Expertos identificaron que el capital foráneo expatrió un promedio de $36 billones de ganancias netas anuales sin pagar tributos en Puerto Rico mientras pagó cerca de $12 billones de contribuciones cada año a Tesoro Federal.
Expertos identificaron que el capital foráneo expatrió un promedio de $36 billones de ganancias netas anuales sin pagar tributos en Puerto Rico mientras pagó cerca de $12 billones de contribuciones cada año a Tesoro Federal.
Elaboración minuciosa sobre el carácter «odioso colonial» de la deuda pública y los medios de lucha éticos para enfrentarla y adelantar la descolonización y los fines de la independencia y solidaridad social.
Bajo el estado de derecho norteamericano, las deudas territoriales coloniales son responsabilidad de la metrópolis que controla todos los poderes de soberanía. Ese es el caso de Puerto Rico.
Para romper el tranque colonial y lograr cambiar la conciencia de las grandes mayorías hacia una ruta emancipadora hay que diseñar un procedimiento idóneo de descolonización. Ese procedimiento tiene que ser mediante la convocatoria por consenso.
¿Qué va a hacer Carmen Yulín, cuál es su programa y plan político futuro y el colectivo para empujarlos? Debería contestar estas preguntas lo más pronto posible.
La situación de Puerto Rico ha llegado a un nivel crítico que requiere creatividad y pronta acción colectiva y democrática del pueblo puertorriqueño de la isla y su diáspora.
Se acabó una época de cierto ascenso y toca fondo una nueva etapa de abandono imperial. Tenemos que comprender los cambios para timonear y transformar para bien ético la nueva realidad de nuestra patria.
Han ocurrido acontecimientos importantes que corroboran algunas admoniciones, sobre todo la ausencia de neutralidad y parcialidad de las tres ramas de gobierno hacia los acreedores y el sistema colonial promovido por la metrópolis.
Hace par de años intervine como abogado de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico en una controversia entre la Liga frente a dos equipos.
La lucha anticolonial es una prolongada, en todos los frentes, hace falta crear una contracultura solidaria y masiva de liberación mediante la utilización de los medios éticos disponibles en cada momento histórico.
En el Ateneo de Puerto Rico hay un cuadro especial. El de La Escuela del maestro Rafael Cordero. Obra inmortal de nuestro pintor nacional Francisco Oller y Cestero.
¿Qué fenómenos en la realidad actual nos ofrecen claves para explicar ese interés? ¿Qué experiencias y lecciones podemos extraer de la presencia del Sanderismo en Puerto Rico?
Si no nos educamos lo que transmitimos es confusión y la creencia en nuestro pueblo de que la deuda pública es nuestra culpa y que la Junta de Control, la dictadura como solución, viene a salvarnos.
En el futuro podrán verse «alianzas con las fuerzas progresistas del pueblo trabajador y las capas medias norteamericanas, una de cuyas fuerzas principales del presente es el movimiento Sanderista».
La deuda pública es la herencia que nos deja el gobierno más poderoso, acostumbrado a dilapidar los fondos de sus ciudadanos en guerras de agresión a otros pueblos y quien por cierto es el mayor deudor de este mundo.
El autor tuvo la oportunidad de presentar un análisis y una serie de peticiones a nombre del movimiento creciente en Puerto Rico en apoyo al senador Sanders.
Hace falta que hayan interlocutores independentistas que sean afines a la trayectoria de Bernie Sanders para que conozca nuestra lucha y dé pasos a favor de nuestra lucha de descolonización.
La tesis central de este escrito es que para enfrentar con poder su actual situación crítica frente a los acreedores y el gobierno federal, la nación boricua necesita convocar y organizar una Asamblea Constitucional.
¿Por qué no diseñar una línea de comunicación y afinidad de las fuerzas progresistas, patrióticas y de nuestra diáspora para respaldar la candidatura de Bernie Sanders?
La coyuntura histórica debe servir para que se intente forjar una base organizativa a largo plazo, con un programa mínimo común de la diáspora y de nuestra nación que trascienda los intereses político partidistas.
La lucha contra la deuda pública colonial requiere como cursos de acción: la educación, organización y movilización popular, y la constitución de una nueva mayoría política y una Asamblea Constituyente.