Vamos a cuestionar, a reparar y a repensar la educación y la economía todo lo que quieran, sí, cómo no. Pero mientras tanto, no vamos a negársela a unos sectores de manera sesgada y discriminatoria.
Vamos a cuestionar, a reparar y a repensar la educación y la economía todo lo que quieran, sí, cómo no. Pero mientras tanto, no vamos a negársela a unos sectores de manera sesgada y discriminatoria.
El lugar de nacimiento, crianza y residencia de nuestrxs alumnxs no puede seguir siendo su destino. Se nos va la vida colectiva en ello. Beethoven también sale del caserío…
El 1% de las personas más ricas del planeta han incrementado sus ingresos en un 60% en los últimos 20 años y la crisis financiera no ha hecho más que acelerar esta tendencia.
Setenta millones de personas en el mundo se sumarán — de aquí al 2020– al número de quienes ya viven en la pobreza absoluta, según anticipan estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas.
Nos mentimos. Todos y todas agarrándonos de la ficción que nos garantiza permanencia en esa “clase media” a la cual tal vez nunca pertenecimos. Agarrados a la idea de que el que quiere y trabaja duro triunfa.
No es fácil, pero todas las personas tenemos el deber y la responsabilidad de hacer algo por mejorar la situación de la niñez. No hace falta ir muy lejos para encontrar niños y niñas viviendo en el umbral de la pobreza.
La geografía y la clase social, de entrada, determinan de manera bastante fija las posibilidades académicas, independientemente del talento, potencial, o interés de los estudiantes.
A los padres de esos pre-adolescentes hay que apoyarlos contra el panopticón del Departamento de la Familia y su obsesión con la criminalización de la domesticidad de cierta geografía y clases sociales.
El 20% de los más pudientes gozan del 56% de la riqueza nacional; mientras el 20% más pobre disfruta sólo del 1.9%. La gran paradoja en el 2012 es el contraste de esta pobreza.
La crisis económica actual no sólo ha incrementado las condiciones de pobreza extrema entre los sectores marginados y dependientes sino que ha desmantelado un escalafón de nuestra estructura social convirtiendo a la vieja clase media productiva en los nuevos pobres del País.
Fundada en 1966, Servicios Legales de Puerto Rico ha sido y es el espacio más importante para el asesoramiento y la representación legal gratuita de los sectores más desaventajados de nuestra sociedad.
El Encuentro de Empresarios y Líderes Comunitarios se convirtió en un retrato distinto al que plantean las estadísticas sobre la pobreza en el país, precisamente porque desafía esa imagen de dependencia.
En nuestra sociedad “pobreza” puede verse como una etiqueta que define a quienes no pertenecen, a quienes no encarnan los valores de los poderosos.
Los que no tienen recursos se van sintiendo excluidos. Sobre todo los niños y jóvenes, van desarrollando frustraciones de no poder tener lo que todos parecen poseer, según el discurso publicitario.
Viviendas subsidiadas, recursos para los sistemas educativos y de salud, pero la calidad y las condiciones que hagan posible el cambio a unas condiciones liberadoras de la pobreza, no están incluidas en el paquete de la asistencia.
Lo que antes entendíamos como pobreza tenía que ver más con falta de recursos económicos, pero hoy se refleja en la falta de oportunidades que tienen los puertorriqueños para desarrollarse.
Los países que han eliminado la pobreza no lo han hecho dándole cosas a los pobres… aunque se las dan. Lo han hecho abriendo espacios de poder para que los pobres los ocupen tomando sus propias decisiones.
Una vez más en el Congreso de los EEUU se debate el futuro de los servicios legales a los indigentes mientras se discute la asignación de fondos en un marco de creciente austeridad fiscal.
El libro de Linda Colón Reyes manifiesta el potencial de la cultura académica y la investigación científica versus un gobierno que ni siquiera investiga ni organiza los datos del propio país.
Con el lema “Protege mi trabajo” los industriales disfrazan sus intereses corporativos camuflados de sensibilidad humanitaria y obrera. Veamos cuánto tiempo pueden resistir el impuesto de 4%.
La agitada y convulsa situación interna en la Isla y la recesión a escala mundial nos lleva a replantearnos viejos cuestionamientos sobre las opciones de futuro que tiene Puerto Rico en un mundo caracterizado por una extrema conflictividad y desigualdad. […]