Un amigo me llamó “aguafiestas”. Quizá lo sea. Pero no creo que la derrota momentánea del PNP, a base del apoyo de votantes de izquierda al PPD, merezca tanta celebración y algarabía.
Un amigo me llamó “aguafiestas”. Quizá lo sea. Pero no creo que la derrota momentánea del PNP, a base del apoyo de votantes de izquierda al PPD, merezca tanta celebración y algarabía.
Son cosas chiquitas. Quizá. Pero, tal vez, le potencian al país la esperanza y alimentan la posibilidad próxima de un Puerto Rico descolonizado y maduro políticamente.
Elecciones 2012: el resultado general, el de la alcaldía de San Juan, el de los partidos emergentes y el del plebiscito. Todos, sin excepción, tienen su parte «scary», que empieza ahora!
Quisiera ver que los militantes de los partidos llamados emergentes, los nuevos, mantengan su energía y su creatividad después de la orgía electoral. Es la única esperanza que veo hoy día.
El joven Gabriel Aguilú elaboró “Mi diario eleccionario”, un video que retrata distintos aspectos de lo que se vivió el pasado martes 6 de noviembre.
La política electorera fulgura lo político, es decir, lo quema, lo somete a una visibilidad tan excesiva que lo abrasa, lo reduce a cenizas. Qué bueno que se fueron las elecciones. Ahora quizás, por fin, podamos re-dedicarnos a lo político.
Tanto la «nueva mayoría» en el Tribunal como la nueva administración del PPD, tienen la gran responsabilidad de restaurar la credibilidad del Tribunal Supremo de Puerto Rico.
Ahora nos toca continuar el trabajo después de las elecciones. Esto debe incluir la participación en las diversas luchas sociales que estremecerán al país, así como reinscribir el partido.
El proyecto de revitalización del centro urbano de Río Piedras, Río 2012, sería su tarjeta de presentación en este año electoral. En cambio, es la mejor evidencia de por qué el alcalde Santini no debe ser reelecto.
La Ruta de las Mujeres no ha terminado. Claro que no. ¿Lograremos cambiar un resultado electoral en algún momento? ¿Dejaremos de comprar desigualdad? Yo estoy convencida de que así será.
El status es una suerte de «black hole» que se traga todo en el espacio político de la isla. Esto a pesar de que las encuestas indican que la mayoría de los electores no consideran el status un asunto crucial.
Los candidatos a la alcaldía de San Juan hablan sobre el lugar que ocuparía la cultura en sus administraciones. Al final, un breve catálogo de promesas.
Estos donantes que juegan a dos bandas demuestran de forma clara que los negocios trascienden cualquier ideología política. El esquema revela además cuán dependiente es la empresa privada del gobierno.
Un problema inescapable es la existencia de gobernantes y candidatos que actúan y elaboran un performance poniendo en escena su adhesión a una opinión a base de encuestas y publicistas.
Estos personajes ripostan a las críticas con injurias y, en ocasiones, con aires de burla. Algo deben saber estos sujetos… ¿Será que la cosa no está tan buena como la pintan? ¿A qué se debe el desenfreno?