El que se llame también “Padre de la Literatura Puertorriqueña” lo convierte en un icono inescapable de la Nacionalidad. La Identidad Puertorriqueña ha sido apropiada como un producto neto del trabajo intelectual.
El que se llame también “Padre de la Literatura Puertorriqueña” lo convierte en un icono inescapable de la Nacionalidad. La Identidad Puertorriqueña ha sido apropiada como un producto neto del trabajo intelectual.
Alejandro Tapia y Rivera siempre fue atrevido y tenaz en su vida. También lo fue en su orientalismo. Las referencias al Oriente lo acompañaron hasta la recopilación miscelánea de sus escritos en 1880.
Nuestra búsqueda de una metáfora madre delataba, tal vez, la vivencia ingenua de un deseo apreciable: transformar un hábitat enajenado, “gris y opaco” en territorio “digno” de ser narrado.
La crítica del lugar de Tapia en la tradición historiográfica de la isla nos descubre a un sujeto diaspórico y transcaribeño mucho más complejo y múltiple que el que figura en las enciclopedias y efemérides del patio.