Este ensayo analiza el activismo político que el movimiento nacionalista puertorriqueño bajo el liderato de Don Pedro Albizu Campos realizó en las calles, plazas y diversos espacios públicos durante la década de los 1930. Reflexiona sobre el simbolismo de la calle como escenario para reclamar y reafirmar el derecho a la soberanía política. Se hace referencia a cómo estas formas de activismo representaron una ruptura con respecto a otros grupos independentistas de la época.