contrario, a sobrevalorar su importancia en el pensamiento de Foucault. Alexander Schubert, en su libro Die Decodierung des Menschen: Dialektik und Antihumanismus im neueren französischen Strukturalismus (La decodificación del hombre: dialéctica y antihumanismo en el estructuralismo francés contemporáneo), hace referencia a este problema. El mismo no solo atañe a la recepción en Alemania de las teorías desarrolladas por Foucault, sino también a las del quehacer filosófico practicado por Gilles Deleuze, Félix Guattari y otros franceses contemporáneos. Según Schubert, basta con revisar esas recepciones someramente para constatar que:
… estos autores se hicieron populares muy tarde, no por medio de sus “obras principales”, sino a través de colecciones de breves ensayos […], que se caracterizan menos por la coherencia de su contenido que por sus concisos eslóganes y aforismos políticos, que se presentan al lector como “pequeña caja de herramientas” fácilmente consumible (Schubert, 1981: 11, trad. propia).
Nuestro analista sostiene entonces que la recepción alemana de los libros de Foucault que, según su lógica, constituyen su obra principal, fue profundamente influenciada por estos escritos menores. Según su posición, es crucial tener en cuenta esta influencia de la recepción de lo que considera su obra principal a través de los contenidos de los escritos menores, para entender el debate académico y la interpretación de la obra de Foucault en Alemania. Y añade que la academia alemana puede alegar haberse ocupado con Foucault “con anterioridad al surgimiento de la nueva moda francesa”. Sin embargo, entiende que esto se hizo a un “bajo nivel”, similar al alcanzado con relación al análisis de los llamados textos menores antes mencionados (Schubert, 1981: 11). Schubert termina su comentario con la siguiente observación:
Apenas existe otro tema teórico en Alemania, en torno al cual se haya argumentado de forma tan descalificada, como el caso del “estructuralismo”; ya sea por parte de sus detractores como de sus apologistas y epígonos (Schubert, 1981: 11).[2]
Por muy correctas que sean las observaciones de Schubert sobre la problemática historia de la recepción de Foucault en Alemania, su subestimación general de los escritos por él llamados menores puede conducir a malentendidos. En primer lugar, los devalúa, al describirlos como “inconsistentes” en su contenido, “aforísticos”, “cargados de concisos eslóganes políticos” y “fácilmente consumibles” (Schubert, 1981: 11). En segundo lugar, esta apreciación se caracteriza por la implícita aseveración según la cual existe una obra principal y otra secundaria, o menor en el pensamiento del autor de nombre Foucault. No obstante, las categorías subyacentes a tal afirmación –el autor, la obra– fueron precisamente criticadas por el propio Foucault en su escrito “What is an Author?”, donde demuestra cuán problemáticas son y critica el carácter poco riguroso que las caracteriza. Allí escribió:
¿Qué es una obra? ¿Qué es esta curiosa unidad que designamos como obra? ¿De qué elementos está compuesta? ¿No es lo que un autor ha escrito? Las dificultades aparecen de inmediato. Si un individuo no fuera un autor, ¿podríamos decir que lo que escribió, dijo, dejó tras sí en sus papeles o lo que se ha recopilado de sus observaciones podría ser llamado una ‘obra’? Cuando Sade no era considerado como autor, ¿cuál era el estatus de sus escritos? […] Incluso, cuando un individuo ha sido aceptado como autor, aún debemos preguntarnos si todo lo que escribió, dijo o dejó es parte de su obra. El problema es tanto teórico como técnico. […] No existe una teoría de la obra. […] Surge una gran cantidad de interrogantes con respecto a esta noción de obra. En consecuencia, no es suficiente declarar que deberíamos prescindir del escritor (el autor) y estudiar la obra en sí misma. La palabra obra y la unidad que designa son probablemente tan problemáticas como el estatus de la individualidad del autor (Foucault, 1984b: 103-104, trad. propia).
