«No» es el último filme de una trilogía dirigida por Larraín que explora la sociedad chilena durante los años nefastos de Pinochet.
«No» es el último filme de una trilogía dirigida por Larraín que explora la sociedad chilena durante los años nefastos de Pinochet.
Son más las historias que se cuentan y no se publican que las que se publican. El bulshiteo es parte fundamental de la creación. Y Juanca/Bruno bulshitea un montón. Si no, ¿cómo hubiera podido escribir lo que ha escrito?
Memorias del desarrollo, la de Coyula, ha suscitado discusiones tan relevantes hoy día como los debates que generó la película de Gutiérrez Alea en los años sesenta.
¿Hay espacio en un contexto como el puertorriqueño para la clínica psicoanalítica? Más importante aun, ¿hay lugar en nuestro escenario para la ética del psicoanálisis?
Cuando la conciencia despierta, detectas el dolor ajeno, sientes el de tu corazón, te indignas con las desigualdades y ¡pum!, pierdes los párpados. Tu mirada jamás vuelve a ser la de antes.
La democracia universitaria es débil, pero por qué a nombre de una “democracia superior” se desprecia la discusión de asuntos universitarios entre los y las colegas.
Es claro que la ley actual no cobija nuestros anhelos y convicciones sobre la autonomía universitaria como expresión clara de auto-conciencia, auto-determinación y libertad.
Yo no me creo mucho eso de que le dimos la espalda al mar, que dejamos de ser gente “de costa y yola”, y que nuestra historia es la de un pueblo que se metió monte adentro.
No parece posible que esos funcionarios entiendan que si vamos a sacrificar a nuestros viejos pensionados, no lo podemos hacer para abonar a una deuda impagable.
Nuestro alegado ingreso a la globalización primermundista se dio en formas similares a la arquitectura del aeropuerto, de lo concreto gravitamos al revestimiento de una pared hueca, cuya solidez es tan solo un truco de articulación.
Lo que hay que explicar no es la alta proporción de matrimonios que termina en divorcios, sino el descomunal error que ha creado la ficción de un alto número de divorcios.
Puede que yo sea una ilusa y aquí no hay con quien hacer otra cosa que gritar consignas. Entonces perdí. Si luchas puedes perder, si no luchas estás perdido. Eso no me acuerdo quien lo dijo.
¿Cómo podemos desenmascarar las tramas que yacen bajo los contratos infectos con que el erario pasa a manos de nuestra oligarquía si nuestro argumento es que “alguien una vez escuchó en una fiesta que alguien dijo”?
Recién recibí por correo en Brooklyn una parte de mi biblioteca con libros del viejo Mario. Verlos me trae de nuevo muchos recuerdos, a este relato que le leí a los amigos y a la alegría que desde entonces me hace sentir Benedetti.
El discurso fundamentalista solo es efectivo cuando lo creemos. Y lo creemos cuando le atribuimos credibilidad y autoridad al líder o cuando no tenemos mejores argumentos para refutar.
Salir de la crisis requiere conocer de forma profunda y superar los límites políticos, económicos e ideológicos dentro de los cuales surgió. Lo demás son cambios cosméticos, ineficaces, con fines electorales, que alargarían la lucha por la libertad.
Lo importante es reconocer que pasó el tiempo de quejarse. Es tiempo de comenzar a unir los esfuerzos, muchos y variados, que desde la sociedad civil se vienen haciendo desde años.
Vamos a cuestionar, a reparar y a repensar la educación y la economía todo lo que quieran, sí, cómo no. Pero mientras tanto, no vamos a negársela a unos sectores de manera sesgada y discriminatoria.
¿Cuándo fue que nos dejamos de comunicar? ¿Es que quizás nunca nos hemos comunicado? ¿Por qué se nos hace tan difícil discernir entre tener la razón para satisfacer nuestro ego y reconocer lo que es más correcto?
Los jueces, y aquellos aspirantes al cargo, no pueden estar inmunes al ojo crítico ciudadano. El poder será ejercido. La pregunta es si será ejercido en términos y bajo condiciones que podamos percibir como válidas.
El discurso del Estado de la Unión del presidente Barack Obama -inmigración, seguridad y control de armas- visto desde la perspectiva de un boricua en Nueva York.