Los giros socioeconómicos que ha desplegado el sistema capitalista e industrias farmacéuticas multinacionales han rediseñado sutilmente el control social bajo sus productos fármaco pornográficos mucho más robustamente en tiempos de Covid-19 que en años atrás. Se nos hace pertinente repensar cómo la cultura del porno-consumo y farmacéutica al igual que la lógica del capital reinventa toda su panoplia de artefactos de asiduo utilitarismo.