Las categorías autor y obra pierden su supuesta autoevidencia, es decir, presunta naturalidad, apenas se examina críticamente su contenido teórico. A la luz del cuestionamiento, que ya había realizado Foucault, de estas categorías implícitamente utilizadas por Schubert, la evaluación del alemán, esto es, su devaluación de los llamados escritos menores, se revela como cuestionable.
Desde luego, existen motivos o bien razones filosóficas internas a la disciplina que es necesario discutir para mejor entender la problemática recepción alemana no solo de Foucault, sino también de muchos de los planteamientos filosóficos contemporáneos originarios de Francia.[3] No obstante, hay otros factores político-culturales que también desempeñaron un importante papel. Me refiero a lo que llamaría “puntos ciegos”, derivados de actitudes o bien posicionamientos monoculturales que obstaculizan el diálogo intercultural, imprescindible para lograr el enriquecimiento de las diversas culturas en nuestro mundo globalizado. La actitud escéptica o de rechazo característica de la recepción académica alemana por muchos años de la filosofía de Foucault y de la de muchos de sus colegas franceses puede –en parte– paradójicamente ser atribuida a la presencia de conceptos de origen nietzscheano en el discurso filosófico de estos pensadores.
Por mucho tiempo, la reapropiación del pensamiento de Nietzsche por el nacionalismo del siglo xix y del fascismo del xx en Alemania obstaculizó parcialmente un debate amplio y objetivo en torno a su filosofía y dificultó una recepción positiva de los sentipensadores franceses por él influenciados. De ahí que fuera situado en una tradición desacreditada en el país. En 1986, Werner Hamacher, en un texto en el que analiza la recepción francesa de Nietzsche, comenta lo siguiente sobre la alemana:
Gran parte del tiempo, el episodio “Nietzsche en Alemania” no fue sino la historia de su ennoblecimiento como erudito aristócrata, su estilización como esnob intelectual y su trivialización como artista-metafísico; fue la historia de su nombramiento como educador y criador de una raza superior o de una clase burguesa culta educada conforme al “ideal” del superhombre; fue la historia de su secuestro por un biologismo devastador y de su mutilación para convertirlo en el profeta de la nueva era. Como consecuencia fue difamado como protofascista cuyo “irracionalismo” permitiría presentarlo como ideólogo de un sistema de calculado desprecio por la humanidad; la historia de Nietzsche en Alemania fue la historia de su demonización y de su ostracismo. Para la mayoría, fue el filósofo de su adolescencia, una figura de identificación incierta e indefinido espanto, de furor introspectivo y brillante megalomanía. Fue entendido como “espíritu libre” –sin embargo, el “espíritu libre” fue sólo una de sus irónicas figuras– pues, quienes lo necesitaban no fueron lo suficientemente libres como para leerlo. En muchos aspectos, Nietzsche en Alemania no fue más que la historia de una fama que determinó la suerte de los textos y ensordeció el oído ante sus voces (Hamacher, 1986: 9-10).
En el presente ensayo no se pretende realizar una investigación comparativa en la que se contrastan directamente las concepciones filosóficas desarrolladas por Friedrich Nietzsche y Michel Foucault. Posibles puntos de confluencia aquí sugeridos son más bien abordados de forma indirecta o implícita. Más bien, nos interesa sentipensar interculturalmente nodos, es decir, puntos de interconexión, de imbricación entre ellos. Dicho de otra manera, nos acercaremos a la recepción francesa contemporánea de Nietzsche, valiéndonos de un ejemplo: la obra de Michel Foucault. Uno de los objetivos principales del trabajo consistirá en reconstruir la reformulación foucaultiana de la estrategia investigativa genealógica de Nietzsche; analizar los términos, las nociones, las categorías y los conceptos utilizados en este enfoque y examinar su funcionamiento concreto. Para ello proponemos entablar un diálogo intercultural entre el análisis discursivo foucaultiano y aspectos relevantes de la teoría de la recepción acuñada por la hermenéutica proveniente de la tradición alemana que Foucault criticó en Las palabras y las cosas (Foucault, [1966] 1968).
