Si recuerdan la primera parte, el planeta Arrakis es la única fuente de «especias”, una sustancia invaluable que extiende la vitalidad humana y es fundamental para los viajes interestelares. En el planeta desértico habitan debajo de la arena unos gusanos gigantescos que si oyen ruidos sobre ellos se comen lo que sea. Se podrán imaginar que hay un complot para poseerlo y mercadear las “especias”. Muerto el duque Leto Atreides (Oscar Isaac), queda su hijo Paul (Timothée Chalamet), el heredero de la casa Atreides. La conversación casi permanente es si Paul es el “prometido” o el mesías.