A estas alturas del año 2017, Puerto Rico sigue siendo una propiedad territorial del Congreso, por obra y gracia de la célebre cláusula territorial de la sección 3 del artículo cuarto de la Constitución redactada en 1787.
A estas alturas del año 2017, Puerto Rico sigue siendo una propiedad territorial del Congreso, por obra y gracia de la célebre cláusula territorial de la sección 3 del artículo cuarto de la Constitución redactada en 1787.
El capitalismo ha dejado de ser un sistema económico para convertirse en el índice de la primera civilización mundial que es la nuestra.
La independencia, bien entendida y bien vivida, es un deseo primario de afirmación de sí. La independencia no es una opción. La independencia, sea la de una comunidad o la de un singular, es la obligación de hacerse cargo de sí mismo.
Pienso que este libro marca un hito en obra poética de Vanessa Droz. Su lúdica y densa simplicidad juega con los motivos más recurrentes de una fecunda, cultivada y penetrante escritura que es la suya.
La persona o máscara de Trump es lo que su trampa encarna: la apoteosis del capitalismo y del American Way of Life.
n su más prístino y excelso sentido, hacer el amor significa concebir o dar a luz a la poesía del mundo.1 Esto implica que todo lo que hay, ocurre o acaece está continuamente haciéndose a través del entramado infinito de […]
En la pequeña pero cálida y acogedora sala de exposiciones de la Liga se reúne una singular muestra de dos de nuestros más destacados maestros de las artes plásticas: Luis Alonso y Charles Juhasz-Alvarado.
Sabbapāpassa akaraṇaṃ, No hacer el mal, kusalassa upasamapadhāṃ; generar el bien, sacittapariyodapanaṃ, purificar la mente, etaṃ buddhāna’sāsanaṃ. esa es la exhortación de los buddhas. stas palabras están tomadas de uno de los textos canónicos más conocidos y populares de la tradición […]
Dicho esto, quizá se puede apreciar cuán pobre es la noción de mindfulness si no se la entiende en su rico contexto ontológico y ético que he intentado brevemente elucidar aquí.
Retengamos por ahora las palabras “postdemocrático” y “postpolítico”. Ellas se unen a una letanía presidida por el prefijo post que, desde los años ’70 del pasado siglo, han proliferado.
No obstante, lo que caracteriza al genocidio de Hiroshima y Nagasaki es el extraño y sórdido mutismo que prevalece a pesar de las anuales conmemoraciones y actos de recordación.
La memoria es la enigmática inscripción carnal de lo vivido que persiste, haya o no consciencia de ello. Esta inscripción es la que Eduardo Forastieri ha ido descifrando siguiendo las memorias de nuestro Alejandro Tapia y Rivera.
No hace falta creer en un Dios o en los dioses para entender, explicar o simplemente estar atentos en cada momento al despliegue de lo que aparece y desaparece: al fugaz esplendor de la vida.
El cautiverio de una obcecada idea de progreso y modernización contribuyó sin duda a salir de la miseria del Fanguito. Pero generó otra forma de miseria, mucho más difícil de erradicar, pues está basada en el mágico y sagrado poder del dólar: la miseria espiritual.
Sea como sea, está claro que la debilidad política de la Unión Europea puede ser un preludio de un fracaso histórico de consecuencias imprevisibles.
En el fondo de las palabras palpita el silencio. Se trata entonces de atender al vacío de la forma, y la forma del vacío para liberarse por la palabra de las barreras que el propio lenguaje impone.
En su sentido mítico-poético, la Memoria es, más que el recuerdo, su condición de posibilidad. La Memoria es lo que sirve de impulso armónico a la poesía del universo y, por lo tanto, a la música del pensamiento.
Las consecuencias geopolíticas de la terrible experiencia de la Segunda Guerra Mundial, lejos de agotarse, se hacen sentir cada vez con mayor y más sórdida violencia.
¿Qué sería del aire sin el cobijo de la luz? ¿Y qué sería de la luz sin la palabra que la nombra y el tacto que destila su escucha?
La peor vigilancia es la que los propios ciudadanos ejercen entre sí a nivel mundial, deleitándose en la captura de sus imágenes y en tanto que voraces consumidores y reproductores del hábito desvivido del cliché.
La jovial anacronía de la Universidad no significa otra cosa que una joven e intempestiva oportunidad para darse a la tarea de actualizar y profundizar en la experiencia ancestral de la inteligencia y el cultivo de la sensibilidad.