La pintura “Las fugas” de Dafne Elvira se convierte en una oda triunfal al arte de la fuga, en una aplastante victoria femenina sobre el horror, la locura y la muerte. El triunfo sobre la violencia en todas sus manifestaciones, pero especialemte un triunfo simbólico sobre la violencia de género. También es un hermoso recordatorio de que falta mucho por hacer, de que las figuras no están terminadas, las siluetas no han hallado aún “su definición mejor”, como diría Lezama. Ahí radica la cualidad radical de la pintura. Nadie que se dé que es igual a todo puede quedar igual.