En esta lista de compañeros caninos que han cruzado el umbral de nuestro hogar, se encuentran perros con nombres peculiares, algunos tomados de exnovios de hijas, otros apelando al absurdo. Cada uno con su historia y personalidad únicas. La presencia de estos «satos», perros callejeros, en nuestras vidas se ha vuelto un elemento esencial. Algunos llegan sin previo aviso, buscando refugio y afecto. La astucia y carácter de los satos los hacen especiales, y su instinto de supervivencia les otorga cualidades valiosas. La reflexión filosófica nos enseña que todo está interconectado, y estos perros callejeros nos recuerdan la importancia de la solidaridad. Su independencia y resiliencia son dignas de admiración, y merecen un lugar especial en nuestra sociedad. Es hora de reconocer la valiosa contribución de estos satos y considerar una ciudadanía satística con derechos.