El Vocero, para sorpresa de pocos, ha emitido un contundente “NO” a la legalización de la mariguana, una yerba que crece naturalmente en casi todas las áreas del planeta.
El Vocero, para sorpresa de pocos, ha emitido un contundente “NO” a la legalización de la mariguana, una yerba que crece naturalmente en casi todas las áreas del planeta.
Lo primero que se debe hacer es una reforma penal seria con miembros de diversas procedencias, sectores y disciplinas, mediante la cual surja un proyecto de Código penal que evite los mismos errores que hoy padecemos.
«Estos tipos son los mismos que elevan los códigos de seguridad interna y luego nos dicen que tenemos que viajar en calzoncillos».
¿Dejaremos de visitar los lugares que han sido manchados con sangre? ¿Se suspenderá la actividad deportiva o recreacional para que sigan solitarios los parques y se conviertan en hospitalillos?
¿El hombre asesinado es una víctima, un sujeto, otro más en las estadísticas de los crímenes en el país? No, es un hijo, un hermano, un tío, un novio, un amigo, un vecino, un ciudadano, en fin, un ser humano.
A pesar de la evidente necesidad de un conocimiento más profundo sobre eso que se denomina masacre, resulta intrigante que la sociología ha reflexionado relativamente poco sobre ese acto en particular.
[M]ientras más personas se sientan impedidos de alcanzar las metas sociales impuestas por la ideología dominante, mayor será el número de aquellos que miren a la criminalidad como una forma de alcanzar las mismas.
El asesinato de miles de jóvenes —sobre 15,000— constituye una guerra social (in)visible, que opera como una “limpieza social” de sectores socialmente excluidos o “desechables” en el país.
Por esta razón, el caserío Pedro Rosario Nieves no es la legendaria Fuenteovejuna que inmortalizó Lope de Vega. A diferencia de Fuenteovejuna, el caserío no se levantó contra el sistema político y económico.
Admito que partiendo del orden social presente, no hay muchas alternativas a castigar a quienes se desvían, incluso cuando la historia demuestra que el castigo no funciona para controlar la criminalidad.
Para ver claramente el problema del crimen hay que mirar más atentamente a la oscuridad que lo rodea: la «sociedad de mercado». O como se decía antes de que se acabara la historia: el capitalismo.
Un pase de balance sobre los retos que enfrenta el gobernador Alejandro García Padilla luego de su toma de posesión este pasado 2 de enero.
Este año decidí votar pues creo que la consulta representa una oportunidad para que este pueblo deje saber que no seguirá apoyando la política pública que por más de cuarenta años viene produciendo criminalidad.
Más armas, más barcos, más helicópteros, más tecnología militar, son los pilares de la política que por más de una década Estados Unidos mantiene contra las drogas. Fracaso total.
En nuestra sociedad “pobreza” puede verse como una etiqueta que define a quienes no pertenecen, a quienes no encarnan los valores de los poderosos.
Las sendas para lidiar con el grave problema criminal que golpea a la ciudadanía están, ante todo, en la apuesta a la gente y a su voluntad de aportar en la transformación social. Nada se gana con recrudecer el aparato policíaco y represivo del Estado.
Realizar redadas a diario, anunciar incautaciones de cargamentos de drogas ilícitas y pregonar arrestos de alegados capos del negocio del narcotráfico no pasan a ser más que un espectáculo mediático.
«Diez pesos por panita fue la cuota de las dos parejas que conspiraron para gozarse hasta el cabo la que podía ser su última noche de fiestas juntos». Manolo Coss captura en este cuento esa trágica noche que se repite a diario en cada esquina de nuestro pueblo.
Darwin dejó claro que sólo lo que funciona se mantiene sin cambiar. Por tanto se debe entender que estas medidas que no funcionan para controlar la violencia, sí están logrando otros objetivos, tal vez sus verdaderos objetivos.
En mi mente carente de cafeína surgía la figura de Fortuño, quien vistiendo una pesada chaqueta negra y tocado por un sombrero de ala ancha agitaba al aire una Biblia.
Reflexiones sobre la criminalidad y el neoliberalismo Mientras me siento a escribir esta colaboración, la lluvia cae sobre Ponce y la radio me trae las noticias de la tarde. Por supuesto, en medio de las usuales boberías sin relevancias pero […]