El impulso de la República catalana pasa también por afrontar la cuestión del poder del Estado español en Catalunya, expresado en el ejército, la policía y el monopolio en la recaudación de los principales impuestos.
El impulso de la República catalana pasa también por afrontar la cuestión del poder del Estado español en Catalunya, expresado en el ejército, la policía y el monopolio en la recaudación de los principales impuestos.
¿Estamos listos para tomar una ruta diferente a la que nos ha conducido hasta la crítica situación en que se encuentra el país? El autor lanza cuatro propuestas… ¡para empezar!
Por primera vez en nuestra historia de Pueblo, si labramos un consenso nacional, con partido o sin partido, con líderes o sin ellos, seríamos por fin los dueños oficiales de nuestro propio territorio nacional.
La lucha por la soberanía económica, política, cultural, educativa, deportiva, jurídica, para ser fructífera, requerirá nuevas alianzas con una base social amplia.
La alternativa es salirnos de la camisa de fuerza federal, de las amarras del coloniaje y ejercer los poderes soberanos que por derecho natural nos corresponden.
La soberanía del pueblo puertorriqueño es imprescindible para proteger nuestra economía y a la par decidir los derroteros políticos futuros.
Una tercera vía, entre la independencia y la continuidad de la relación actual con el estado español, ha ido ganando terreno entre catalanes.
Solamente las fuerzas políticas que promuevan el ejercicio pleno de la soberanía de la nación puertorriqueña en sus dos dimensiones podrán descolonizarla.
Basta con que los más de 400,000 puertorriqueños que anhelan y favorecen esa solución política soberana vayan despejando mitos, miedos y confusiones potenciales –y todo tipo de fantasmas– que se le habrán de venir encima.
La existencia de 78 municipios en el territorio puertorriqueño aumenta los gastos públicos y dificulta la planificación. El número de municipios se debe reducir a la mitad y se deben establecer regiones.
El país tiene que ser repensado y superado dentro de otros límites económicos, políticos, científicos, tecnológicos, en fin, con coordenadas de libertad.
Un repaso el cuadrilátero político que va conformándose en la víspera del evento electoral de noviembre próximo muestra que yacen inalterados muchos de los viejos problemas de siempre.
Caguas celebra este martes el aniversario del ELA con el foro «El legado de William Miranda Marín», en el que se discutirán los proyectos más emblemáticos gestados en la ciudad criolla bajo la tutela del fenecido alcalde.