Si el PPD ya no puede ser un partido de una ideología estadolibrista creíble y si el PNP perdió su razón de ser: ¿cómo es que continúan como los partidos fuertes y únicos en la vida política puertorriqueña?
Si el PPD ya no puede ser un partido de una ideología estadolibrista creíble y si el PNP perdió su razón de ser: ¿cómo es que continúan como los partidos fuertes y únicos en la vida política puertorriqueña?
Mientras son oposición, los políticos prometen que procesarán las violaciones y excesos de los gobernantes. Sin embargo, cuando son gobierno, casi nunca pasa nada.
Insistir en que Fortuño y AGP son idénticos no lleva a ningún sitio. No podemos prescindir de una oposición coherente y no hallaremos coherencia en la repetición de eslóganes vacíos.
No digo que el pueblo sea ingenuo, tampoco sabio, pero sí digo que está tan agobiado y cansado de su orfandad política que prefiere la pasividad del espectador antes que expresar la más importante queja que un público pueda articular.
Entregar la gerencia del aeropuerto por tanto como 40 años, si no hay controles adecuados por parte de nuestro gobierno para garantizar que nuestros intereses no terminen perjudicados, se parece bastante a una claudicación del patrimonio.
Al votar a favor del PPD y sus candidatos/as, el Pueblo no emitió mandato alguno a favor de la reforma legislativa o de cualquier otra propuesta incluida en su Programa de Gobierno, estemos o no de acuerdo con la misma.
Crear un tribunal compuesto por juristas de intachable reputación, desvinculados de la política partidista y nombrados con el consenso de la sociedad civil, resolvería la legitimidad de nuestro Tribunal Supremo.
Bajaré santos para que García Padilla sea bendecido con compasión por un pueblo abatido que ansía mirar con esperanza un futuro que hoy no se vislumbra e imploraré que se les conceda sabiduría, mucho más allá de los años que tienen.
Tanto la «nueva mayoría» en el Tribunal como la nueva administración del PPD, tienen la gran responsabilidad de restaurar la credibilidad del Tribunal Supremo de Puerto Rico.
El veto que coloca a García Padilla en ruta a la juramentación como gobernador de Puerto Rico no debe hacernos perder de perspectiva que casi la mitad del País favoreció a Fortuño.
Luis Fortuño y su gabinete son la fuerza política más destructora que ha gobernado la isla desde, al menos, 1952, y se debe impedir a toda costa que la destrucción que implica dicho gobierno continúe.