De ahí que las tesis principales que guían la primera parte de la pesquisa podrían ser descritas de la siguiente manera. Al Michel Foucault sumergirse en las profundidades del sentipensar nietzscheano, no lo hizo lanzándose desde la perspectiva heredada de la historia académica de la filosofía, conforme a la cual es posible presentar las tesis contenidas en un texto canónico de modo perfecto y puro. En su lectura de Nietzsche se muestra particularmente interesado por su método genealógico. El concepto genealogía, tal y como lo utiliza, es el resultado de un proceso de interpretación creativa. Su lectura se caracteriza por una exégesis no tradicional del fenómeno recepción. Guarda similitudes con teorías contemporáneas influenciadas por la hermenéutica que abordan el tema.
Por esa razón analizaremos impulsos procedentes de la llamada teoría de la recepción, desarrollada por la Escuela de Constanza, que propiciaron el desarrollo de nuevas perspectivas sobre el tema. Si nuestra interpretación de esta teoría debiera ser apostrofada como moderna, o si este adjetivo debiese ser complementado con el epíteto post, realmente no nos preocupa. Con la presentación de las características definitorias de esta teoría alemana contemporánea de la interpretación, queremos llamar la atención sobre una conceptualización de la hermenéutica que, entendemos, hasta cierto punto comparte Foucault, a pesar de haberla criticado.
Antes de abordar estos temas analizaremos varios textos, los cuales, según las tesis de Alexander Schubert que acabamos de brevemente presentar, o pertenecen a la obra principal de Foucault o a los escritos menores. Su estudio crítico facilitará la comprensión de cómo fue desarrollado y a partir de qué criterios funciona el concepto genealogía de Foucault, así como ayudará a entender cuáles son sus premisas hermenéuticas y cómo funciona al ser utilizado en un análisis concreto. También analizaremos críticamente textos de la literatura secundaria para examinar en qué medida –en su presentación de los planteamientos foucaultianos– toman en cuenta los presupuestos interpretativos asumidos por Foucault.
Finalmente, en la segunda parte de este ensayo, continuaremos nuestra lectura intercultural del quehacer teórico foucaultiano sentipensando su reapropiación en Nuestra América. Analizaremos rasgos generales de la recepción de la propuesta foucaultiana en la región. Nos proponemos medir la utilidad de su “caja de herramientas” en la otra cara de la modernidad, así como definir los límites a esta impuestos por realidades divergentes a las existentes en el foco de nacimiento de la sentisapiencia foucaultiana.
A modo de conclusión (de la segunda parte del libro): congruencias y divergencias en la recepción de Foucault en Nuestra América, jardín de senderos que se bifurcan
En este ensayo, a lo largo de esta segunda parte, hemos intentado esbozar no solo la acogida que en nuestra región recibieron las estrategias sentipensantes, desarrolladas e implementadas por Michel Foucault a través del devenir de su práctica teórico-política. Nos pareció de cardinal importancia analizar el contexto o coyuntura regional que caracterizó su llegada a nuestras latitudes, pues ese trasfondo existencial acuñó las lecturas que de él se realizaron. La toma de conciencia de ese contrastante contexto, con respecto a otros lugares, ayuda a entender las diferencias existentes entre las lecturas realizadas en Nuestra América y aquellas que se dieron en Alemania o los Estados Unidos.
