Lo que ha conseguido la Iglesia Católica con la actuación de sus Obispos en Puerto Rico es dividir a los católicos: dar apoyo al fanatismo; promover una de las más peligrosas plagas: la intolerancia religiosa.
Lo que ha conseguido la Iglesia Católica con la actuación de sus Obispos en Puerto Rico es dividir a los católicos: dar apoyo al fanatismo; promover una de las más peligrosas plagas: la intolerancia religiosa.
La solidaridad sin condiciones es puro fanatismo, venga de donde venga; y la idolatría a las figuras de gobierno es tan perniciosa como la adulación al liderato opositor. No hay una verdad revolucionaria que se oponga de manera absoluta ante la mentira reaccionaria.
Llevamos casi un siglo discutiendo sin éxito sobre las sustancias ilegales, entre ellas la marihuana. Ya es hora de comenzar a discutir acerca del verdadero problema: la prohibición.
Al final, se aprobó lo que se aprobó. El camión tarima que los grupos religiosos llevaron para celebrar el fracaso de los proyectos se lo tuvieron que llevar sin usarlo. El sabotaje al PS238 no se les dio como lo esperaban.
Ninguna iglesia, grupo o individuo debe pretender mover la “voluntad del estado” o la legislación en un estado de derecho democrático y laico para que se amolde a lo que es su ética privada.
El gobierno de dios y el poder del estado son la misma cosa. El poder económico del estado es sólo la mitad del sistema que nos oprime.Tal vez sin dios, ya no nos parezcan tan aceptables las concentraciones absurdas de poder.