Esta excelente novela de Félix Córdova Iturregui, confirma algo en lo que creen quienes leen, estudian o escriben literatura: la inagotable capacidad transformadora de la letra y el carácter sostenidamente renovador del género de la novela.
Esta excelente novela de Félix Córdova Iturregui, confirma algo en lo que creen quienes leen, estudian o escriben literatura: la inagotable capacidad transformadora de la letra y el carácter sostenidamente renovador del género de la novela.
Quisiera poner a «estrategias de combate» en ese estante donde se reúnen los textos que recogen las heridas y cicatrices que definen nuestra contemporaneidad. Esos libros que, también, levantan el lomo de la palabra existencial del poema puertorriqueño.
Esta obra intenta explorar los modos variados a través de los cuales ciertos textos fundamentales del Caribe han recogido la experiencia de los sentidos, y de esa manera han adquirido sentidos entre nosotros.
El libro ofrece la oportunidad de reconocer nuestra humanidad en esos que imaginamos otros, humanidad que muchas veces no vemos porque el ejercicio de pasar juicio nos lo impide.
No hay melancolía narcisista en este libro. Más bien se trata de una “pérdida” matizada, una pérdida que es más bien, búsqueda. “Lo bello, ¿puede ser triste?”, se pregunta Julia Kristeva también. Algo de este matiz hay en esta poesía de Rosa Vanessa Otero.
El contexto espacio-temporal de los cuentos nos remite predominantemente a un Puerto Rico urbano y suburbano de mujeres de clase media y clase media alta profesional. Es el Puerto Rico de la crisis financiera a partir de 2006 donde ya despuntaba la emigración.
En el 2018 el poemario Quiebre de armas de la editorial puertorriqueña Trabalis Editores, se lee urgente, pertinente, necesario.
Se dirá que es imposible vivir como cronopio, vida intensa aquí y ahora, siempre. Pero creo que valdría la pena intentarlo. Tal vez sea la mejor forma de respirar en un mundo donde hay tanto dolor.
Ana María ha forjado una literatura que refleja su formación universitaria en la profundidad con la que escribe, pero también su mirada cotidiana a la vida y de la vida en su relación con el amor y la muerte, y la propia existencia.
a la luz de la más reciente publicación de Sergio Téllez-Pon, “Un amar ardiente” n 1982 durante la presentación de su libro Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe en la Universidad Autónoma de Madrid, […]
No tenemos una grabación de la voz de Federico García Lorca. Nos hemos quedado con el deseo de oír su voz, aunque sea indirectamente. Por eso leí con avidez dos recopilaciones de entrevistas hechas a Lorca.
Este año el Festival Internacional de Poesía celebra con José de Diego el décimo aniversario de un esfuerzo que lleva la poesía de manera gratuita, como ofrenda, a numerosas instituciones y comunidades de todo el país.
Una buena campaña de apoyo a la lectura tiene que partir de un justo reconocimiento a la literatura como un bien que no está por debajo de ninguna otra forma cultural o artística.
Luis Othoniel Rosa Rodríguez se propuso el objetivo de encontrar dónde se bifurcaban, precisamente, los textos de Borges con los Macedonio y su ideología, o más bien, en su fractal visión de mundo. Creo que lo logra.
Es difícil deslindar los estudios culturales, pero sí es claro que el influjo de sus más destacados autores permea la obra de muchos intelectuales puertorriqueños.
El hermoso e inspirado libro de la crítica cultural Licia Fiol-Matta sobre la voz y el género en la modernidad puertorriqueña, «The Great Woman Singer: Gender and Voice in Puerto Rican Music», acaba de salir en una distinguida serie de Duke University.
Pregunta Sotomayor: “¿Qué leer en un poema? ¿Qué decir de la voz que lo sostiene? ¿Cómo abordar los temas en que incide?” (89). Y más tarde, “¿Qué se entiende por una poesía que se entiende?” (130).
Alguna vez habrá que documentar toda la sapiencia que van almacenando y malgastando los mendigos: el arte de vivir –y sobrevivir– en la orilla, al margen, instalados en un universo que es más hondo, más real, más tangible, que el nuestro.
Quedo con algo que dijiste en una ocasión y que, sin duda, es una de tus frases más atinadas: «Los monstruos existen, ¿no?”. Gracias, Claire.
Trato de ver al autor-protagonista como una especie de “Everyman” homosexual que revela y documenta patrones de conducta que hay que documentar y que no se había hecho con tanto detalle como hasta ahora se hace en estas memorias.
Entre las escritoras contemporáneas del Caribe hispánico que cultivan el tema de la sexualidad antiheteronormativa sobresale Yolanda Arroyo Pizarro, cuya producción discursiva rebasa los quince libros.