Como esperamos haber podido demostrar, el suelo en el cual germinaron las enseñanzas entrañadas en su vida filosófica muestra, de país a país, tanto similitudes como diferencias. Singularidades compartidas por los países de la región podrían ser resumidas de la siguiente manera:
- independencia de la recepción nuestroamericana de Foucault con respecto a las provenientes de Europa y Norteamérica, centros de exportación de modas intelectuales;
- asunción de una concepción no tradicional del fenómeno recepción a partir de la cual no se busca reproducir miméticamente la supuesta verdad de los textos interpretados;
- existencia, durante el periodo de llegada de Foucault a Nuestra América, de dictaduras cívico-militares, con el clima altamente politizado que la situación implica, y la posterior recuperación de la democracia parlamentaria representativa burguesa;
- estrecha relación de la recepción de Foucault con sus usos políticos;
- particular importancia de los debates en torno a la crisis del marxismo;
- fuerte politización de las instituciones universitarias;
- importancia de las publicaciones periódicas en la región como fuentes de información y discusión sociocultural extracurricular;
- existencia de diversos movimientos en lucha por los derechos humanos;
- surgimiento de nuevos movimientos sociales y discusiones en torno a la desigualdad social;
- pasión barroca por la hibridación discursiva, o bien, interculturalización de postulados teóricos.
Todos estos factores marcaron de forma decisiva la forma en que los intelectuales aquí presentados, provenientes de diversas disciplinas, leyeron y continúan leyendo las estrategias sentipensantes propuestas por Michel Foucault. Pues, no se interesan en reproducir, de forma mimética, la supuesta verdad considerada por muchos como contenida en los textos. Más bien asumieron una actitud activa, creativa al ejercer la tarea interpretativa, reapropiándose de aquellos segmentos de su filosofar que consideraron pertinentes para lograr sus propósitos particulares.
La recepción de Michel Foucault en nuestros territorios aquí presentada, lejos de haberse limitado a un ejercicio meramente académico, heurístico o de fijación semántica de sus contenidos teóricos buscando su supuesta originaria verdad –versión que seguramente también se ha dado–, fue imbuida por la política y realizada a partir de esos intereses. No es de dudar que, a cuarenta años de su fallecimiento, el espectro foucaultiano, sus huellas, continúen rondando por nuestras tierras.
Bibliografía
Breuer, Ingeborg; Leusch, Peter y Mersch, Dieter (1996), Welten im Kopf: Profile der Gegenwartsphilosophie Frankreich/ Italien, Rotbuch Verlag, Hamburgo.
Deleuze, Gilles y Guattari, Félix (1997), “El plano de inmanencia”, en ¿Qué es la filosofía?, Editorial Anagrama, Colección Argumentos, cuarta edición, Barcelona, pp. 39-62.
Foucault, Michel ([1966] 1968), Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas, Siglo xxi Editores, México.
–(1984b), “What is an Author?”, en The Foucault Reader, P. Rabinow (ed.), Pantheon Books, Nueva York, pp. 101-120.
Hamacher, Werner (ed.) (1986), Nietzsche aus Frankreich, Essays von Maurice Blanchot, Jacques Derrida, Pierre Klossowski, Philippe Lacoue-Labarthe, Jean-Luc Nancy und Bernard Pautrat, Ullstein, Fráncfort-Berlín.
Honneth, Axel y Saar, Martin (eds.) ([2003], 2017), Michel Foucault Zwischenbilanz einer Rezeption Frankfurter Foucault-Konferenz 2001, Suhrkamp, Fráncfort.
Schubert, Alexander (1981), Die Decodierung des Menschen: Dialektik und Antihumanismus im neueren französischen Strukturalismus, Focus Verlag, Giessen.
Notas
[1] Michel Foucault Intercultural, Juan José Vélez Peña, Ediciones CICCUS, Buenos Aires, Argentina, noviembre de 2024. Interesados en obtener el libro favor de contactar al autor: [email protected]
[2] Para más detalles sobre la recepción alemana de la filosofía francesa contemporánea, favor consultar: Breuer, Lensch y Mersch (1996: 9-34); Hamacher (1986: 5-14); Honneth y Saar (eds.) ([2003] 2017).
[3] La crítica al marxismo ortodoxo, posicionamientos cercanos al estructuralismo y el carácter “fragmentario” de las propuestas foucaultianas son tres factores, motivos, o bien razones filosóficas internas a la disciplina que condicionaron su negativa recepción, por muchos años, en Alemania (Honneth y Saar, eds., [2003] 2017).