En efecto, el “downsizing” puede producir economías inmediatas, y eso lo necesitamos con urgencia. Pero, los efectos sobre los empleados que permanecen suelen ser contraproducentes.
En efecto, el “downsizing” puede producir economías inmediatas, y eso lo necesitamos con urgencia. Pero, los efectos sobre los empleados que permanecen suelen ser contraproducentes.
El desarrollo humano tiene que ser una aspiración de la población puertorriqueña; de todos los sectores sociales. Es una propuesta seria, sensata y razonable de convivencia. Si hasta ahora no lo ha sido es porque no conocemos, no sabemos, que podemos vivir de otra manera.
El único modo efectivo de contrarrestar las malas prácticas del gobierno es mediante sistemas adecuados de rendición de cuentas y una sociedad civil alerta que exija y fiscalice dichos procesos de rendición de cuentas.
La lucha por la soberanía económica, política, cultural, educativa, deportiva, jurídica, para ser fructífera, requerirá nuevas alianzas con una base social amplia.
En un país donde se invierte más capital y recursos en sus policías que en sus maestros no basta conformarse con una promesa reformista. Precisa desengañarse y asumir una posición crítica y esperanzadora.
Honestamente no conozco a nadie que quiera de veras de veras destruir lo que queda del ICP. Algunos por respeto, otros por pura indiferencia. Otros, los más cínicos, están dispuestos a envolvérselos en papel de regalo.
En este contexto, en el que la Iglesia Católica contiende por preservar su hegemonía, la demagogia patriótica es valorada como recurso de reconocida efectividad histórica e ideológica, y no escatima en usarla a conveniencia.
Quiero dejar constancia de otro final más, el final de Puerto Rico. Un final inconcluso, si me lo permiten, porque no ha ocurrido todavía. Puede que nunca ocurra, o que solo sea una muerte parcial.
En esta columna, me propongo analizar esta idea del gobierno de los expertos y presentar por qué es dañina para nuestro país.
Habría que decirles, en overkill desmesurado, que sus carreras políticas no sobrevivirán complaciendo a las mayorías del pasado, sino a las del futuro, que están en plena formación.