Filiberto
El haber renunciado a su arte para laborar por la libertad de la Isla es un sacrificio que resulta ser el preámbulo al supremo: morir por la patria.
El haber renunciado a su arte para laborar por la libertad de la Isla es un sacrificio que resulta ser el preámbulo al supremo: morir por la patria.
Donde mejor he aprendido el amor, que yo recuerde, ha sido en esos juegos callejeros con la comunidad-familia, y en la escuela, y en la Universidad.
La querencia de Anjelamaría Dávila es la escritura de las inclinaciones de ese animal fiero y tierno por aquellos «lugares» donde aprendió a querer.
Mientras los medios corporativos buscan racionalizar la presencia de la Junta de Control Fiscal, los Poetas en Marcha denuncian el carácter dictatorial y las consecuencias nefastas que tienen las decisiones de esa Junta sobre el futuro de Puerto Rico.
El Sísifo de Pol se compone de setenta poemas, que como hemos señalado dedica a Minillas, ese dueto de edificios gubernamentales construido entre el 1969 y el 1972 con asbesto.
¿Debe escribirse la poesía solo con fines estéticos o debe responder a los ideales del que escribe y a las necesidades existenciales y sociales del pueblo?
Pepe se crió en el orfanatorio de Puerta de Tierra, durante la tercera década del siglo pasado, pues fue huérfano de padre mexicano -que sin querer queriendo- lo procreó con una famosa espiritista de Puerto Nuevo.
Sr. Gobernador: sigue corriendo el reloj contra la vida de una obra de arte que es patrimonio valiosísimo… Exija a la escuela que permita el acceso constante a los conservadores e historiadores de arte para salvar el mural.
Confío en que el domingo 27 de mayo compartiremos una noche memorable. Gracias Roy, Zoraida, Carl y Pablo. ¡Felicidades!
El encuentro amoroso, el deseo, el desamor, la separación, son los fragmentos con los que los personajes llamados Ella (Marisé Álvarez) y la Otra (Kairiana Núñez) construyen su discurso amoroso, el cual es a un mismo tiempo específico y universal.
Martorell me cita a las dos de la tarde. Justo antes de llegar al taller, he visitado el Museo de Arte. El contraste entre el arte en esa colección y el arte –siempre tan puntual– del taller de Martorell es brutal.
Sísifo es un recorrido a la acción liberadora del sujeto oprimido. Los versos del poemario reivindican al sujeto como gran entidad y al tiempo como concepto que se balancea entre el valor y la futilidad.
Esta obra intenta explorar los modos variados a través de los cuales ciertos textos fundamentales del Caribe han recogido la experiencia de los sentidos, y de esa manera han adquirido sentidos entre nosotros.
Al fin y al cabo el abuso y la destrucción del mural tienen su origen en la ignorancia que sobre nuestra cultura y nuestros logros estéticos afligen las mentes de la secretaria de educación y el gobernador, que debieron haber sabido qué había en la escuela.
Unos versos de Ramos Otero, entre la proclama y la profecía, escriben la eventualidad mortal tanto de su interlocutor como la del poeta que interpela. Entre los versos vibra una fatalidad paradójica.
No se sabía si Fabiola estaba más orgullosa por haberse graduado de Berklee o por “el honor” de haberlo hecho estudiando el cuatro, instrumento que algunos de sus profesores ni siquiera conocían.
No tenemos una grabación de la voz de Federico García Lorca. Nos hemos quedado con el deseo de oír su voz, aunque sea indirectamente. Por eso leí con avidez dos recopilaciones de entrevistas hechas a Lorca.
Aquí mi punto de partida ha sido la lectura de los documentos del FBI ahora disponibles para la consulta pública. No es fácil la lectura de esos archivos. Como en los procesos narrados por Kafka, todo se repite y se acumula.
Pregunta Sotomayor: “¿Qué leer en un poema? ¿Qué decir de la voz que lo sostiene? ¿Cómo abordar los temas en que incide?” (89). Y más tarde, “¿Qué se entiende por una poesía que se entiende?” (130).
La “Ley Promesa” es una parodia de la utopía, y nos indigna a muchos. Me hace pensar en el final definitivo de la democracia. Por eso quisiera volver a la pregunta inicial: ¿Anuncian los “finales” la posibilidad de nuevos comienzos?
Yo tampoco me arrepiento de nada de lo que hice como militante estudiantil. Eso, más que mis estudios, es lo que le ha dado un propósito a mi vida.